Sudamérica vivió un día profundamente significativo al conmemorarse los 100 años desde que el apóstol Melvin J. Ballard dedicó el continente para la predicación del Evangelio de Jesucristo, representando uno de los hitos más importantes en la historia de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en la región.
La ceremonia del Centenario se realizó en ese mismo parque histórico y fue presidida por el élder Dale G. Renlund, del Cuórum de los Doce Apóstoles de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, junto a su esposa, Ruth, y líderes del Área Sudamérica Sur.
Uno de los momentos centrales fue la plantación de un roble de tres metros, un símbolo directo de la profecía de Melvin J. Ballard, quien afirmó que la Iglesia en Sudamérica era entonces “como una pequeña bellota” que crecería hasta convertirse en un gran roble.
El élder Renlund recordó que, en 1925, la Iglesia tenía pocos miles de miembros en todo el mundo. Hoy, solo en Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay hay más de 1.300.000 Santos, y templos en funcionamiento o construcción en numerosas ciudades de la región:
- Buenos Aires, Córdoba y Salta en Argentina
- Concepción, Santiago (dos templos) y Antofagasta en Chile
- Temples en construcción o anunciados en Viña del Mar, Londrina, Iquitos, Cusco, Asunción, etc.
“Esa bellota creció, pero el Señor no tiene en mente un solo árbol. Tiene en mente un bosque de robles”.
Incluso mencionó la hermosa coincidencia del apellido de nuestro profeta, Dallin H. Oaks (“robles”), como un recordatorio del fortalecimiento espiritual que Sudamérica aún está llamada a vivir.
El Apóstol también expresó profunda gratitud a las autoridades de Buenos Aires por recibir a la Iglesia con respeto y apertura.
“Agradecemos los principios de libertad religiosa que estos gobiernos respaldan. Sin esta libertad, no estaríamos reunidos hoy celebrando los logros del primer siglo de la Iglesia en Sudamérica”, declaró.
La música tuvo un papel especial en el encuentro. Citando a María del Pilar Bosca, directora general de Cultos, el élder Renlund dijo:
“La música es como una oración doble que escribe el mensaje en el corazón”.
La voz de la nueva generación
Dos jóvenes miembros sudamericanos compartieron poderosos testimonios durante la transmisión.
Liam Wajchman, de 10 años, habló con emoción sobre el significado espiritual del parque donde Ballard oró:
“Todos somos consecuencia de ese momento sagrado”, dijo, recordando que el Evangelio sigue siendo un mensaje de gozo y paz.
Ana Pedersen, de 16 años, compartió experiencias de la misión de sus padres que cambiaron vidas para siempre. Su testimonio concluyó con claridad:
“Sé que Jesucristo vive y que Su Evangelio sigue obrando milagros”.
Ambos representaron la fe vibrante de la nueva generación de Santos en Sudamérica.
Al cerrar su mensaje, el élder Renlund invitó a cada miembro a convertirse en “pionero del segundo siglo”:
- fortaleciendo la fe personal,
- sirviendo en el templo,
- apoyando a la juventud,
- y llevando el Evangelio a otros con amor.
Incluso compartió parte del himno Soy pionero también, incluido en el nuevo himnario, como un recordatorio del llamado actual del Señor.
La ceremonia concluyó con una bendición apostólica sobre Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay, para que este bosque de fe continúe creciendo en fortaleza y número.
Visita al Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez
Durante su estadía en Buenos Aires, el élder Renlund también dedicó tiempo a servir a la comunidad, visitando el Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, una institución con más de 150 años de historia y referencia nacional en pediatría.
Allí, acompañado por otros líderes de la Iglesia, se firmó el acta de entrega de equipamiento médico avanzado, entre ellos:
- dos respiradores neonatales con humidificadores
- un microscopio quirúrgico de alta precisión
Estos equipos fortalecen áreas críticas como neonatología y neurocirugía pediátrica, permitiendo mayor exactitud en cirugías complejas y mejorando la atención de recién nacidos en estado delicado.
El élder Renlund compartió un mensaje sobre el verdadero propósito del servicio cristiano:
“Solo porque no puedas ayudar a todos, no significa que no puedas ayudar a alguien”.
También explicó que, en muchas ocasiones, la Iglesia prefiere ayudar en silencio:
“Como en los clavados olímpicos, tratamos de no salpicar demasiado”.
El personal médico, liderado por el Dr. Pablo Neira y Alicia Garré, agradeció el apoyo y destacó que el nuevo equipamiento ya está beneficiando directamente a los niños y a sus familias.
La celebración del Centenario y la visita del élder Renlund al hospital mostraron dos caras inseparables del discipulado: fe y servicio.
Mientras la Iglesia recuerda la oración que abrió las puertas del Evangelio en Sudamérica, también continúa extendiendo una mano a quienes sufren.
Cien años después, lo que comenzó como una bellota hoy es un roble firme. Y, como dijo el élder Renlund, este nuevo siglo invita a cada miembro a plantar nuevas semillas de fe: el bosque apenas comienza a crecer.
Fuente: newsroom.churchofjesuschrist.org, newsroom.churchofjesuschrist.org
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