En el año nuevo Judío, Rosh Hashaná, el 22 de septiembre de 1827, después de que José Smith había regresado anualmente para ser instruido por el Ángel Moroni, Moroni finalmente confió las planchas de oro al cuidado de José. Las planchas y los escritos en su interior, habló “como una voz desde el polvo” con el propósito del recogimiento de Israel en preparación para la Segunda Venida.
Dios tiene un propósito en particular en el cumplimiento del simbolismo de la Santa Fiesta de Rosh Hashaná, también llamada Fiesta de las Trompetas, con este evento trascendental.
Los Días Santos Judíos Como Hitos Religiosos
Hay siete días festivos muy importantes, y antiguamente, tres peregrinaciones del templo en Jerusalén. La primera peregrinación, en la primavera, abarcan los tres festivales de la Pascua, Bikkurim (hijo primogénito), y el festival del Pan sin Levadura. Dentro de estos festivales hay simbolismos de sacrificio, redención, salvación y el renacimiento. Estas celebraciones son ricas en simbolismos mesiánicos que testifican de Cristo como el Mesías. Los simbolismos se centran en Su primera venida: Su nacimiento, Su naturaleza, Su misión, Su crucifixión, Su Expiación, y Su resurrección.
La segunda peregrinación al templo ocurre en el verano, en medio de la época de sequía estacional. El Festival de las Semanas celebra aquellos atributos de Dios que nos ayudan durante nuestro paso por el desierto, las escrituras y el Espíritu Santo.
La tercera peregrinación es en otoño, abarca tres festividades santas como reflejo de los festivales de primavera. El simbolismo se centra en la Segunda Venida de Cristo y el juicio final. Los tres festivales son la fiesta de las Trompetas (Año Nuevo, Rosh Hashaná), el Día de la Expiación (Yom Kippur), y el festival de los Tabernáculos (Sukkot).
La naturaleza progresiva de los festivales nos lleva a trávez de toda la historia religiosa de la existencia en la tierra. Dios ha escogido cumplir la promesa de esas festividades al programar eventos religiosos importantes en los Días Santos.
El Cumplimiento Del Simbolismo De Los Días Santos
Durante Su ministerio terrenal Cristo cumplió el simbolismo prometedor de los Días Santos de los Judíos. Él nació en la primavera en la Pascua y él fue el cordero de pascua. Fue sin mancha del mundo y ofrecido como cordero primogénito por los pecados de la humanidad cuando fue crucificado en la Pascua. Se levantó en Bikkurim (hijo primogénito) como primer fruto de la resurrección, garantizando una cosecha perfecta de espíritus resucitados.
Durante Su ministerio Cristo entró en los lugares más peligrosos, Jerusalén, para testificar de él mismo en los días santos. En Pascua Él instituyó los sacramentos; en el festival de los Tabernáculos interrumpió las festividades en el monte del templo y se paró en frente de los resplandecientes candelabros (menora) para proclamarse a sí mismo como la luz del mundo. Interrumpió la libación de agua en la misma festividad para proclamarse a sí mismo el agua de vida.
Después de la muerte y resurrección de Cristo, los apóstoles recibieron el Espíritu Santo durante la peregrinación de la festividad de las semanas. Esta exhibición pública, el sonido de ráfagas de aire acompañado de el don de lenguas, impresionó a los peregrinos de muchos lugares, a causa del simbolismo del día, cumplidos a través de los apóstoles de Cristo.
En 1830, el año en que se organizó La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, la Pascua comenzó la noche del 6 de abril.
Elías, Moisés, Elías el profeta y el Cristo Viviente se aparecieron a José Smith y Oliver Cowdery en el templo de Kirtland en Bikkurim (durante la semana de la Pascua), el 3 abril de 1836.
Y las planchas de oro fueron entregadas en manos de José Smith por el Ángel Moroni en las Festividades de las Trompetas, el 22 de septiembre de 1827.
¿Qué es el Festival de las Trompetas?
La fiesta de las trompetas es el heraldo de los últimos días y señal de nuestra última oportunidad de arrepentimiento. Ocurre en luna nueva, año sabático y años de jubileo que son calculados a partir del Festival de las Trompetas.
Después de la larga, temporada seca, es finalmente el tiempo de comenzar a orar por lluvia. La cosecha final es recogida, y las imágenes de la boda dominan la temporada. Es el tiempo de recibir al novio. Es el momento de certificar la dignidad de la novia, la Iglesia.
En este momento, el deseo del celebrante para que sea digno de permanecer en medio de la “comunidad de los salvados”. Durante el mes de Elul, previo al Festival de las Trompetas, Los celebrantes recitan los atributos de Dios, esperando emularlos, “El Señor, el Señor, Dios, compasivo y clemente, sufrido, y abundante en gracia y verdad; mantén tu misericordia hasta la milésima generación, perdonando la iniquidad y la transgresión y el pecado; y absolviendo” (Invierno, Los Días Santos).
El imperioso mensaje del Festival de las Trompetas es un llamado a hombres y mujeres en todos lados a despertar, levantarse, y reunirse, por los justos que están a punto de ser separados de los malvados. La señal de despertar y levantarse suenan desde el templo, el sonido de la trompeta de carnero (Shofar), acompañado por las trompetas de plata sopladas por más de 100 sacerdotes.
Este es el llamado final al arrepentimiento, marcando el comienzo de los Días de Temor (10 días de arrepentimiento nacional, el dia de la Expiación (Yom Kippur), y del juicio final (festival de los Tabernáculos). Una vez que los justos están reunidos y aprobados, sus nombres son escritos en el Libro de la Vida de Dios. De ahí el saludo estándar durante el Festival de las Trompetas es chatimah tovah, buena firma.
El Libro de Mormón Como El Toque Del Clarín
El Libro de Mormón, la voz del polvo proclamando los últimos días, fue dado a José Smith con el propósito de despertar y reunir a Israel en preparación para la Segunda Venida.
“… Por lo tanto, os escribo a todos vosotros. Y por esta razón os escribo, para que sepáis que todos tendréis que comparecer ante el tribunal de Cristo, sí, toda alma que pertenece a toda la familia humana de Adán; y debéis presentaros para ser juzgados por vuestras obras, ya sean buenas o malas;” (Mormón 3:20).
Las trompetas han sonado. Estamos llevando ese mensaje mediante el Libro de Mormón por todas partes, esperando que la gente escuche, despierte se levante y se reúnan, para que sus nombres puedan ser escritos en el Libro de la Vida.
Este artículo fue originalmente escrito por Gale Boyd para mormonhub.com y traducido al español por Wendy Vianey Almazán Cano para mormonsud.com