Durante los primeros años de la Iglesia de Jesucristo, muchas personas de las que aceptaron el evangelio tuvieron que tomar decisiones difíciles.
El evangelio era hermoso y atractivo, pero los sacrificios para seguir al Señor no eran pequeños.
Conoce estas tres historias que te enseñarán sobre el verdadero sacrificio. El ejemplo de estos tres personajes te servirá de guía cuando tengas que tomar decisiones en el futuro.
Levi Savage Jr.
Levi Savage Jr. era un hombre con un fuerte espíritu independiente, pero su carácter se moldeó al aceptar las enseñanzas de la Iglesia de Jesucristo, y su conversión fortaleció su espíritu.
Asimismo, realizó numerosas misiones al servicio de su nueva fe, incluso fue uno de los primeros misioneros de la restauración en Asia. No obstante, fue su llamamiento en compañía de carromatos de Willie lo que lo impulsaría al clímax de su fe y reformaría para siempre su identidad.
Mientras la compañía de carromatos de Willie se preparaba para el camino a Sion cuando el clima empezaba a cambiar, Levi vio las nubes que se avecinaban y entendió que se acercaba una tormenta de dificultades y peligros.
Entonces, el joven Levi le avisó a la compañía del peligro que se encontraba más adelante y se negó a caminar ante dicha situación. La compañía, sin embargo, en contra de sus instintos, decidió marchar hacia las fauces del invierno.
Levi, un hombre esculpido por el instinto de supervivencia y el juicio prudente, se encontró lidiando con una elección que contradecía el tejido mismo de su identidad. ¿Cómo podría su fe pedirle que hiciera lo que sabía que lo pondría en peligro?
Frente a ello, él escribió en su diario:
“Sé que lo que he dicho es verdad; pero viendo que deben seguir adelante, iré con ustedes, los ayudaré en todo lo que pueda, trabajaré con ustedes, descansaré con ustedes, sufriré con ustedes”.
Pronto, la compañía de carromatos de Willie se encontró luchando contra los mismos peligros que Levi había advertido. Así, se convirtió en un pilar de fuerza en medio de una compañía totalmente debilitada.
Su papel dentro de la compañía pasó de ser un disidente a una fuente de apoyo, demostrando un servicio inagotable y una determinación inquebrantable.
La decisión de Levi Savage Jr. de apoyar a la compañía de carromatos de Willie, a pesar de sus preocupaciones, marca un conmovedor sacrificio de creencias personales. Este relato demuestra su capacidad para adaptar su identidad a la inquebrantable llamada de la fe.
Zina D.H. Young
En 1821, una joven llamada Zina D. H. Young nació en una acomodada familia en Nueva York. Su vida y su futuro ya estaban arreglados, pero una tempestad espiritual sacudió todo lo que ya estaba planeado para ella.
Cuando las enseñanzas de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días llegaron a su vida, su espíritu se avivó y acogió profundamente las doctrinas de la Iglesia. Su corazón se conmovió por este despertar espiritual y abrazó esta nueva religión.
Sin darse cuenta, entró en un camino que cambiaría drásticamente su vida e identidad.
Pero cuando la doctrina del matrimonio plural se le presentó a Zina, esto la sacudió. Su conciencia y su fe iban en direcciones opuestas, ya que aceptar esta doctrina conllevaba quebrar la noción que ella tenía sobre la feminidad y el matrimonio que esperaba para sí misma.
No solo se trataba de una decisión entre la fe y la sociedad, sino una prueba con su identidad misma. Fue en ese momento donde afrontó el clímax de su fe.
Su fe tomó las riendas. Primero se casó con José Smith y, después de su muerte, con Brigham Young. La perspectiva que la sociedad tenía de ella cambió, pasó de ser una enfermera con un futuro brillante a una esposa polígama. Ella, en sus propias palabras, dijo:
“Dediqué mi propio ser y todo lo que tengo al Señor y a José [Smith], y acepté el principio del matrimonio plural como parte de mi responsabilidad religiosa”.
Estas palabras encapsularon la devoción a su fe y la profunda transformación que ella experimentó.
Este camino que no hubiera tomado por su propia cuenta, llevó a Zina a preocuparse por la salud de las mujeres. Eventualmente, estableció el Deseret Hospital, donde capacitó a las mujeres en enfermería, cuidados médicos, y obstetricia.
La voluntad de Zina D. H. Young de aceptar el sacrificio que el Señor le había pedido, incluso las propias expectativas de su matrimonio, formaron el camino para una vida extraordinaria.
La historia de Zina representa un vívido poder transformador de la fe, ilustrando cómo uno puede reconstruirse a sí mismo al entregarse a un llamado superior.
William W. Clayton
En el corazón de la Inglaterra industrial, un respetado, conocido y próspero hombre de negocios llamado William Clayton conoció por primera vez las enseñanzas de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
El mensaje era simple, pero veraz: verdades eternas que retumbaban en lo más profundo de su alma. Clayton, atraído por esta fe, abrió su corazón y entró en el camino que cambiaría completamente su destino.
Todo cambió cuando llegó la revelación que le pedía a los Santos que se congregaran en Estados Unidos.
William no solo había sido llamado a una nueva tierra o a un lugar desconocido, sino que tendría que dejar su vida acomodada en Inglaterra.
Con esta decisión, puso su exitoso negoció en venta y con ello sentó la primera piedra angular de su nueva identidad. Cambió su libro de contabilidad por provisiones y su cómoda casa por la desconocida naturaleza de los Estados Unidos.
William, una vez conocido por sus prósperos negocios y una reputación intachable, ahora vivía en un barco azotado por las olas y con comidas racionadas que apenas saciaban su hambre.
A pesar de las grandes dificultades, William nunca dudó. Él escribió:
“Estamos en las manos del Señor. Que Él haga con nosotros como bien le parezca”.
El antiguo hombre de negocios ya no se veía asimismo como tal, sino como un siervo pionero de Dios, tan interesado en la supervivencia y el éxito de sus compañeros como en el suyo propio.
Al llegar a Estados Unidos su vida dio un giro drástico. Su vida comercial se vio reemplazada por sus deberes eclesiásticos como escriba, consejero y líder de una comunidad. Rápidamente, se unió al primer grupo de pioneros que emprendió el viaje a Utah.
Fue William W. Clayton quien escribió el himno “¡Oh, está todo bien!”, un himno que sobrepone la fe sobre la incertidumbre.
Claramente, un gran ejemplo de sacrificio y lo que seguir al Señor puede hacer en nuestras vidas cuando lo ponemos en primer lugar
Fuente: Public Square Magazine