Durante su visita al pódcast El último acorde con Almudena Navalón, la cantante Ruth Lorenzo abrió su corazón como pocas veces lo ha hecho en público. En una conversación íntima y cargada de emociones, compartió detalles inéditos sobre su infancia, la historia de su familia y cómo la fe de su madre marcó un antes y un después en su vida.
Lorenzo, conocida por su potente voz y carisma, se remontó a sus primeros años de vida para explicar una verdad conmovedora:
“Estoy viva porque dos personas llegaron a tiempo con un mensaje de esperanza”.
Con esta frase comenzó a relatar el momento en que su madre, embarazada de ella y completamente desbordada por las circunstancias, recibió una visita inesperada que lo cambió todo.
La historia de su madre es la de una mujer resiliente.
“Mi madre es una mujer increíble. Ojalá me pareciera un 10% a ella porque es bestial”.

Huérfana desde pequeña, su madre atravesó relaciones marcadas por el dolor. Su primer matrimonio estuvo lleno de violencia y problemas con el alcohol.
Luego se enamoró de un hombre casado, el padre biológico de Ruth, con quien mantuvo una relación de siete años. De esa relación nació Ruth, aunque él nunca la reconoció.
“Nunca conocí a mi padre. Fui la última noche de ellos dos”.
Cuando su madre le comunicó el embarazo, la respuesta fue fría: le ofreció dinero para abortar.
“Ella se lo planteó. Tenía varios hijos, estaba sola, sin recursos. Todo apuntaba a que no podía seguir adelante con ese embarazo”.
Pero en medio de la desesperación, ocurrió algo inesperado.
“Llegaron dos personas con un mensaje muy claro: no estás sola. Dios te ama”.

Su madre, profundamente conmovida por aquellas palabras y el consuelo que recibió, decidió no interrumpir el embarazo.
“Fue entonces cuando encontró una comunidad de fe que le ofreció apoyo, esperanza y un nuevo comienzo. Se bautizó embarazada de mí, así que nací dentro de la Iglesia de Jescristo”.
Ese acto de valentía, inspirado por la espiritualidad y por un gesto de compasión ajeno, marcó el inicio de una nueva etapa para ambas. Pocos años después, con apenas nueve, Ruth se mudó con su familia a Utah, en Estados Unidos, donde vivió durante gran parte de su niñez.
“Nos fuimos para no volver. Mis padres se habían separado. Recuerdo a mi padre escuchando a José Luis Perales mientras nos despedíamos. Es una imagen que siempre se quedó conmigo”.

En su testimonio, la cantante deja claro que su infancia no fue fácil, pero la fe tuvo un papel fundamental en su formación.
“La Iglesia me salvó la vida. Literalmente. Porque si no hubiera llegado ese mensaje, yo no estaría aquí”.
Hoy, con una carrera sólida y una historia personal que inspira, Ruth Lorenzo reconoce el poder de los pequeños actos y de la fe vivida con sinceridad.
Y aunque ha seguido su propio camino, no olvida el momento que lo cambió todo: el día en que alguien le recordó a su madre que no estaba sola.
Fuente: Pronto.es