Una queja recurrente sobre la Iglesia es que insistimos en “bautizar a judíos muertos.” Recientemente, se informó que algunos judíos, victimas del tiroteo de Parkland (Florida), fueron presentados en nuestros templos para ser bautizados. El problema se debe a la combinación de un malentendido de la doctrina del bautismo por los muertos y el persistente fastidio de los miembros demasiado entusiastas de la Iglesia que no pueden seguir instrucciones simples.
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Primero, la doctrina. La noción completa de los bautismos cristianos vicarios por los judíos fallecidos puede sonar a antisemitismo, especialmente si las personas no entienden de qué se tratan los bautismos vicarios. Existen algunos principios doctrinales básicos subyacentes a la práctica que pueden ayudar a entender a los que no son miembros que ésta no es antisemita ni completamente demente:
1. Creemos que nuestro Padre Celestial hizo un plan para que sus hijos puedan ser salvos. Sí, creemos que ese plan incluye la redención a través de Jesucristo y la realización de ciertas ordenanzas de salvación, la más importante es el bautismo.
2. Creemos que todos no tendrán la oportunidad de escuchar la plenitud del evangelio durante sus vidas ni estar en condiciones de aceptarlo. Si Dios no tomará en cuenta a esas personas, la gran mayoría de los hijos de nuestro Padre Celestial quedarían irremediablemente perdidos (un resultado que el resto del cristianismo acepta en silencio). Creemos y enseñamos que Dios puede hacer algo mejor que eso.
3. Creemos que todos, tanto en la mortalidad como después de la muerte, se les dará la oportunidad de escuchar y aceptar el evangelio de Cristo. Sin embargo, si eso ocurre después de la muerte, entonces esas personas ya no podrían participar de las ordenanzas terrenales como el bautismo y no tendría suerte. Así que…
4. Creemos que Dios nos ha dado la oportunidad de realizar en nuestros templos ordenanzas esenciales por aquellos que murieron. Ya que no sabemos quién aceptará o no el evangelio, nuestra meta en última instancia es realizar esas ordenanzas para todos, sin importar si lo aceptan. (Particularmente, realicé ordenanzas vicarias por familiares por quienes guardo serias reservas. Si conocieran a mi familia, comprenderían.)
5. No creemos que esto compela a nadie a aceptar a Cristo. Tampoco creemos que esto los “haga mormones.” Ni consideramos a los fallecidos como miembros de nuestra Iglesia. No desenterramos y bautizamos a muertos (aunque hemos oído esa escalofriante acusación más de una vez.) No hacemos ningún juicio, bueno o malo, sobre los fallecidos si deben recibir el bautismo.
Esa es la doctrina básica. No tienes que estar de acuerdo con esto, pero ésta no intenta juzgar o condenar a nadie. Refleja nuestra creencia en la universalidad de la expiación de Jesucristo y nuestra esperanza de que nuestro Padre Celestial haya hecho posible que cualquiera reciba las bendiciones que Él prometió a Sus hijos. Para nosotros es la oposición a cualquier sentido de exclusividad: Creemos que todos los hombres y mujeres pueden ser redimidos, no solo unos pocos escogidos.
Desafortunadamente, algunos de nuestros miembros exageran y, francamente, son necios cuando se trata de enviar nombres a nuestros templos para realizar esos bautismos y eso puede crearnos problemas reales según las percepciones de los que no son miembros de la Iglesia. En el pasado, se han enviado nombres de famosos, víctimas del Holocausto, importantes figuras históricas y más, en algunos casos, pensando que están haciendo bien y en otros, probablemente sean ofensivos. Lamentablemente, como cualquier organización, algunos miembros de la Iglesia no tienen el sentido común de que Dios nos dio una piedra que solo es nuestra carga para soportar.
La Iglesia ha aconsejado en contra de esto una y otra vez. Además, la política oficial lo prohíbe (muy expresamente cuando se trata de víctimas del Holocausto porque estamos tratando de hacer algún bien aquí y no solo irritar a los demás.) se supone que solo enviemos los nombres de nuestros familiares. Sin embargo, cuando tienes un considerable número de personas enviando nombres, no puedes controlar lo que cada necio podría hacer.
Estoy especulando sobre lo que pasó aquí, pero estoy casi 92% seguro de que estoy en lo correcto. Algún miembro de la Iglesia (probablemente más de uno) ha realizado su propia misión, cada vez que hay una tragedia para recopilar los nombres de las víctimas y enviarlos para el bautismo vicario. Posiblemente crean que están haciendo un gran bien pero, en realidad, solo están creando mala prensa para la Iglesia, especialmente cuando los grupos protectores descubren que algunas de esas víctimas son judías.
Realmente creo en la doctrina de las ordenanzas vicarias por los muertos. Pienso que es un concepto esperanzador y hermoso. Sin embargo, los miembros de la Iglesia no nos ayudan cuando ignoran instrucciones específicas y hacen cosas que no reflejan sabiduría ni orden.
Este artículo fue originalmente escrito por Rob Ghio y publicado en mormonhub.com con el título “When Doctrine and Dimwits Meet: Why Mormons are Accused of Baptizing Dead Jews.”