Hace años, mi fe se estaba debilitando y no vivía según las normas de la Iglesia.
Entonces, mi nombre se eliminó de los registros de la misma.
Sé que debo bautizarme otra vez para volver a ser miembro de la Iglesia. Sin embargo, mi pregunta es, ¿qué diferencia hay en que se retire tu nombre de los registros de la Iglesia y ser excomulgado? y ¿cuál es el proceso para volver a unirte a la Iglesia?
Respuesta
Estimado Anónimo,
En primer lugar, Dios te bendiga por pensar en volver a la Iglesia. Dios desea que estés en casa y tu anhelo de regresar es Su voz hablando a tu alma. Recuerda Doctrina y Convenios 18:10:
“Recordad que el valor de las almas es grande a la vista de Dios”.
Él no te ha olvidado. De hecho, Él envió a Su Hijo a morir por tus pecados.
“Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna”. – Juan 3:16
Ahora en cuanto a tu pregunta. Eliminar tu nombre de la Iglesia es lo mismo que ser excomulgado voluntariamente.
Las consecuencias son las mismas que si hubieras estado ante un consejo disciplinario.
Tendrás que volver a bautizarte y, si las tuviste, restaurar tus bendiciones del sacerdocio y del templo.
Se necesita mucho esfuerzo para volver al redil, pero ese esfuerzo vale la pena.
Primer paso
Lo primero que debes hacer es ir y hablar con tu obispo.
Cuéntale todo; por qué dejaste la Iglesia, los pecados o las transgresiones que cometiste durante este período además de tu deseo de regresar y reunirte con los Santos.
Él consultará con tu presidente de estaca y, según tus circunstancias, determinará lo que debes hacer para volver a bautizarte.
Puede tomar algún tiempo, pero solo ellos pueden decirte cuánto. Ese es el primer paso que debes dar.
Segundo paso
El segundo paso, como se describe en Doctrina y Convenios 58:43, es abandonar los pecados.
“Por esto podréis saber si un hombre se arrepiente de sus pecados: He aquí, los confesará y los abandonará”.
En tu caso, abandonar tus pecados significa regresar a la actividad regular en la Iglesia.
Si bien no podrás dar discursos ni poseer un llamamiento, podrás asistir a la Santa Cena, la Escuela Dominical y el Sacerdocio o la Sociedad de Socorro, según tu género.
Puedes sumergirte en las Escrituras y acercarte más a tu Padre Celestial y a tu Salvador en oración.
Si bien no tendrás el don del Espíritu Santo hasta que te vuelvas a bautizar, comenzarás a sentir Su influencia cada vez más en tu vida a medida que te esfuerces por vivir los mandamientos.
Finalmente
Finalmente, y esto es lo más importante que debes recordar. Tan pronto como completes este proceso, todos tus pecados serán perdonados. Según Isaías 1:18:
“Venid ahora, dice Jehová, y razonemos juntos: aunque vuestros pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; aunque sean rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana”.
Serás limpio ante los ojos del Señor. No hay regalo más precioso que podamos recibir de Él, y Él te lo está ofreciendo ahora. Dios te acompañe en tu camino amigo.
Fuente: Ask Gramps