Los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días afirmamos que nuestra Iglesia es la única Iglesia verdadera sobre la tierra. ¿Por qué? ¿Cómo sabemos que es la única Iglesia verdadera y qué evidencia tenemos para afirmar eso? Si pudieras proporcionarme cualquier información al respecto, te lo agradecería.
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Respuesta
No eres la primera persona que hace esa pregunta. Me imagino que toda persona con un deseo sincero querría saber cuál de las muchas iglesias que adoran al Salvador es Su iglesia.
A principios del siglo XIX, ese fue un punto que fue debatido con mucha intensidad por ministros y congregaciones por igual, cada uno afirmando ser la verdadera Iglesia y cada uno censurando a quienes pensaban algo diferente.
Fue en este entorno donde creció el joven José Smith. Él tenía un ardiente deseo de saber cuál era pregunta. José visitó muchas iglesias para escuchar sus afirmaciones, luego leyó lo que pudo en la Biblia sobre el tema, y a pesar de todo eso, él no pudo llegar a ninguna conclusión definitiva sobre qué iglesia tenía la razón.
Finalmente, se dirigió a un bosque donde se encontraría solo, se arrodilló y derramó su alma ante Dios, preguntándole a cuál de las muchas iglesias que existían debía unirse.
Como de seguro ya sabes, en respuesta a su oración, Dios el Padre y Su Hijo Jesucristo aparecieron ante él en un pilar de luz brillante.
Su experiencia está registrada en sus propias palabras de la siguiente manera:
“Había sido mi objeto recurrir al Señor para saber cuál de todas las sectas era la verdadera, a fin de saber a cuál unirme. Por tanto, luego que me hube recobrado lo suficiente para poder hablar, pregunté a los Personajes que estaban en la luz arriba de mí, cuál de todas las sectas era la verdadera (porque hasta ese momento nunca se me había ocurrido pensar que todas estuvieran en error), y a cuál debía unirme.
Se me contestó que no debía unirme a ninguna, porque todas estaban en error; y el Personaje que me habló dijo que todos sus credos eran una abominación a su vista; que todos aquellos profesores se habían pervertido; que “con sus labios me honran, pero su corazón lejos está de mí; enseñan como doctrinas los mandamientos de los hombres, teniendo apariencia de piedad, mas negando el poder de ella”.
De nuevo me mandó que no me uniera a ninguna de ellas; y muchas otras cosas me dijo que no puedo escribir en esta ocasión. Cuando otra vez volví en mí, me encontré de espaldas mirando hacia el cielo. Al retirarse la luz, me quedé sin fuerzas, pero poco después, habiéndome recobrado hasta cierto punto, volví a casa. Al apoyarme sobre la mesilla de la chimenea, mi madre me preguntó si algo me pasaba.
Yo le contesté: “Pierda cuidado, todo está bien; me siento bastante bien”. Entonces le dije: “He sabido a satisfacción mía que el presbiterianismo no es verdadero”. Parece que desde los años más tiernos de mi vida el adversario sabía que yo estaba destinado a perturbar y molestar su reino; de lo contrario, ¿por qué habían de combinarse en mi contra los poderes de las tinieblas? ¿Cuál era el motivo de la oposición y persecución que se desató contra mí casi desde mi infancia?”. –Historia de José Smith 1: 18-20
Es muy interesante considerar que después de esta maravillosa revelación de Dios, las diversas iglesias cristianas disminuyeron enormemente su animosidad entre sí y unieron fuerzas para intentar combatir las afirmaciones de José Smith, que Dios le había dicho que ninguna de las iglesias de aquellos días eran correctas.
Esa animosidad continúa hasta el día de hoy.
Sin embargo, solo hay una manera de llegar a saber que La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es la única y verdadera Iglesia en el mundo cristiano de hoy, y es hacer lo mismo que José Smith hizo: preguntarle a Dios.
Los pasos dados por Moroni para saber si el Libro de Mormón es verdadero se extiende mucho más allá de esa pregunta en particular. Son los pasos por los cuales podemos encontrar toda la verdad de Dios. Moroni aconsejó:
“Y cuando recibáis estas cosas, quisiera exhortaros a que preguntéis a Dios el Eterno Padre, en el nombre de Cristo, si no son verdaderas estas cosas; y si pedís con un corazón sincero, con verdadera intención, teniendo fe en Cristo, él os manifestará la verdad de ellas por el poder del Espíritu Santo; y por el poder del Espíritu Santo podréis conocer la verdad de todas las cosas”. –Moroni 10: 4-5
Fuente: askgramps.org