Una de las características más representativas de los mormones (miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días) es no consumir alcohol ni tabaco. ¿Por qué no lo hacemos? ¿Es sólo por salud? ¿Se puede dejar de beber y fumar y ser mormón?
Va mucho más que por temas de salud el restringirse de alcohol y tabaco
Los mormones rigen su vida en base a los mandamientos que El Señor les ha dado (por medio de Moisés). Así mismo cuentan con otras leyes y normas que cuidan de su salud integralmente, es decir; mental, espiritual, emocional y física (En Conference Report, octubre de 1944, pág. 8.). Para ello cuentan con lo que ellos llaman Palabra de Sabiduría (Doctrina y Convenios 89), la cual es una ley que fue dada por Dios a José Smith desde los principios de la Iglesia. En la cual se menciona, entre muchos otros puntos, el no consumo de tabaco ni alcohol.
Es un mandamiento actual
El apóstol Pablo explicó que nuestro cuerpo es un templo (1 Corintios 3:16-17); y desde la antigüedad los Templos han sido lugares Sagrados, como en la época de Salomón ( 2 Crónicas 5:1–14). De igual manera lo son en la actualidad para los mormones, ya que estos son la Casa del Señor y en ellos mora su Espíritu. Así mismo, al ser su cuerpo un templo no pueden permitir que nada impuro more en ellos. Ya que de permitirlo el Espíritu se retiraría. Es por ello que al no consumir alcohol ni tabaco entre otras sustancias dañinas para la salud, los miembros de la Iglesia aseguran que su templo (cuerpo) se mantenga puro.
El Presidente Heber J. Grant (séptimo presidente de la Iglesia mormona) enseñó que “El Señor no desea que se use droga alguna que cree dependencia” y el alcohol y el tabaco si la causan. Él también menciona que la mayor parte del tiempo la crueldad, la pobreza, las enfermedades y los problemas en el hogar son causadas por las bebidas fuertes, ya que estás hacen que las personas pierdan el juicio y las vuelven deshonestas. Lo cual es un daño no solo para su cuerpo, sino para las personas que las rodean.
Una hermosa promesa
Un ejemplo grave de los daños causados por el alcohol y el tabaco se ve reflejado en uno de los amigos del Presidente Herber J. Grant. El cual cesó su consumo de tabaco para asistir a una misión de tiempo completo, pero al regresar continuó consumiéndolo, lo cual lo llevo a consumir alcohol y a morir a una corta edad. Al estar en la tumba de su amigo el Presidente expresó: “dirigí la mirada al cielo e hice la promesa a mi Dios de que sería enemigo del licor y del tabaco y de que lucharía en contra de ellos con todas las fuerzas que Dios me diese hasta el día de mi muerte” (“Answering Tobacco’s Challenge”, Improvement Era, junio de 1931, pág. 450.).
Los miembros de la Iglesia que hayan consumido alcohol o tabaco (o transgredido de otra forma La Palabra de Sabiduría o cualquier otro mandamiento, ley o norma) y deseen de corazón no volverlo hacer, pasan por un proceso de arrepentimiento establecido por líderes de la Iglesia, con el fin de obtener perdón ante Dios. Esforzándose desde ese momento en adelante por tener una vida más digna, plena y saludable. (https://addictionrecovery.
El Presidente Boyd K. Packer dijo: “Si bien La Palabra de Sabiduría requiere estricta obediencia, a cambio de ello nos promete buena salud, grandes tesoros de conocimiento y la redención que nos es concedida mediante el Cordero de Dios.” (The Word of Wisdom:The Principle and the Promises .General Conference, abril 1996). Es así como podemos ver el porqué los mormones no consumen alcohol ni tabaco. Pues ellos saben que las bendiciones que recibirán por abstenerse de tomar estas sustancias son mucho mayores que el falso placer de consumirlas.