Amram Musungu caminaba muchos kilómetros todos los días para asistir a la escuela en Hamuyundi en Kenia. Dormía en el suelo sobre hojas de plátano en una choza. Y no tuvo un par de zapatos hasta los 15 años.
Pero eso no le impidió cambiar su futuro.
“Quería ser diferente, quería ayudar”, Musungu, que vive en Salt Lake, dijo a Deseret News.
Ahora, con doble ciudadanía en Utah, el auditor mormón de 39 años de edad está postulando para ser presidente de su patria natal.
Es algo que siempre había querido hacer, y de una manera indirecta, ha pasado toda su vida preparándose para ello.
“Seré el mejor presidente que el país haya tenido jamás”, dijo con ojos confiados.
El salir de la pobreza y la circunstancia por sí mismo, Musungu dijo que espera inspirar a los kenianos a trabajar duro para obtener el control de su país.
“Estoy en esta carrera para ganar”, dijo, agregando que podría ser más fácil permanecer en Utah, trabajar en su trabajo y pasar tiempo con su familia. “Pero quiero lo mejor para Kenia, y todos los kenianos deben estar orgullosos de su país”.
El orgullo de Musungu para Kenia fue fomentado desde muy joven.
No era un requisito asistir a la escuela, la cual era solamente una pizarra clavada en un gran árbol de sombra en las afueras del pueblo, pero Musungu sabía que mejoraría su vida y la enriquecería. Trabajó muy duro para mantener sus calificaciones y asistir todos los días a la escuela, incluso si le tomaba más de una hora para llegar y volver cada día.
Musungu conoció a los misioneros mormones en su país en 1992 y recuerda al Élder Russel Price natural de Arizona como “la primera persona blanca que conocí que me habló”.
“Era como si nos conociéramos muchos años”, dijo.
Aunque Musungu se crió en un hogar devoto protestante, el entonces joven adolescente se convirtió rápidamente y comenzó a compartir su amor por el evangelio con los demás. A los 17 años, obtuvo un permiso especial para cumplir una misión de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, y sirvió en su tierra natal durante 27 meses.
“Me hubiera gustado servir más”, dijo Musungu. “Me encantaba lo que estaba haciendo.”
Sin embargo, después de su misión, Musungu quería continuar su educación, y sus amigos y vecinos lo ayudaron a viajar a Utah y con poco más de $50 en su bolsillo, asistió a LDS Business College.
Después, Musungu fue a la Universidad de Utah y Westminster College, logrando múltiples títulos y certificaciones que lo convirtieron en auditor financiero / contador.
Se casó, después de convertir a su esposa al mormonismo, y tienen dos hijos, de 8 y 4 años.
Musungu ora todos los días para recibir oportunidades de servir a otros y enseñar a sus hijos a hacer lo mismo. Él sabe que su candidatura a la presidencia de una nación en crisis básicamente va a hacer lo mismo.
“Hay mucho que hacer y mucha gente necesita nuestra ayuda todos los días”, dijo Musungu, añadiendo que los beneficios de servir regresan diez veces más. “Hace mi vida más fácil, soy más feliz, mi vida es más gratificante. Ayudar a alguien, para mí, es un gran logro en mi día”.
Postular para ser presidente de Kenia, Musungu dijo, “no es algo que acaba de surgir”.
Ha pasado innumerables horas pensando en la corrupción y el malestar político que está ocurriendo en la nación de África oriental. Se preocupa diariamente por los problemas de seguridad nacional del país, la alta tasa de desempleo, la falta de reforma educativa y la agitación económica.
Y tiene planes de arreglar todos esos problemas – con el tiempo y con la ayuda del pueblo.
Como con todas las decisiones que hace Musungu, él deja que Dios guíe sus pensamientos, y cree firmemente que el Señor quiere que regrese a Kenia para marcar la diferencia.
Su campaña con base comunitaria ya está funcionando en Kenya, un país de 46 millones de habitantes. A través de los mensajes mixtos de los medios de comunicación, él está llegando a pequeñas ciudades, a los grupos desfavorecidos de hombres, mujeres y niños quienes se beneficiaran con sus ideas.
Musungu dijo que planea nombrar pronto a su candidata femenina, con la que espera consolidar sus afirmaciones de ayudar a las mujeres a tener una voz en Kenia.
“Quiero que todos los kenianos tengan una vida mejor”, dijo.
En la raíz de los esfuerzos de Musungu está su alta moral y su empuje por la transparencia y la integridad que no se ha visto en la región durante algún tiempo.
El intento de Musungu para alcanzar la presidencia de Kenia no será fácil. Hay otros siete candidatos, algunos de los cuales pertenecen a las tribus más corruptas de África y tienen décadas de control gubernamental bajo sus cinturones. Pero el país, dice Musungu, está listo para el cambio.
“Se acabaron las palabrerías”, dijo-.
Musungu no sólo necesita el apoyo de los kenianos para las elecciones del 8 de agosto, sino también de los residentes de Utah, él espera que puedan financiar sus esfuerzos para llegar allí, tal vez por intereses comerciales en el país o para ayudar a sus semejantes.
“Algunos piensan que es una posibilidad remota, pero es una posibilidad real”, él dijo.
Musungu, ex miembro del Coro del Tabernáculo Mormón y líder de la comunidad local de refugiados africanos, dijo que aprendió mucho de la gente de Utah y quiere difundir lo que ha aprendido a la gente de Kenia, aun si esto incluye compartir el evangelio.
Es más, él comenzó la rama local Swahili de la Iglesia SUD, sirviendo a mucha gente allí, ayudándoles a aprender inglés, pero también alcanzando a bautizar a casi 300 personas. Él cree que su vocación ahora es “servir y unir a África”.
“El evangelio me ha ayudado a entender que nada es imposible siempre y cuando bendiga la vida de los demás”, dijo Musungu, agregando que sólo quiere extender la paz y la prosperidad, dándole a la gente estabilidad y circunstancias para ayudarles prosperar.
Él siente que él tiene una obligación moral con la gente de Kenia.
“Amo Kenia”, dijo Musungu. “Es un país muy bueno, y los kenianos tienen una buena reputación donde quiera que van, sería egoísta quedarme en Estados Unidos”.
Fuente: Deseret News