¿Por qué amamos Disney? Porque hace películas divertidas y entretenidas. Obvio.
Pero tal vez de eso no es todo lo que se trata.
Ya sea consciente o inconscientemente, creo que nos encanta Disney por las verdades que nos enseñan. Y cuando digo verdades, me refiero a Verdaded Eternas. Disney no siempre lo hace bien, pero a veces, realmente sí lo hace bien.
También te puede interesar: “8 Personajes de Disney que no sabías que fueron dibujados por un Mormón“
Aquí hay cinco veces en que Disney nos enseñó que todos somos dioses en embrión.
*** ALERTA DE SPOILER: este artículo contiene spoilers importantes sobre la trama de la película. Si no has visto una o más de estas películas, sigue estas instrucciones simples: (1) Revisa el artículo por títulos. (2) ¡MIRA LAS PELÍCULAS! SON INCREÍBLES***
1. El Rey León
¿Podemos olvidar esa escena tan conmovedora e increíblemente simbólica en la que el espíritu de Mufasa habla con su hijo, ya adulto, desde el otro lado? ¡Yo espero que no!
Mufasa: Simba, ¿me has olvidado?
Simba: No, eso nunca.
Mufasa: Olvidaste quien eres y así me olvidaste a mí. Ve en tu interior, Simba. Eres más de lo que eres ahora. Toma tu lugar en el ciclo de la vida.
Simba: ¿Cómo puedo regresar?, no soy el mismo de antes.
Mufasa: Recuerda quien eres. Tú eres mi hijo, el Rey verdadero. Recuerda quien eres.
Incluso el El Elder W. Craig Zwick habló sobre el Rey León en su discurso, “Señor, que sean abiertos nuestros ojos”, en la última Conferencia General:
“Reclamando su lugar legítimo como rey, el joven león sigue el consejo de “mirar más allá de lo que ve. Al aprender a ser herederos de todo lo que nuestro Padre tiene, el Evangelio nos enseña a mirar más allá de lo que vemos”.
Todos tenemos reinos por reclamar. Así que hagamos como Simba y miremos más allá de lo que vemos y convirtámonos en los Monarcas que somos.
2. La Bella y la Bestia
¿Una bella mujer se enamora de una bestia? ¿Cómo sucedió eso?
Bueno, sabemos que Bella no es una chica superficial, sin embargo, debemos recordar que ella al principio odiaba a la Bestia y probablemente no sólo era por su mal genio. Él es algo sorprendente a la vista, quizá pueda asustar un poco…
Después, lentamente ella logra ver su divinidad.
Por lo que, cuando se transforma en un convenientemente hermoso y simpático ser animado, ella no parece convencida ni enamorada… es hasta que lo mira a los ojos que recién puede comprender que es la misma Bestia que conoció en un principio.
“Jehová no mira lo que el hombre mira, pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón”. (1 Sam 16:7)
El hombre se vuelve más como el Señor cuando se mira a sí mismo y a los demás con ojos espirituales, porque la belleza está en el interior.
3. Frozen
Los padres de Elsa le enseñaron a ocultar quién era en realidad: La Reina del Hielo. Más adelante, ella libre fue y convirtió a todo su reino en la Edad de Hielo. A pesar de esto, Anna sabe que Elsa es más que una Reina de Hielo, ella es su hermana.
Aunque el duque califica a Elsa como un monstruo, Anna aún así se dispone a salvarla. Incluso después de que Elsa rechaza a Anna y literalmente congela su corazón, Anna se pone frente a la espada de su ex pretendiente y salva a su hermana, rompiendo el hechizo que Elsa le impuso descongelando su propio corazón.
Anna vio lo que nadie más pudo. Ella conocía a los más oscuros demonios de su hermana y aún así pudo discernir su divinidad. Eso no sólo salvó a Elsa sino que también se salvó a sí misma.
4. Enredados
La historia de Rapunzel es básicamente la historia del género humana.
Pensemos en esto: Una niña olvida que es hija de un Rey. Una bruja la atrapó en una torre cuando era una niña, diciéndole que ella era su madre para que pudiera explotar sus poderes y obtener inmortalidad.
Asimismo, Rapunzel no puede evitar ver las linternas que sus verdaderos padres encienden en el palacio cada año.
Con un ladrón pícaro pero adorable llamado Flynn, ella se embarca en un viaje para descubrir exactamente qué son esas luces y en el proceso, ella descubre su legado real.
Cuando venimos a la Tierra y atravesamos el velo, también olvidamos nuestro legado divino. Satanás quiere esclavizarnos y explotar la luz que proviene de nuestro “cabello mágico brillante”, aun así nuestros verdaderos Padres siempre están tratando de recordarnos de dónde venimos. La Luz está a nuestro alrededor, ¿puedes verlo?
5. Moana
“Traspasé tras de ti el horizonte. Tu nombre sé. Alguien tu corazón ha robado, mas sé que no has cambiado. Nada te cambiará. Eres tú quien lo hará”.
Hay cierta divinidad reflejada en toda esta película. El llamado de Moana hacia el mar realmente se puede ser descrito como un deseo de encontrar la princesa que lleva dentro. Más adelante la abuela de Moana la ayuda a ver su grandeza, quien a su vez ayuda a un herido semidiós engreído a hacer lo mismo.
Moana tiene el corazón de una guerrera, así que no es sorprendente que haya una dramática escena de batalla en el clímax de la película. Moana no gana la batalla con armamentos ni explosiones, ella gana al ver a la diosa dentro del monstruo.
Esta es la una lección de Divinidad Interior para todos nosotros. Moana no parece ver una diferencia entre TeFiti y Teka, quien parece ser muy claramente un demonio tanto en apariencia como en acción, Moana sólo ve una deidad. Tal vez porque primero lo encontró en sí misma.
A veces, Disney realmente lo hace bien.
”Este artículo fue escrito originalmente por Melanie Blakely fue publicado por mormonhub.com el título: “5 Disney Movies that Scream Inner Divinity”