El hermano de Jared y su familia tenían un problema.
Cuando estaban a punto de embarcarse, se dieron cuenta de que no había forma de iluminar los barcos. El hermano de Jared era un hombre de mucha fe, que había recibido revelación para saber cómo construir los barcos. Entonces, se volvió a Dios y oró:
“He aquí, oh Señor, he obrado según me lo has mandado; y he preparado los barcos para mi pueblo, y he aquí, no hay luz en ellos. ¿Vas a permitir, oh Señor, que crucemos estas grandes aguas en la obscuridad?”
El Señor le respondió con una interesante pregunta, “¿Qué quieres que yo haga para que tengáis luz en vuestros barcos?” Luego, afirmó que ni las ventanas ni el fuego funcionarían.
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Incluso, le dijo al hermano de Jared que su familia sería como una ballena en medio del mar, porque las inmensas olas estallarían contra ellos. El Señor les recordó que los estaba preparando para su viaje y les preguntó:
“¿Qué deseas que prepare para vosotros, a fin de que tengáis luz cuando seáis sumergidos en las profundidades del mar?”
El hermano de Jared tomó en serio la invitación del Señor para resolver el problema. Decidió hacer dieciséis piedras de vidrio con roca fundida.
Le pidió al Señor que toque las piedras para que resplandecieran permanentemente. Cuando el Señor lo hizo, el hermano de Jared se asombró al ver Su dedo. Debido a su gran fe, el hermano de Jared pudo ver a Jesucristo por completo.
Este relato del Libro de Mormón es un hermoso recordatorio de nuestro poder y el del Señor para obrar milagros. Estas son solo algunas de las lecciones que podemos aprender sobre las obras milagrosas de Dios en nuestras vidas.
El Señor nos recuerda Su bondad
¿Quieres ver la mano de Dios obrando en tu vida? Entonces, ¡es importante prestar atención!
Al hablar con el hermano de Jared, el Señor afirma varias veces que preparó y seguirá preparando el camino para su viaje.
Para comprender plenamente lo que el Señor está dispuesto a hacer por nosotros, debemos reconocer lo que ya ha hecho.
Trata de tomar un tiempo cada día para pensar en tus bendiciones y en cómo el Señor está respondiendo tus oraciones.
Esto no solo abre la puerta para más, sino que puede ayudarnos a darnos paciencia mientras esperamos que ocurran milagros en el futuro.
El Señor te indica claramente cuál es el camino correcto
El Señor puede conducirnos hacia los milagros al inspirarnos a usar correctamente nuestro albedrío.
Con frecuencia, esto significa que hay más de un camino correcto que podemos tomar. Sin embargo, no deberíamos sentirnos abrumados por la idea de tomar una mala decisión o perder si hacemos algo mal.
El Señor siempre nos advertirá si vamos demasiado lejos por el camino equivocado. Dios le dijo al hermano de Jared lo que no iba a funcionar: ventanas y fuego.
Recuerda que Dios te guiará y revelará Su plan para tu vida sin tratar de engañarte o frustrarte. Presta atención a las impresiones que recibes y reconoce si el camino que tomas es el equivocado para que no te aferres a él.
Los milagros pueden provenir de nuestras debilidades
A veces, pensamos que hay una fórmula mágica que se debe descubrir para recibir las bendiciones de Dios. Con frecuencia, ya seamos lo suficientemente buenos, sabios o fieles, ponemos limitaciones a lo que Dios puede hacer y cuándo lo puede hacer.
La historia del hermano de Jared nos enseña que Dios puede usar nuestras propias ideas, incluso en nuestras flaquezas y debilidades humanas, para hacer grandes cosas.
Solo necesitamos estar dispuestos a esforzarnos y seguir avanzando, especialmente cuando no podemos hacer lo mejor o estamos luchando. Recuerda que Dios puede hacerlo todo y puede llevar Su luz a los lugares más inesperados de la manera más inesperada.
Esperar algo mejor
El Señor tocó las dieciséis piedras para iluminarlas. Eso de por sí es un milagro. El hermano de Jared no esperaba ver al Señor cuando trajo su humilde ofrenda. Sin embargo, lo hizo.
Nos espera mucho más de lo que podemos imaginar. Por supuesto, lucharemos, enfrentaremos pérdidas y experimentaremos largos períodos de espera. No obstante, nuestro corazón debe tener una base de fe en la idea de que el amor, las bendiciones y los milagros del Señor nos asombrarán.
Nos sorprenderá lo que Él puede hacer y lo que desea darnos. Como lo aprendió el hermano de Jared, el milagro más importante que podemos experimentar es una verdadera conexión con Jesucristo.
Eso es mucho más fácil de construir en nuestras vidas de lo que a menudo creemos o por lo que estamos dispuestos a trabajar.
Esta es una traducción del artículo que fue escrito originalmente por Aleah Ingram y fue publicado en ldsdaily.com con el título “What 16 Shining Stones Teach Us About God’s Miracles”.