El día de tu boda es un asunto serio. Tienes que estar en sintonía con lo que eres y deseas. Por eso, esta novia -apuntando a mí misma- no usará maquillaje el día de su boda.
También puedes leer: Una belleza equilibrada
DESCARGO DE RESPONSABILIDAD
Este no es un llamado para romper el ciclo de smoky eyes (ojos ahumados) y mejillas contorneadas. No te estoy pidiendo que quemes tus espejos compactos ni lápiz labiales mate.
Tampoco estoy diciendo que una novia sin maquillaje sea más correcta o modesta ni otro adjetivo de moda para referirse a la pureza de la mujer joven y por lo tanto, más adecuada para un sellamiento.
Esta es simplemente mi historia. No se trata de superioridad moral sino de autosuperación.
ENCUENTRO CON EL MAQUILLAJE
Crecí alrededor de varias niñas y, por lo tanto, mucho maquillaje. Amaba usar maquillaje. Tenía mi propio set de sombras para ojos que incluso, llevaría al jardín de niños (kínder). Sin embargo, mi afecto se debilitó.
No puedo explicar la razón. Probablemente, se remonta al trauma de las competencias de baile para niños. Me encantaba bailar, pero las competencias significaban estar sentada por largo tiempo, mirando al techo SIN PARPADEAR- imposible – y reacciones alérgicas a las sombras de ojos – podría haber sido solo una, pero eso fue suficiente.
Quizá, mi indiferencia se solidificó en la escuela secundaria, donde vi cómo la base y los delineadores de ojos podían transformar a una adolescente en alguien diferente [físicamente]. ¿Mi teoría final? La privación del sueño causada por el seminario me dejó demasiado cansada como para preocuparse por un pincel de maquillaje.
SER YO, SIN MAQUILLAJE
Me convertí en alguien que no quería usar maquillaje casi regularmente. Después de la persuasión de mi familia, me maquillé para ir a algunos bailes de la escuela. Una serie de películas de los 90s y Disney Channel – esta es la parte en la que culpo a los medios – me hicieron creer que si me ponía un vestido y me empolvaba la cara, el chico de mis sueños vería que era hermosa. Iría a la pista de baile y los chicos se sorprenderían al mirarme y uno muy lindo con un corte de cabello apropiado me invitaría a bailar.
Entonces, me puse un vestido y dejé que mi hermana me maquillara. Sin embargo, mi momento Disney nunca llegó. Incluso, si llamaba la atención de algunos, probablemente era porque no me reconocían. Cuando encuentro fotos de esos bailes, no me reconozco. Tuve un tipo diferente de momento Disney: “¿Cuándo mi [foto de graduación] mostraría quién soy?”
También, hubo otras veces cuando intenté usar maquillaje: mi misión, primeras citas, entrevistas de trabajo, etc. No obstante, cada vez que lo intentaba – o pensaba intentarlo – me sentía como si fuera alguien más. La divertida, peculiar y dinámica Anessa que conocía, comenzaba a verse como alguien que no era.
NO HAY MAQUILLAJE PARA ESTA NOVIA
Algunas personas creen que solo no he encontrado el maquillaje correcto. Por eso, le temo. Pero, ¿por qué necesito encontrar el maquillaje indicado cuando ya me siento bien como luzco?
Otros insinuarían que mi “naturalidad” era la culpable de mi soltería, como si no usar maquillaje fuera un símbolo de indiferencia al romance. Una señal de “no esforzarse lo suficiente.” Pero, si un hombre no me puede aceptar sin maquillaje, no me interesa conocerlo. El hombre que se ha atrevido a casarse conmigo, me ha conocido en mi estado más desaliñado y sudoroso, como misionera de Sión. Creo que eso dice mucho.
Pienso que sentirse hermosa, atractiva y completa, para mí, no incluye base ni sombras para ojos. Además, si no me siento hermosa cuando uso maquillaje, ¿por qué eso cambiaría en el día de mi boda?
El miedo a un posible divorcio, abuso, infidelidad, pobreza, apostasía y desilusión. Todo me hizo volver a pensar en el matrimonio. Por eso, el día de mi sellamiento marcará el día más audaz de mi vida. No llegué a este punto siendo alguien que no soy.
Usaré labial, algo que exprese mi personalidad. No estoy en contra del maquillaje pero me opongo a ser alguien que no soy el día de mi boda.
No luciré como una princesa de Disney pero aprendí que los momentos Disney son sobrevalorados. Celebraré mi realidad con la Anessa más real que conozco.
Adaptación del artículo originalmente escrito por Anessa Rogers y publicado en mormonhub.com con el título “Why I Am Not Wearing Makeup on My Wedding Day.”