El Consejo de Comunicación de la estaca de A Coruña, en coordinación con los Bancos de Alimentos de diferentes localidades del norte de España, organizó recientemente una jornada de servicio que unió a miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días con un propósito común: aliviar el sufrimiento de quienes más lo necesitan.
Voluntarios de A Coruña, Santiago, Gijón y León se movilizaron para participar activamente en la campaña de recogida de alimentos organizada por estas entidades benéficas.
Su labor consistió en invitar amablemente a los ciudadanos que acudían a supermercados y centros comerciales a donar alimentos no perecederos y productos de higiene personal.
Todo lo recaudado fue destinado a los Bancos de Alimentos, que posteriormente se encargan de distribuirlo a través de otras organizaciones sociales locales que trabajan directamente con personas en situación de vulnerabilidad.
La jornada resultó ser un éxito. Gracias al compromiso y entusiasmo de los voluntarios, se logró reunir una cantidad significativa de productos esenciales.
Estos serán fundamentales para reabastecer los almacenes de los bancos de alimentos, que muchas veces ven disminuidas sus reservas en ciertas épocas del año.
Cada lata de conserva, cada paquete de arroz, cada botella de champú recolectada representa una ayuda concreta para una familia que enfrenta dificultades económicas.
Esta acción no solo tuvo un impacto social, sino también espiritual para quienes participaron. Como miembros de la Iglesia de Jesucristo, creemos firmemente en el mandamiento de amar y servir al prójimo.
Las palabras del Salvador, “En cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis” (Mateo 25:40), se vuelven reales cuando extendemos la mano al necesitado, sin esperar nada a cambio.
Aunque como Iglesia tenemos mecanismos organizados para ayudar a los miembros que enfrentan desafíos temporales, también reconocemos la importancia de sumarnos a iniciativas que benefician a la comunidad en general.
Estas campañas nos permiten colaborar codo a codo con otras personas de buena voluntad, unir esfuerzos, aprender, y testificar con acciones —no solo palabras— que somos discípulos de Jesucristo.
La jornada concluyó con corazones llenos y satisfechos. Satisfechas de haber cargado bolsas, organizado productos, sonreído a desconocidos y compartido esperanza. Porque servir no solo transforma al que recibe, sino también al que da.
Como Santos de los Últimos Días, nos sentimos honrados de colaborar en causas que reflejan el amor de Cristo. Sabemos que actos pequeños, realizados con un corazón dispuesto, pueden marcar una gran diferencia.
Fuente: newsroom.churchofjesuschrist.org
