Pregunta
Mi esposo y yo nos graduamos de la universidad, conseguimos un empleo según nuestras respectivas carreras y recientemente, tuvimos un bebé.
Creo que ha llegado el momento de quedarme en casa para cuidar de nuestro hijo.
Pero, con las exigencias del mundo actual, es importante que ambos trabajemos para que podamos cubrir nuestros gastos y me pregunto si estaría bien que me quede en casa por un tiempo.
¿Las autoridades de la Iglesia han dicho algo sobre la necesidad de que las madres permanezcan en el hogar para ayudar a su familia?
Respuesta
Me alegra mucho que tu familia esté creciendo y que tu esposo y tú se estén esforzando por darle todo lo mejor a su bebé.
Es genial que estés considerando quedarte en casa para cuidar a tu hijo. Eso es fundamental en los primeros años de vida de un ser humano, ya que ayuda en su desarrollo. No hay nada mejor como la conexión entre una madre y un hijo.
Comprendo también que te preocupe dejar de lado tu carrera por un tiempo, ya que cada vez las cosas en el mundo están más caras y hace falta tener ingresos extras para cubrir nuestras necesidades.
Bueno, retomando el enfoque de tu pregunta. Sí, las autoridades de la Iglesia han hablado sobre los roles de la madre y el padre en el hogar.
El presidente Ezra Taft Benson expresó:
“El Señor le ha dado al hombre la responsabilidad de proporcionar el sustento a su familia, de tal manera que la esposa pueda cumplir con su función de madre en el hogar.
A veces la madre trabaja fuera de la casa animada por su marido, e incluso ante la insistencia de él… [por] las conveniencias que puede comprar el dinero extra.
Hermanos, en esos casos no sólo sufrirá la familia, sino que su desarrollo espiritual y su progreso quedarán obstaculizados”.
El élder Richard G. Scott dijo:
“Por medio del Evangelio restaurado sabemos que la familia ideal existe y que está compuesta por un justo poseedor del Sacerdocio de Melquisedec, una esposa recta sellada a él e hijos nacidos en el convenio o sellados a ellos.
Con la madre en el hogar, en un ambiente de amor y servicio, los padres enseñan a sus hijos las vías del Señor y Sus verdades mediante el precepto y el ejemplo.
Ellos cumplen su función divinamente señalada, la cual se menciona en la Proclamación de la Familia”.
En “La familia: Una proclamación para el mundo” dice:
“Por designio divino, el padre debe presidir la familia con amor y rectitud y es responsable de proveer las cosas necesarias de la vida para su familia y de proporcionarle protección.
La madre es principalmente responsable del cuidado de sus hijos.
En estas sagradas responsabilidades, el padre y la madre, como compañeros iguales, están obligados a ayudarse el uno al otro.
La discapacidad, la muerte u otras circunstancias pueden requerir una adaptación individual”.
En otra parte de la proclamación leemos:
“El esposo y la esposa tienen la solemne responsabilidad de amarse y de cuidarse el uno al otro, así como a sus hijos. ‘…herencia de Jehová son los hijos’ (Salmo 127:3).
Los padres tienen el deber sagrado de criar a sus hijos con amor y rectitud, de proveer para sus necesidades físicas y espirituales, y de enseñarles a amarse y a servirse el uno al otro, a observar los mandamientos de Dios y a ser ciudadanos respetuosos de la ley dondequiera que vivan.
Los esposos y las esposas, las madres y los padres, serán responsables ante Dios del cumplimiento de estas obligaciones”.
Las autoridades de la Iglesia y la Proclamación de la familia señalan claramente que la función de la esposa es cuidar de los hijos y que el esposo debe encargarse de proveer para el hogar.
Asimismo, se deja en claro que, aunque cada uno tenga responsabilidades por designio divino, ambos deben preocuparse y ayudarse mutuamente, como compañeros iguales, en el cuidado de los hijos e hijas. Ambos van a rendir cuentas ante Dios sobre esta tarea.
Además, se especifica que, por las distintas circunstancias de la vida, se deban adaptar sus funciones.
Entonces, no está mal que te quedes en casa para cuidar a tu hijo mientras tu esposo trabaja para proveer. Tampoco está mal que en algún momento regreses a trabajar debido a las exigencias del mundo actual.
Lo más importante es que tú y tu esposo cumplan con su responsabilidad de padre y madre de velar por el bienestar de su bebé, sin descuidar su progreso espiritual.
Fuente: Ask Gramps