Los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días son muy afortunados al tener apóstoles y profetas vivientes.
Estos líderes son una inspiración en las diferentes situaciones que un Santo de los Últimos Días vive.
Constantemente reciben consejos e instrucción en varios aspectos de la vida, inclusive en el lado amoroso.
Ellos han invertido mucho tiempo en ayudar a los jóvenes de la Iglesia a tomar la decisión más importante de sus vidas: el matrimonio eterno.
Como dijo el élder Robert D. Hales:
“La senda que lleva al matrimonio pasa por el terreno de las relaciones sentimentales”.
Tal ves te preguntes: “¿Por qué se me hace tan difícil tener relaciones sentimentales?”
La verdad es que no hay una respuesta exacta para eso debido a que cada caso es diferente. A pesar de esto, es posible delinear algunos puntos importantes para comprender los desafíos a los que nos enfrentamos en una relación.
Vencer el orgullo
“¿Será que el problema soy yo? ¿Hice algo mal?”
Después de una introspección sincera, el Espíritu Santo te indicará los puntos que puedes mejorar y te consolará con la paz necesaria para saber que a veces la culpa no es tuya.
Lo creas o no, estar en una relación es complicado. Muchos Santos muy fieles permanecen solteros por varios años porque simplemente una relación de dos personas es uno de los mayores desafíos en esta vida mortal.
No es por arte de magia ni tampoco sucede en el tiempo que las personas quieran.
La humildad es el mejor camino para vencer el orgullo, y la caridad es el mejor camino para que una relación pueda fluir.
Sin paciencia, una relación no funcionará.
Vencer el miedo
Las Escrituras expresan por lo menos 360 veces la frase “no temas”.
Muchos dejan de conocer a alguien por miedo; pero ¿miedo a qué? Miedo de lo desconocido, de lo nuevo, de lo diferente.
El miedo viene acompañado de la inflexibilidad y muchas veces buenas oportunidades de matrimonio se pierden por eso.
Una vez, un miembro adulto soltero de 35 años dijo:
“Ya fui novio dos veces y no me casé por temor. Siento que dejé pasar dos veces una gran oportunidad”.
Si este es tu motivo, clama a Dios como lo hizo aquel padre del hijo endemoniado al Mesías:
“Yo creo Señor, ayuda mi incredulidad”.
Ten esperanza
Una grandiosa lección dada por el Señor está en Isaías 55: 8-9:
“Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dice Jehová.
Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.
Cree, confía y continua siguiendo los consejos de los líderes generales, locales y del Santo Espíritu.
De esa forma entenderás la voluntad del Señor y podrás ser más feliz, independientemente si estás soltero, en una relación, casado o divorciado.
Fuente: Mais Fe