El día de ayer, lunes 6 de octubre de 2025, el Centro de Conferencias de la Manzana del Templo en Salt Lake City se convirtió en el escenario de uno de los eventos más fuertes: el último adiós a Russell M. Nelson, decimoséptimo presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Durante el velatorio, miles de personas, tanto quienes lo conocieron personalmente como quienes nunca lo vieron más allá de las pantallas, se tomaron un tiempo para formar grandes filas con el fin de honrar al presidente Nelson y su vida dedicada al servicio.
«Creo que el profeta allí, en esa condición, irradiaba esa paz, esa tranquilidad«, expresó Ruber González, un Santo de los Últimos Días.
Entre lágrimas y palabras de homenaje, todos los asistentes tuvieron un momento especial con el difunto profeta. A la ceremonia no solo asistieron miembros de la Iglesia de Jesucristo, sino también personas de otras religiones. ¿Quiéres saber cuáles fueron sus reacciones?
Admiración más allá de religiones

Stella y Thomas Blackwell, quienes no son miembros de la Iglesia de Jesucristo, estaban de visita por la Manzana del Templo cuando inesperadamente decidieron formarse en las filas para participar del velatorio. De pronto, sintieron una atmósfera poderosa al ver los rostros conmovidos de los demás.
«Es bastante impresionante. Estoy segura de que a todos aquí nos ha conmovido de una manera diferente«, expresó Stella al reflexionar sobre la vida del presidente Nelson.
Las palabras de Stella nos recuerdan que las verdaderas acciones de fe provenientes de una dedicada al servicio del Señor resuenan mucho más que nuestras palabras, algo que el presidente Nelson ejemplificó a la perfección.
Caundo demostramos con nuestras obras lo que nuestra fe nos enseña, podemos impactar para bien incluso en aquellos que no comparten nuestra fe. Al hacer eso, estamos siguiendo el legado del presidente Nelson cuya vida estuvo basada en la invitación del Salvador:
«Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos». (Mateo 5:16)
Miembros fieles

Al velatorio también asistieron miembros fieles como Aidan Davis, un reciente misionero retornado. Mientras contemplaba el cuerpo del difunto profeta, Aidan recordó experiencias suyas aplicando las invitaciones del presidente Nelson como su invitación a estudiar el Libro de Mormón diariamente. Aidan mencionó que aceptar esa invitación, le ayudó a tomar mejores decisiones y su testimonio sobre el llamado divino del profeta se fortaleció.
Otro testimonio de santos fieles provino de ex-líderes de misión, como Gary y Melissa Riding, quienes a pesar de la conmoción del momento, fueron a ver al presidente Nelson para agradecerle por su servicio.
“Sentí que era el momento de decir simplemente gracias”, mencionó Gary Riding.
A pesar de la tristeza, ellos encontraron fortaleza al recordar la promesa de la resurrección y la vida después de la muerte. Muchos notaron que el semblante del presidente Nelson en el ataúd reflejaba la de alguien que se iba en paz de este mundo. ¿Cómo es posible morir en ese estado pleno de paz? La respuesta está detrás de lo que declaró el mismo profeta:
«El gozo que sentimos tiene poco que ver con las circunstancias de nuestra vida, y tiene todo que ver con el enfoque de nuestra vida«.
Aunque ya no escuchemos su voz, aquellas lecciones del presidente Nelson acompañarán a los miembros fieles, razón por la cual muchos se reunieron en el velatorio para agradecerle.
Conversos recientes

Para los conversos que recientemente se unieron a la Iglesia de Jesucristo, como María Leticia Palma de Rubio, el velatorio fortaleció su esperanza en el plan de Dios y en la esperanza de la vida eterna.
«Sentí una hermosa sensación de cómo continúa la vida después de la muerte. Fue hermoso poder verlo porque siento mucha gratitud hacia él por todo lo que hizo por nosotros mientras dirigía la iglesia”, afirmó María Leticia.
Las palabras de María reflejan el sentir de muchos conversos que encuentran dirección en las invitaciones de un profeta llamado por Dios. Para ellos, el fallecimiento del presidente Nelson es un llamado a continuar firmes en el camino de su conversión para hallar la verdadera paz detrás de las promesas proféticas.
Si bien la despedida del presidente Nelson marca el cierre de un capítulo en la historia de la Iglesia de Jesucristo, también abre uno nuevo en nuestros corazones. Que su ejemplo nos inspire a vivir sin miedo y a dejar una huella de luz que inspire a los demás, como lo hizo él.
Fuente: Deseret News



