Este 9 de septiembre celebramos los 101 años del presidente Russell M. Nelson, profeta de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Su vida ha sido un ejemplo de fe, servicio y dedicación tanto en lo profesional como en lo espiritual.
De joven brillante a pionero en la medicina

El presidente Nelson nació el 9 de septiembre de 1924 en Salt Lake City, Utah. Desde muy joven mostró disciplina y entrega. A los 16 años se graduó como valedictorian de su promoción.
Estudió medicina en la Universidad de Utah, donde también conoció a Dantzel White, con quien se casó en 1945 en el Templo de Salt Lake.
Después de servir en la Marina de los Estados Unidos y en el Cuerpo Médico del Ejército durante la Guerra de Corea, se especializó en cirugía. En 1955, con solo 31 años, realizó la primera cirugía a corazón abierto en Utah.
Más adelante, sería él quien salvaría la vida del presidente Spencer W. Kimball con una operación que le permitió seguir guiando a la Iglesia durante trece años más.
Su hija, Sylvia Webster, lo describió con estas palabras:
“Cuando trabaja, está 100% en su trabajo; cuando está en casa, está 100% en casa; y cuando cumple su deber en la Iglesia, está 100% en la Iglesia”.
Ese equilibrio lo acompañó en cada etapa de su vida.
Un corazón consagrado al Señor

A pesar de una carrera médica llena de logros, su llamado mayor llegaría en 1984, cuando fue sostenido como Apóstol del Señor Jesucristo.
Durante sus años en el Quórum de los Doce, sirvió en todo el mundo, incluso en China, donde compartió sus conocimientos médicos y forjó amistades duraderas.
En enero de 2018, fue apartado como el 17.º Presidente de la Iglesia. Desde entonces, ha guiado con claridad y energía la obra del recogimiento de Israel, invitándonos a hacer convenios y a fortalecer nuestra relación con el Salvador.
Reflexiones de un profeta centenario

Al mirar su vida, podemos ver que el presidente Nelson no solo fue un médico brillante o un líder ejemplar. Su vida nos recuerda que:
“Cuando consagramos nuestros talentos al Señor, Él multiplica nuestra capacidad de servir”.
También aprendemos que la verdadera fortaleza espiritual está en poner a Dios primero en cada aspecto de nuestra vida, tal como lo hizo él al ser 100% en cada responsabilidad que asumió.
Hoy, al celebrar sus 101 años, podemos sentir gratitud por un profeta que nos sigue recordando que la obra del Señor no se detiene y que cada uno de nosotros puede ser parte de ella.
Fuente: Church News




[…] La vida y ministerio del presidente Russell M. Nelson […]
Dios lo siga bendiciendo.