La hoja de coca, en su forma natural y sin procesar, ha sido tradicionalmente utilizada por algunas comunidades indígenas de los Andes durante siglos con fines medicinales y culturales. En su estado natural, la hoja de coca no es adictiva ni causa daño físico significativo.
Sin embargo, la hoja de coca contiene alcaloides naturales, aunque en cantidades mucho menores que las encontradas en la cocaína procesada y de consumo recreativo.
Entonces, sabiendo que no se causan efectos adversos significativos cuando se mastican la hoja de coca o se consume en forma de té, como se hace en algunas tradiciones culturales, ¿está mal consumirla según la Palabra de Sabiduría?
¿Qué dice la Iglesia?
La Palabra de Sabiduría es un mandamiento dado por el Señor a los Santos de los Últimos Días en 1833. Es una guía para la salud física, mental y espiritual. Entre otras cosas, la Palabra de Sabiduría prohíbe el consumo de alcohol, tabaco y té.
Sin embargo, no menciona específicamente la hoja de coca, y es posible que la interpretación y aplicación de sus principios varíen en relación con el consumo de la hoja de coca en su forma natural, especialmente en el contexto de las comunidades donde ha sido una tradición cultural.
Con ello en mente, nos podríamos preguntar si la Palabra de Sabiduría también prohíbe masticar, o chacchar como se dice en otras regiones, la hoja de coca.
No obstante, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días no ha emitido una declaración oficial sobre si chacchar la hoja de coca es o no compatible con la Palabra de Sabiduría.
¿Qué dice la ciencia?
Primero, tienes que preguntarte por qué la hoja de coca estaría incluida en la Palabra de Sabiduría como una sustancia nociva.
Las hojas de coca son un producto natural; son hojas y están en naturaleza. Consumirlas sería como consumir una hoja de lechuga o hacerte una infusión con hojas de limón o naranja.
La droga proveniente de la coca, es decir, la pasta básica de cocaína o cocaína, es un compuesto químico que se obtiene luego de un proceso largo de varios pasos en los cuales usan insumos químicos.
Estos procesos químicos se realizan para obtener el alcaloide tropánicos de cocaína que está en concentraciones mínimas o ínfimas en una sola hoja.
Asimismo, estas sustancias dañinas se obtienen luego de procesar grandísimas cantidades de hoja de coca y cambiar, o transformar, este alcaloide mediante sustancias químicas para hacerlo comerciable como el queloideo y la pasta básica.
Además, la cantidad de los alcaloides, o cocaína, contenidos en las hojas frescas van de un 0,4% a un 1,0% en peso, siendo su absorción mucho menor en la forma tradicional que en las formas purificadas del clorhidrato de cocaína.
Por lo tanto una hoja de coca de ninguna forma y bajo ningún concepto podría ser considerado como una droga, un opioide, o una substancia adictiva, ya que no causan ningún efecto psicoactivo y eufórico.
Finalmente, cabe resaltar que la adicción, formación de hábito, daño corporal o neurológico u otros efectos nocivos del consumo de la hoja de coca en su forma natural, no se han documentado ni demostrado científicamente.
En conclusión, según mi criterio, el masticar la hoja de coca no quebranta la Palabra de Sabiduría. Cabe resaltar que este artículo es una investigación y opinión, no una respuesta ni declaración oficial por parte de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
*Imagen de portada por Difusión