Hoy en día, los Santos de los Últimos Días nos abstenemos totalmente de las sustancias referidas en la Palabra de Sabiduría como el alcohol, té, café tabaco y otros, pero ¿por qué la interpretamos tan estrictamente ahora cuando antes no se hacía?
Este nuevo episodio de Fe y Creencias te explicará qué es lo qué ocurrió y como ha evolucionado el cumplimiento de esta ley de salud.
La Palabra de Sabiduría no es el resultado de grandes revelaciones en momentos específicos, sino en un cambio lento, siendo más una evolución cautelosa con las actitudes y circunstancias. Ahora, esto no quiere decir que Dios no haya inspirado este cambio gradual. Simplemente se puede comparar con un lento atardecer, y no con un cambio de interruptor.
Incluso el té, café, y alcohol estuvieron en la lista de equipaje de los pioneros mormones que fueron al este. Jose Smith y otros líderes bebían vino en la cárcel de Carthage, y whiskey mientras estuvieron detenidos en Missouri. De nuevo, el énfasis fue moderarse, no abstenerse. Entonces, ¿Cuándo fue que esto cambió?
En 1913, el Presidente Joseph F. Smith se enfocó en la obediencia estricta de la palabra de sabiduría, y que siempre fue el objetivo final, pero si hubiera sido declarado como un mandamiento desde el principio, “eso hubiera traído condenación a cada uno de los hombres; así que el Señor fue misericordioso y les dio el chance de superarlo, antes que ÉL la traiga bajo ley.” En otras palabras, parece que el Presidente Smith vio la interpretación moderada como una clase de “ley menor” y la total abstinencia como la “ley mayor”.
En 1921, bajo el Presidente Heber J. Grant, la obediencia a la palabra de sabiduría se volvió una prerrequisito para entrar al templo. Esta decisión fue esencialmente para enseñarnos de que si algo viene como una sugerencia de Dios, debemos tratarlo como un mandamiento.
El Presidente Grant llamó a los santos a “vivir la palabra de sabiduría al pie de la letra, absteniéndose completamente del alcohol, café, té y tabaco. Hoy en día los miembros de la Iglesia están a la expectativa de vivir estos altos estándares”. Son realmente las palabras del Presidente Grant que cubren la brecha entre las interpretaciones.