El jueves 20 de noviembre de 2025, en Salt Lake City, líderes de iniciativas humanitarias se reunieron con el presidente Dallin H. Oaks, líder mundial de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Durante el encuentro, se extendieron condolencias por el fallecimiento del presidente Nelson y se felicitó al presidente Oaks por su nueva responsabilidad espiritual y administrativa.

El presidente Oaks destacó que los niños deben ser el foco principal del servicio, pues representan “el futuro de la humanidad”.
“Los niños deben estar en el centro”, compartió el profeta.
Esta reflexión subraya la importancia de orientar la ayuda hacia quienes más la necesitan y de fomentar un impacto duradero en las generaciones que vienen.
El presidente Oaks también valoró profundamente el trabajo presentado y reafirmó su compromiso personal con los esfuerzos de ayuda, diálogo interreligioso y construcción de paz.
Resaltó la importancia de fortalecer comunidades vulnerables a través del servicio y el voluntariado, mostrando que la fe se traduce en acción concreta.
Servir como expresión de fe

El encuentro tuvo lugar en el marco del consejo asesor nacional de JustServe, iniciativa que promueve el voluntariado y la creación de comunidades saludables en todo el mundo.
“Agradecemos la larga colaboración de la Iglesia”, expresó el Dr. Zaher Sahloul.
La reunión destacó que servir no es solo un acto, sino una forma de vida, y que hacerlo con un enfoque en los más jóvenes es sembrar esperanza, paz y justicia.
Los representantes compartieron con él los proyectos que lideran para reducir desigualdades en salud y fomentar la construcción de paz en zonas como Gaza, Siria, Sudán y Ucrania.
En agradecimiento por su apoyo y solidaridad, le entregaron un reconocimiento y varias fotografías que muestran el impacto de estas acciones humanitarias.
Lo que aprendemos del presidente Oaks

El encuentro con el presidente Oaks nos recuerda que la fe y el servicio van de la mano. No basta con creer; es necesario actuar, tender la mano y poner a los más vulnerables en el centro de nuestras acciones.
Cuando dirigimos nuestro esfuerzo hacia los niños y quienes más lo necesitan, estamos construyendo un futuro lleno de esperanza, amor y justicia.
Cada gesto de ayuda, por pequeño que parezca, se convierte en una semilla que Dios puede multiplicar para transformar vidas y comunidades.
Fuente: Facebook



