Después de mucho trabajo y esfuerzo, Ponipati Loganimasi, un deportista Santo de los Últimos Días, obtuvo la medalla de plata junto a su equipo en rugby 7 en los Juegos Olímpicos de París 2024.
Ponipati, más conocido como “Poni”, representó a Fiji, un país en el continente de Oceanía, y atribuye su notable éxito a Dios y su familia.
Reconoce que es por el amor y las bendiciones de Dios y Jesús que ha podido llegar hasta donde está.
Cuando era joven, tuvo que decidir entre servir una misión de tiempo completo para la Iglesia y su carrera como deportista profesional en el rugby.
Ponipati eligió servir al Señor por 2 años. Eligió priorizar su crecimiento espiritual. Su firme compromiso con Dios y su dedicación a vivir el evangelio han sido fundamentales en la formación del hombre y atleta que es hoy.
A través de la oración, el ayuno y la adoración en el templo, Poni encontró la fuerza y el enfoque para perseguir sus sueños.
Su camino hacia el podio olímpico ha estado marcado por la perseverancia y la fe, inspirando a innumerables personas.
Mientras Poni y su esposa, Rachael, esperan con ansias la llegada de su primer hijo. Él expresa el deseo de fortalecer la fe de su familia en Jesucristo y compartir su testimonio con los demás.
Con la mira puesta en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028, Poni continúa dando su mayor esfuerzo para representar a su país en la selección de rugby e inspirar y elevar a quienes lo rodean.
La historia de Pone es un testimonio del poder de la fe, la familia y el trabajo duro. Su medalla de plata es un momento de orgullo no solo para Fiji sino también para los Santos de los Últimos Días de todo el mundo.