Hace unos días, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en Viroqua, Wisconsin, Estados Unidos, recibió a un visitante bastante particular.
Un ciervo, aparentemente extraviado, hizo una inesperada aparición en una capilla (centro de reuniones), causando sorpresa y asombro entre los feligreses.
El ciervo, que parecía estar desorientado, logró ingresar al edificio, generando una mezcla de preocupación y curiosidad. Los miembros de la congregación, en su mayoría sorprendidos por la repentina presencia del animal, se movilizaron rápidamente para asegurarse de que estuviera a salvo y no causara ningún daño.
La situación atrajo la atención del Departamento de Policía de Viroqua, que se presentó en el lugar para ayudar en la delicada tarea de guiar al ciervo de vuelta al exterior sin causarle daño. Con la colaboración de los agentes y la comunidad, se creó una ruta segura para que el ciervo pudiera salir del edificio.
Afortunadamente, el ciervo no sufrió lesiones durante su aventura inesperada en la iglesia. Una vez en el exterior, se le vio alejarse tranquilamente hacia el bosque cercano, aparentemente ileso y libre de su curiosidad.
Este peculiar incidente ha dejado una enseñanza significativa para la congregación y para todos los que han escuchado la historia.
La comunidad ha tomado este suceso con humor y reflexión, considerándolo un amable recordatorio de que todos los visitantes son bienvenidos, sin importar cuán inusuales puedan ser. En un tono jocoso, se ha comentado que el ciervo ahora está “libre de sus pecados”, haciendo referencia a la santidad que representa una capilla.
En resumen, la inesperada visita del ciervo a La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en Viroqua ha sido un evento memorable que subraya la importancia de la hospitalidad y la apertura hacia todos los seres, recordándonos que incluso en los momentos más inesperados, hay espacio para la compasión y el cuidado mutuo.