A veces, como jóvenes adultos solteros no tenemos claro qué considerar al momento de buscar un compañero eterno o una compañera eterna.
Sin embargo, gracias a la inspiración del Señor, sus siervos sabios han podido compartir consejos que perduran hasta hoy sobre la elección de un buen cónyuge.
Hoy, compartiremos 3 consejos que sabemos que serán de gran ayuda para ti. ¡Veamos!
La apariencia física y la belleza interior
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Presidente David O. McKay:
“Sí, a los hombres les atrae la belleza, y miles de ellos caen en la trampa que ésta les coloca. Hay miles de hombres que sólo se interesan en la belleza y lo único que les importa es sentir la gratificación de sus sentidos y pasiones.
Para ellos, la satisfacción radica únicamente en ganarse a las más bellas, y lo único que hará que ellos se queden junto a ellas es precisamente que sean atractivas, y no bien se desvanece ese atractivo, el deseo superficial los impulsa a buscar sentir gratificación en otra parte.
Un adagio en inglés dice: ‘La belleza no penetra la piel’, y cuando una muchacha no tiene más que apariencia física, la admiración que ella infunde en los demás es más hueca que su belleza…
Mas existe una belleza que todas las muchachas poseen, un don de Dios, tan puro como la luz del sol y sagrado como la vida.
Se trata de un tipo de belleza que todos los hombres adoran, una virtud que se granjea las almas de los hombres.
Esa belleza se llama castidad. La castidad, así sea sin la belleza a ras de piel, puede engrandecer al alma, pero la belleza a ras de piel sin castidad puede engrandecer sólo a la retina.
La castidad, consagrada en el altar de lo que realmente significa ser mujer, será capaz de retener el amor verdadero por la eternidad”. (Gospel Ideals, pág. 450)
Consejos para las solteras de la Iglesia
Presidente Ezra Taft Benson:
“Queridas hermanas, nunca pierdan de vista esta meta sagrada [de casarse en el templo]; mediante la oración, prepárense para recibirla y vivan para lograrla.
Contraigan matrimonio de la manera prescrita por el Señor. El matrimonio en el templo es una ordenanza de exaltación del Evangelio y nuestro Padre Celestial desea que cada una de sus hijas posea esta bendición eterna.
Por lo tanto, no malgasten su felicidad buscando la compañía de alguien que no pueda llevarlas dignamente al templo. Tomen la decisión, ahora, de que ese es el lugar donde se van a casar.
El dejar esa decisión hasta el momento en que tengan alguna asociación romántica es correr un gran riesgo cuyas consecuencias ahora no pueden prever en su totalidad.
Y recuerden una cosa: no tienen por qué abandonar sus normas de moralidad sólo por [conseguir] un compañero.
Consérvense atractivas, mantengan sus altas normas de moralidad, mantengan su autorrespeto. No participen en actos de intimidad que más tarde les traerán problemas y aflicción.
Pónganse en situaciones en donde les sea posible conocer a hombres dignos y participar en actividades constructivas.
Al seleccionar un compañero, no esperen la perfección.
No se preocupen tanto por la apariencia física y la cuenta bancaria que pasen por alto las cualidades más importantes.
Por cierto, que a ustedes les debe parecer atractivo y deberá ser capaz de proveer económicamente para ustedes. Pero, ¿posee un testimonio firme? ¿Vive los principios del Evangelio y magnifica su sacerdocio? ¿Es activo en su barrio y estaca? ¿Ama el hogar y la familia, y llegará a ser un esposo fiel y un buen padre? Estas son las cualidades verdaderamente importantes.
Quisiera también amonestar a las hermanas solteras a que no se hagan tan independientes y [autosuficientes] que lleguen a pensar que el matrimonio no vale la pena y que también pueden estar muy bien solas.
Algunas de nuestras hermanas han indicado que no están dispuestas a considerar el matrimonio hasta después de haber obtenido su título o acabado una carrera. Eso no está bien.
Ciertamente deseamos que nuestras hermanas solteras alcancen el máximo de su potencial individual, que obtengan una buena educación y se destaquen en su actual ocupación.
Tienen mucho que contribuir a la sociedad, a la comunidad y al vecindario, pero rogamos fervientemente que nuestras hermanas solteras deseen un matrimonio honorable en el templo con un hombre digno y críen una familia recta, aunque esto signifique sacrificar los títulos o las carreras.
Cuando nos demos cuenta de que no hay llamamiento más sublime que el de ser esposa y madre honorable, significará que hemos puesto lo que tiene prioridad en el plano debido”. (Liahona, enero de 1989, pág. 104)
Consejos para los solteros de la Iglesia
Presidente Ezra Taft Benson:
“Esfuércense en todo lo posible en sus estudios y trabajo. Confíen en el Señor con fe y todo se arreglará.
El Señor nunca nos da un mandamiento sin darnos también la capacidad y medios para cumplir con él (véase 1 Nefi 3:7).
Además, no permitan que el materialismo los atrape, porque es una de las peores plagas de nuestra generación. Me refiero a acumular cosas materiales, a preocuparse sólo de divertirse y a procurar triunfar en la carrera escogida sin pensar en casarse.
Un matrimonio honorable es más importante que las riquezas y la buena posición.
Como marido y mujer, ustedes pueden alcanzar juntos las metas más importantes de la vida.
A medida que los dos se sacrifiquen el uno por el otro y por sus hijos, el Señor los bendecirá y aumentará la dedicación que tengan hacia el Señor y el servicio en Su reino (véase Liahona, julio de 1988, pág. 51).
Ahora hermanos, les digo que no esperen la perfección en la esposa que elijan. No sean demasiado exigentes y fíjense más en las cualidades que son realmente importantes, como que ella tenga un fuerte testimonio, que viva los principios del Evangelio, que quiera dedicarse a su hogar, que quiera ser una madre en Sión y que les apoye a ustedes en sus responsabilidades del sacerdocio.
Por supuesto que también debe parecerles atractiva. Pero, no salgan con una joven y con otra sólo por el placer de salir con una muchacha sin escoger a una compañera eterna y sin pedirle a Dios que les dé una confirmación cuando lo hagan.
Y una buena forma de determinar si la joven es la mejor para ustedes es analizar si cuando están con ella tienen los pensamientos más nobles, aspiran a alcanzar las cosas más bellas y quieren ser mejores de lo que son.
Ruego que Dios bendiga a todos los hermanos solteros de la Iglesia. Ruego que ustedes le den prioridad a lo… más importante. Yo les he sugerido cuáles son algunas de esas cosas esta noche. Reflexionen seriamente sobre ellas”. (Liahona, julio de 1988, pág. 51)
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