En una cálida mañana del domingo 20 de octubre de 2024, el élder Neil L. Andersen, del Cuórum de los Doce Apóstoles, llevó a cabo la dedicación del Templo de Salvador, marcando así un hito significativo para La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en Brasil.
El élder Andersen estuvo acompañado de su esposa, la hermana Kathy Andersen; el élder Mathias Held, Setenta Autoridad General y director ejecutivo asistente del Departamento del Templos; y su esposa, la hermana Irene Held; el élder Ciro Schmeil, Setenta Autoridad General y primer consejero de la presidencia del Área Brasil; y su esposa, la hermana Alessandra Schmeil.
Este sagrado edificio, el templo n.°11 en esta nación, se erige como un símbolo de fe, esperanza y del compromiso de la Iglesia de proveer un lugar donde los miembros puedan acercarse más a Dios y prepararse para la Segunda Venida de Jesucristo.
El élder Anderson expresó su admiración por los miembros de la Iglesia en Salvador, elogiando su amor por Dios y su disposición a servir a los demás.
“Los miembros de la Iglesia aquí están llenos de amor por Dios, su Padre, y por Jesucristo, y están dispuestos a servir a los demás guardando el primer y el segundo mandamientos”.
El apóstol también declaró que el templo sería una fuente de bendiciones para toda la región, trayendo prosperidad y crecimiento espiritual. El élder Andersen prometió:
“La ciudad prosperará y todos aquellos en [el estado de] Bahía serán bendecidos porque el templo está aquí”.
Además, expresó que el Templo de Salvador, Brasil, es más que solo un edificio; es un lugar de ordenanzas sagradas que otorgan poder a las personas y las conectan con su Padre Celestial.
La dedicación del Templo de Salvador es un testimonio de la fe inquebrantable y el sacrificio de los miembros de la Iglesia en Brasil.
Durante muchos años, los Santos de los Últimos Días en la región viajaron largas distancias para asistir al templo, soportando arduos trayectos para recibir las bendiciones de estas sagradas ordenanzas.
“Honramos a aquellos Santos que viajaron, en ocasiones, hasta 12 horas cada día durante tres días para adorar en el templo o que viajaron en autobús 36 horas seguidas para servir allí”, dijo el élder Andersen.
La construcción del templo en Salvador acercará las bendiciones de los cielos a los Santos de los Últimos Días. El élder Andersen expresó:
“Han soñado, han tenido esperanza, han orado, han viajado grandes distancias. Ahora, la Casa del Señor está a 36 minutos de distancia en lugar de 36 horas”.
El Templo de Salvador, Brasil, es un faro de esperanza y un recordatorio de la importancia de prepararse para recibir nuevamente al Señor Jesucristo. Como enfatizó el élder Andersen:
“Los templos son centrales en la preparación necesaria antes de la Segunda Venida”.
Al asistir regularmente al templo y seguir las enseñanzas de los profetas, los miembros pueden fortalecer su testimonio, acercarse más a Dios y estar listos para el regreso del Salvador.
Fuente: Church News