Nota del escritor: Este artículo responde a la experiencia de una mujer Santo de los Últimos Días que, al igual que muchos, quería continuar recibiendo las bendiciones del ayuno pero que por su estado de salud es difícil abstenerse de comer alimentos por periodos tan largos de comida.
No puedo ayunar, ¿qué puedo hacer?
Estoy embarazada y durante el domingo de ayuno tuve que comer algunas galletas debido a mi condición, ya que a veces me vienen dolores estomacales, y si no digería las galletas rápidamente, una náuseas paralizantes llegaban a mi cuerpo.
Muchas personas no pueden ayunar debido a sus condiciones, como las personas con diabetes, hipoglucemia, o aquellas que están limitadas por la edad o circunstancias. Por eso fue muy fácil sentirme deprimida por no poder ayunar correctamente.
Ciertamente, el Señor se preocupa por nuestra salud física y comprende nuestras situaciones únicas, pero ¿el no poder privarme completamente de los alimentos me priva de las bendiciones del ayuno?
Respuesta
Ayunar, o abstenerse de comer y beber durante un período de tiempo designado, se considera una forma en que el espíritu desarrolla el dominio sobre el cuerpo, acercando el alma a Dios. Esta puede ser una experiencia increíblemente poderosa.
Según las Escrituras y otras creencias, las personas de diversas religiones, incluidos musulmanes, judíos, Santos de los Últimos Días y otros, creen que el ayuno puede:
“Cultivar la fuerza espiritual; reforzar la capacidad de resistir la tentación; desarrollar la autodisciplina sobre los apetitos naturales; demostrar humildad y tristeza; fomentar sentimientos de compasión; aumentar el poder de la oración; facilitar la guía espiritual y la revelación“.
El propósito y las bendiciones del ayuno están tan inseparablemente entrelazados que el Señor describe a través del profeta Isaías, que el ayuno tiene el poder de “desatar las ligaduras de la maldad, soltar las cargas de opresión, y dejar libres a los quebrantados” (Isaías 58:6).
En resumen, el ayuno es un principio físico con inmensas implicaciones espirituales, todas las cuales benefician tanto a la persona que ayuna como a las personas que reciben ayuda a través del ayuno.
Enfoques alternativos al ayuno
El ayuno no es un ritual con un guion establecido. El presidente Russell M. Nelson enseñó después de invitar al mundo a ayunar por el alivio de la pandemia de 2020:
“Decidan lo que constituiría un sacrificio para ustedes, al recordar el sacrificio supremo que el Salvador hizo por ustedes … Unámonos en suplicar que haya sanación en todo el mundo”.
El ayuno se trata realmente de un sacrificio sincero, un principio profundo y eterno que inevitablemente nos conecta con Jesucristo. A medida que renunciamos a las comodidades físicas que sacian los apetitos naturales, podemos aprender, elevar y amar más profundamente.
A través de la perspectiva del sacrificio, aquí hay tres formas alternativas de no abstenerse completamente de los alimentos y las bebidas durante el domingo de ayuno y aun así disfrutar de las bendiciones de este principio espiritual.
1. Modifica tu ayuno: algunas limitaciones físicas aún permiten flexibilidad con el ayuno. Esta puede ser una gran oportunidad para modificar tu ayuno en función de tus necesidades personales. Por ejemplo, podrías:
- Reducir tu ayuno a una sola comida
- Ajustar el tiempo de tu ayuno según el horario de las reuniones de tu barrio
- Ayunar ciertos tipos de alimentos o bebidas
2. Ofrece un sacrificio diferente: un propósito clave de este principio es conquistar los apetitos humanos naturales de la comodidad, entonces, encuentra algo a lo que te sea difícil renunciar. Es posible que puedas vivir el domingo de ayuno sacrificando:
- Usar tu teléfono para ciertas cosas
- Viendo tu programa de televisión favorito
- Comer golosinas u otros alimentos
- Participar en ciertas actividades recreativas.
3. Enfócate en la oración: si los profetas, tanto antiguos como modernos, nos han enseñado algo sobre el ayuno, es que el ayuno y la oración van de la mano. Al testificar a los nefitas acerca de Jesucristo, Alma enfatizó que la certeza espiritual requiere trabajo:
“He aquí, he ayunado y orado muchos días para poder saber estas cosas por mí mismo.” (Alma 5:46)
Trate de orar de una manera más seria y reflexiva. Ya sea que esté de rodillas, orar con hambre y sed espiritual puede conducirte a conexiones divinas que llenen y sacien tu alma.
El Señor valora tus sacrificios
Jesucristo, entre todas las personas, entiende la naturaleza individual del sacrificio. Su vida nunca fue de riqueza, exceso o lujo. Cuando María y José vinieron a presentar al joven Jesús en el templo, era costumbre israelita traer un cordero de sacrificio.
Incapaces de permitirse tal sacrificio, utilizaron la opción levítica: dos tórtolas (Lucas 2:24). Seguramente, la ferviente ofrenda fue aceptada por un Padre Celestial que conocía y entendía su circunstancia.
A medida que se acerque al domingo de ayuno del próximo mes, considera qué tipo de esfuerzo te conectaría más estrechamente con los principios y las bendiciones del sacrificio.
Dudo mucho que el Señor esté llevando una cuenta cada domingo para ver quién ayunó, cuánto tiempo ayunaron y cuanta hambre sintieron.
Estoy seguro de que Él está lleno de amor por aquellos que internalizan el espíritu del ayuno y tratan de implementarlo lo mejor que pueden, incluso si eso significa hacer ajustes o sustituciones personales, e incluso si se trata de algunas galletas.
Fuente: LDS Living