Cuando alguien decide dedicar su vida a Dios, ese decisión se refleja a través de su ejemplo. Ese es el caso del presidente Russell M. Nelson, profeta de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Para quienes lo conocimos podemos afirmar que no solo sus palabras nos inspiraban, sino también su manera de vivir.

Derrick Porter, productor ejecutivo y escritor principal del programa «Música y Palabras de Inspiración», recientemente compartió algunos recuerdos del presidente Nelson que marcaron su vida y nos enseñaron que detrás de cada invitación profética, hubo un hombre de fe que primero vivía lo que predicaba.

Dejarse cambiar primero

presidente nelson leyendo las escrituras
El Presidente Nelson había leído cada pasaje de las escrituras que hablaba sobre Jesucristo. Créditos: Russell M. Nelson, Facebook

En una ocasión, el presidente Nelson contó una experiencia personal que dejó asombrados a más de uno. Con humildad, él relató que había leído cada pasaje de las escrituras que hablaba sobre Jesucristo, subrayando cada versículo. ¿Recuerdas ese momento?

«Cuando terminé ese emocionante ejercicio, mi esposa me preguntó qué efecto tuvo en mí. Le respondí: ¡Soy un hombre diferente!”, declaró el presidente Nelson sobre aquella experiencia.

Luego, él se dispuso a compartir aquella experiencia con jóvenes adultos de todo el mundo y los invitó a hacer lo mismo. Aquella invitación estuvo impulsada por su deseo de que los demás también experimentaran el cambio que él había sentido primero.

Ese fue el mismo deseo que sintió el profeta Nefi cuando exclamó:

«Porque mi alma se deleita en las Escrituras, y mi corazón las medita».

Al reflexionar en su ejemplo, podemos preguntarnos: ¿estamos dejando que las escrituras nos cambien? ¿O solo las leemos por rutina? El profeta Nelson mostró que las escrituras contienen un poder vivo que puede moldear nuestro corazón y hacernos más semejantes a Cristo.

El poder del servicio silencioso

El presidente Russell M. Nelson dedicó su vida a servir. Imagen: Deseret News. Créditos: Scott G. Winterton.

No todos los actos proféticos del presidente Nelson ocurrieron en trasmisiones mundiales frente a grandes masas. Derrick Porter compartió que en un día de pleno invierno, se asombró al ver al presidente Nelson, de 90 años en ese entonces, con una pala en la mano. ¿Qué estaba haciendo con tanto empeño en lugar de descansar en casa?

Resulta que estaba quitando el hielo de la entrada de la casa de un vecino y pasó horas en aquel proyecto de servicio. En ningún momento generó escándalo para buscar la atención de los demás, simplemente se dispuso a servir en silencio. Un gesto que reflejaba la enseñanza de Jesucristo:

«Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor«. (Mateo 20:26)

En un mundo donde el servicio se reduce a publicaciones en redes sociales, el ejemplo del presidente Nelson nos enseña que el verdadero discipulado se demuestra cuando nadie ve y que el servicio sincero no busca reconocimiento del mundo.

Invitaciones y promesas

Russell M. Nelson extendió más de 300 invitaciones y promesas. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Derrick Porter también relata que registró más de 300 invitaciones y promesas hechas por el presidente Nelson. ¿Sabías ese dato? Entre algunas de ellas, podemos destacar las siguientes:

  • Sumergirnos diariamente en la palabra de Dios es crucial para la supervivencia espiritual.
  • ¿Estás dispuesto a dejar que Dios prevalezca en tu vida?
  • Los verdaderos discípulos de Jesucristo son pacificadores.

Cada una de estas invitaciones fueron inspiradas en experiencias vividas del presidente Nelson. Cuando un profeta extiende invitaciones y promesas, lo hace desde la vivencia. Esa es la razón por la que sus palabras tienen un impacto poderoso en el alma.

Finalmente Derrick Porter describió que a pesar de su avanzada edad, la energía del presidente Nelson se sentía fuerte. Sin duda, un resultado de una vida dedicada a vivir sus enseñanzas. Hoy, aunque no esté físicamente, su legado permanece como un testimonio de que seguir a Cristo tiene poder para cambiar vidas.

Fuente: ChurchNews

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