Los Santos de los Últimos Días creen absolutamente que mediante la expiación infinita de Jesucristo, todos los seres humanos tienen el potencial de un día, después de esta vida, llegar a ser como Dios y en el nuevo episodio de Fe y Creencias te lo explicamos todo.
Este concepto conocido como la theosis no es algo nuevo. La Biblia nos comparte los siguientes versículos que reflejan la idea de que podemos llegar a ser como Dios:
“Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, por el conocimiento de aquel que nos ha llamado por medio de su gloria y virtud, por conducto de las cuales [Cristo] nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas lleguéis a ser participantes de la naturaleza divina”.– 2 Pedro 1: 3-4
“Porque el Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios, y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados”. -Romanos 8: 16-17
“Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono”. -Apocalipsis 3
Norman Russell, quien no es un Santo de los Últimos Días, escribió:
“En el mundo angloparlante está resultando cada vez menos necesario hacer apología respecto de la doctrina de la deificación.
Aun cuando se la admitía finalmente cristiana, se la consideraba extremadamente esotérica [o mística]…
En años recientes, sucesivos trabajos referidos a la deificación en los Padres de la Iglesia, desde Ireneo hasta Máximo el Confesor han confirmado la base patrística de la doctrina”. -“La Doctrina de La Deificación en La Tradición Patrística Griega”
De algunos de esos primeros padres de la iglesia, leemos:
“Dios se hizo hombre, para que el hombre pudiera hacerse Dios”. -Atanásio, “De incarnatione”
“Por medio de Su amor trascendente, llegó a ser como nosotros a fin de llevarnos a ser cómo Él es”. -Ireneo, “Adversus Haereses”, vol. V
“Como el hombre eso, Cristo estuvo dispuesto a ser, para que también el hombre sea lo que Cristo es”. -Cipriano de Cartago, “Treatise VI”
“Dios nos creó para que pudiéramos llegar a ser ‘participantes de la naturaleza divina’ y partícipes de Su eternidad, y para que pudiéramos llegar a ser como Él mediante la deificación por la gracia”. -Máximo el Confesor, “Various texts 1:42”
“Dios… ha creado todas las cosas para que el hombre sea salvo y deificado”. -Antonio Abad, “On the character of men and on the virtuous of life”
Ahora, esto no quiere decir que todos estos primeros padres estarían de acuerdo entre ellos mismos o con nosotros en la actualidad sobre lo que implica exactamente la deificación, además esta creencia con el tiempo se fue perdiendo poco a poco.
Una razón sería que en la iglesia primitiva, las ideas sobre la naturaleza de Dios y sus creaciones cambiaron, ampliando la brecha entre nuestro ser y el ser de Dios.[2]
En otras palabras, las personas con el tiempo llegaron a pensar que la theosis era como creer que una manzana algún día podría convertirse en una naranja.
Los Santos de los Últimos Días creen:
“La diferencia entre el hombre y Dios es significativa, pero es una diferencia de grado, no de especie. Es la diferencia que separa a una bellota de un roble, al capullo de la rosa, a un hijo y a un padre”. -Tad Callister, “Our identity and our destiny”, devocional de BYU
Realmente creemos que somos creados a semejanza e imagen de Dios, por lo tanto, concordamos con el Evangelio de Felipe en los Manuscritos de Nag Hammadi:
“Un caballo engendra a un caballo, un hombre engendra a un hombre, un dios engendra a un dios”. -Evangelio de Felipe, Manuscritos de Nag Hammadi
Tal vez por eso leemos en Salmos:
“Vosotros sois dioses, y todos vosotros hijos del Altísimo”. -Salmo 82: 6
Creemos que cada uno de nosotros nace con una semilla de divinidad dentro de nosotros.
C. S. Lewis escribió:
“Es algo serio vivir en una sociedad de posibles dioses y diosas, recordar que la persona más aburrida y menos interesante con la que puedas hablar algún día podría ser una criatura que… te sentirías fuertemente inclinado a adorar… No hay personas comunes y corrientes. Nunca has hablado con un simple mortal”. -C. S. Lewis, “The Weight of Glory and Other Addresses”, 1949, págs. 14–15.
Ahora, naturalmente, hay personas que tienen algunas inquietudes sobre esta enseñanza, por ejemplo, Tad Callister planteó la pregunta: “¿Se ve Dios mermado, degradado, menoscabado, destronado por dar a otros la capacidad de llegar a ser como Él?”
Su respuesta fue la siguiente:
“La capacidad de honrar y de adorar se incrementa con la iluminación intelectual, emocional, cultural y espiritual. En consecuencia, cuanto más nos volvemos como Dios, mayor es nuestra capacidad de rendirle homenaje. En ese proceso de elevar a los hombres hacia los cielos, Dios multiplica simultáneamente su propio honor y por lo tanto recibe mayor honra y no menos”.
-Tad Callister, “Our identity and our destiny”, devocional de BYU
Algunos se preguntan si la doctrina de theosis implica que queremos reemplazar a Dios.
La respuesta a esa duda obviamente es no. El hecho de que un hijo se convierta en padre no significa que ya no tenga un padre.
Otros se preguntan si esta creencia hace que los Santos de los Últimos Días sean politeístas.
Si hay otros dioses en algún lugar del cosmos además de nuestros Padres Celestiales y Jesucristo, no nos preocupan en lo más mínimo; no nos afectan de ninguna manera.
Creemos que Dios desea que aprendamos las cosas que Él sabe y hagamos las cosas que Él hace, creemos que para eso está la eternidad.