La hermana Patricia Holland fue, como Sheri Dew, vicepresidenta ejecutiva y directora de contenido de Deseret Management Corporation, expresó: una mujer de gracia, intelecto y mansedumbre.
A una semana de su fallecimiento, meditemos en algunas de sus enseñanzas más relevantes en el transcurso de sus años.
1. Dios influye en nuestras vidas
“La coincidencia es un pequeño milagro en el que Dios elige permanecer en el anonimato”. – Un corazón tranquilo
2. Nuestro hogar es un templo
“En segundo lugar, después de los templos dedicados, nuestros hogares deben ser edificios sagrados del Señor, lugares de paz, beatidad y santidad”. – Un corazón tranquilo
3. Veámonos como Dios nos ve
“Somos hijos e hijas de Dios y debemos vernos a nosotros mismos como Dios nos ve, reconociendo lo positivo en nosotros mismos, aquella parte que Dios ama tanto, incluso mientras nos esforzamos por apreciar aquello que consideramos son nuestras pecas e imperfecciones, defectos y nariz grande. Hacerlo puede cambiar la forma en que se ven a ustedes mismo. ¡Ustedes pueden!” – Renuévate en el Espíritu de tu Mente
4. Trabajar con todas nuestras fuerzas
“¿Cómo cumple uno la medida de su creación? Lo hacemos metiendo una hoz y cosechando con todas nuestras fuerzas, y regocijándonos en nuestras singularidades y nuestras diferencias”. – Cumpliendo la medida de tu creación
5. Dios desea tu éxito
“Lleva tus temores al Señor. Habla con Él y escúchalo. Entonces, si sientes una reacción espiritual, tan pequeña como el aleteo de una mariposa, reconócelo, presta atención y deja que Su influencia actúe sobre ti. El Señor quiere que tengas éxito aún más de lo que lo deseas para ti mismo”. – No temas
6. Tu destino es divino
“Cuando Jesús llamó a Pedro para que viniera a Él en medio del mar, Pedro, por un breve y glorioso momento, olvidó que no sabía cómo hacerlo y caminó con facilidad sobre las aguas. Así es como estamos destinados a ser”. – Caminando sobre las aguas
7. La autoestima viene de la dependencia al Señor
“Satanás usa esa línea tan delgada entre la confianza en uno mismo y el orgullo para cegarnos. Él puede mantenernos tan frenéticos en nuestros esfuerzos por proteger nuestra autoestima que seríamos cegados ante la única cualidad que la aseguraría: la verdadera dependencia del Señor”. – Siendo “mansos y humildes de corazón”
8. La salud y la integridad van de mano con la santidad
“Nuestra salud e integridad están incuestionablemente ligadas a nuestra santidad. Necesitamos [imprescindiblemente] que el cuerpo, la mente y el espíritu se unan en un alma sana y estable”. – El centro del alma
9. Todo lo que el Padre tiene puede ser tuyo
“Por favor, dejen de correr hasta el agotamiento. Tengan calma, estén tranquilos. Simplifiquen. Sean mansos y humildes de corazón, y oren. Les testifico que los milagros sucederán cuando bajemos el ritmo, nos calmemos y nos arrodillemos. Algún día, todo lo que el Padre tiene podrá ser de ustedes. ¡Qué manera más esperanzadora de afrontar su futuro!”. – Un futuro lleno de esperanza
10. Las verdaderas oraciones de fervor
“Tenemos que orar como oraban en la antigüedad. Ahora somos mujeres, no niñas, y se espera de nosotras que oremos con madurez. Las palabras más usadas [en esos tiempos] para describir la urgente y ferviente oración eran: luchar, suplicar, clamar y tener hambre… En cierto sentido, la oración puede ser el trabajo más duro al que nos dediquemos, y quizá debería serlo.” – Un corazón tranquilo
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Fuente: LDS Daily