Aunque han pasado cinco meses desde que el peor huracán que azotó a Puerto Rico devastó la isla caribeña, una recuperación total está a años de distancia. En las áreas rurales, muchos residentes permanecen sin electricidad, y el rastro de la destrucción es un recordatorio de la necesidad de los esfuerzos de recuperación en curso de los cuales muchas organizaciones son parte.
Entre ellos se encuentra La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. El obispo Dean M. Davies, primer consejero en el Obispado Presidente de la Iglesia, visitó Puerto Rico del 15 al 18 de febrero. Él, junto con el Setenta Autoridad General, el élder José L. Alonso de la Presidencia del Área del Caribe, visitó a los empleados, miembros y líderes de la Iglesia, escuchó las necesidades de la gente, ofreció suministros y servicios, y expresó amor y apoyo reflejando los esfuerzos de la Iglesia en el área.
“Es muy importante para nosotros como Iglesia, y como líderes de la Iglesia, que [los Santos de los Últimos Días] de todas partes sepan que cuándo pasan por calamidades y tribulaciones, nos preocupa”, dijo el Obispo Davies, que pasó desde 1998 hasta 2001 en Puerto Rico como un presidente de misión junto a su esposa, Darla. “[La gente aquí es] importante para nosotros y para el Señor. Queremos que sepan que no se les ha pasado por alto y que nosotros, tanto institucional como individualmente, tendremos la posibilidad de extender nuestro amor y compasión en un momento de necesidad”.
El élder Alonso agregó que el mensaje principal que él y el Obispo Davies querían compartir es que “el Señor se está ocupando de [la gente]. Él es consciente de sus necesidades, sus preocupaciones y las experiencias, y también de los deseos de su corazón”.
La Iglesia y otras organizaciones
La Iglesia, al asociarse con organizaciones como Real Medicine Foundation y Save the Children, a menudo se encuentra entre las primeras en responder en tiempos de desastre, y puede hacerlo de una manera personal y amorosa.
“Lo que creemos mucho y cómo elegimos a nuestros [socios] en todo el mundo es a través de la dignidad y el respeto”, dijo la directora ejecutiva de Real Medicine Foundation, Martina Fuchs. “Ahí es donde esto está muy en consonancia con LDS Charities y [la Iglesia SUD], y estamos muy orgullosos y honrados de trabajar con ustedes y de tener esta increíble asociación”.
Casey Harrity, líder del equipo de respuesta de Hurricane Maria de Save the Children, dijo que su grupo llegó justo después de la tormenta. Gracias a una asociación con LDS Charities, pudieron establecer rápidamente una tienda.
“En aquellos primeros días, necesitábamos espacio de almacén como el que ve aquí, necesitábamos camiones, necesitábamos que los miembros del equipo salieran y distribuyeran suministros”, dijo Harrity. “Y fue gracias a [la Iglesia SUD] que pudimos movilizarnos rápidamente y llevar las cosas a los niños y las familias que los necesitaban”.
Los líderes de la Iglesia visitaron el almacén del Banco de Alimentos de Puerto Rico, donde el gerente de operaciones, Manuel Ruiz, recibió una donación de $ 100,000.
“Esta es la primera vez que tenemos la oportunidad de trabajar con la Iglesia SUD”, dijo Ruíz. “A partir de este punto, podemos construir una relación agradable en la que podamos ayudarnos mutuamente en nuestras misiones”.
La ayuda adicional también se extendió a otras dos operaciones de emergencia y clínicas durante su visita.
Desde que los huracanes Irma y María azotaron el Caribe en septiembre pasado, la Iglesia ha donado más de $ 4 millones para ayudar a los miembros y agencias de socorro de la región, incluidos seis socios mundiales, paraaayudar a la comunidad en general. Esos esfuerzos han incluido servicios móviles de asistencia médica, suministros de alimentos y agua, tabletas de purificación de agua, kits de higiene y limpieza, baterías, colchones y ropa de cama, mosquiteros y materiales para techos.
Misioneros regresan a Puerto Rico
En diciembre de 2017, la Iglesia anunció que varias docenas de misioneros que habían sido reasignados después de los huracanes Irma y María regresarían gradualmente a la Misión de Puerto Rico en San Juan.
Dos de ellos, ahora de regreso en la isla para ofrecer servicio y cuidado, son la hermana Waters de Dallas, Texas, y la hermana Fawcett de Riverside, California.
“Desde que volví, ha sido solo una gran misericordia. Me encanta estar aquí”, dijo la hermana Waters. “No podría estar más agradecido a mi Padre Celestial por darnos la oportunidad de regresar y ayudar de nuevo”.
La hermana Fawcett describió la dulce reunión que ella y otros misioneros experimentaron a su regreso.
“[La gente] estaba tan feliz de vernos”, dijo. “Mi compañera y yo entramos en una actividad una noche, una de nuestras primeras noches aquí, y todas las jóvenes comenzaron a llorar y abrazarnos y fue un momento realmente tierno”.
Tales fuertes lazos de amor no son sorprendentes para el Obispo Davies, cuyos primeros años de servicio en Puerto Rico revelaron un pueblo dotado con una profundidad de amor poco común para sus semejantes.
“El pueblo puertorriqueño tiene un gran corazón”, dijo el obispo Davies. “Son personas muy cariñosas y tiernas. Se aman, se sirven el uno al otro. … Y harían cualquier cosa por ti”.
Los puertorriqueños prevalecerán
En una conferencia dominical en Puerto Rico el 18 de febrero, cientos de asistentes escucharon mientras el Obispo Davies y su esposa, Darla, compartían tiernos recuerdos de su tiempo en San Juan, casi 20 años atrás y tenían un testimonio seguro del Salvador. El Obispo Davies dijo que “la gente de aquí es resistente y fiel, y será mejor por lo que han pasado. Este momento desafiante de necesidad, de servicio mutuo y de reconstrucción en el Caribe, aunque difícil, será una bendición para todos los puertorriqueños, y el Señor los bendecirá. Siempre lo hace”.
El Obispo Davies dijo durante sus visitas domiciliarias en las últimas 48 horas, que estaba profundamente impresionado con la cantidad de miembros que expresaron “cuánta paz y tranquilidad sintieron durante el huracán María” como resultado de las palabras de consuelo del presidente de la Iglesia, Henry B. Eyring, cuando visitó la región después del huracán Irma.
Como parte de sus comentarios, el Obispo y la Hermana Davies cantaron un dúo en español del himno de la Iglesia “Amad a otros”, y luego invitaron a la congregación a cantar con ellos.
Fuente: mormonnewsroom.org
