Nota del editor: La seguridad de los misioneros es una prioridad. Lo ocurrido en Provo recuerda la importancia de actuar con firmeza frente a amenazas, pero también con compasión hacia quienes enfrentan desafíos de salud mental.

Provo, Utah — Un hombre de 49 años ha sido acusado formalmente de amenazar con hacer explotar el Centro de Capacitación Misional (CCM) de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

Anthony Hambleton Beardall, residente de Provo, fue imputado este martes en el Tribunal del Cuarto Distrito por amenaza de terrorismo, un delito grave de segundo grado, y acoso por comunicación, un delito menor.

CCM de Provo, Utah, Estados Unidos. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

De acuerdo con documentos judiciales, el pasado 24 de abril, Beardall realizó al menos 10 llamadas telefónicas al Centro de Información de BYU. En una de ellas, declaró:

“Será mejor que cierren el CCM o vamos a volarlos por los aires. ¿Entiendes? Jesucristo nunca resucitó, es una mentira. Dejen de imponer esto al mundo”.

Durante cada llamada, Beardall insistía en que el centro debía cerrarse “de inmediato”, utilizando además lenguaje ofensivo y profano hacia los operadores.

Un patrón preocupante

Este no es el primer incidente relacionado con amenazas de Beardall. Desde diciembre de 2024 ha sido acusado en dos casos previos por hacer amenazas similares:

  • En diciembre, fue acusado de llamar al 911 en Lehi, diciendo que serían volados por la CIA y que planeaba “asesinar personas”.
  • En marzo, fue acusado nuevamente por llamar a la policía de Provo y declarar que iba a detonar una bomba nuclear contra el departamento policial y el estado.

Según documentos de la policía, Beardall realizó al menos 23 llamadas al centro de despacho de Provo, incluyendo una durante una ceremonia en honor a oficiales caídos.

Estado mental y proceso judicial

El pasado 5 de mayo, un juez determinó que Beardall no estaba mentalmente apto para enfrentar juicio en los casos anteriores. Una nueva evaluación de competencia ha sido programada para el 11 de agosto.

Conclusión:
Aunque las amenazas nunca deben tomarse a la ligera, este caso pone sobre la mesa la complejidad de abordar la seguridad pública cuando también hay condiciones de salud mental involucradas. La Iglesia no ha emitido comentarios públicos sobre el incidente, pero continúa operando con normalidad en el CCM de Provo.

Fuente: KSL