Como miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, tenemos muchas respuestas que las personas ahí afuera están buscando. Es un gran privilegio para nosotros haber encontrado la solución a muchas de nuestras dudas.
Sin embargo, muchos todavía se encuentran en medio de esta búsqueda, ¿has pensado en eso? Estas son algunas de las preguntas más comunes que a las personas les gustaría hacerle a Dios y que tal vez podríamos ayudar a responder.
1. ¿Por qué Dios permite el sufrimiento?
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Algunas personas incluso concluyen que Dios es amoroso y que no permitiría que ocurrieran tragedias.
Podemos encontrar un poco extraños los hábitos y la forma de vida de otras personas. Incluso podemos malinterpretar las cosas que hacen o la forma en que viven. Por ejemplo, en algunas culturas, como Brasil, si un hombre invita a una mujer a tomar un helado, es completamente normal.
Sin embargo, en otros países esto es irrespetuoso y mal visto. En ambos casos, nadie podría decir que una de estas culturas está mal. Es solo cuestión de saber más sobre el país y sus costumbres.
¿Podría suceder algo similar cuando se trata de conocer a Dios? Muchas personas en todo el mundo afirman que el hecho de que haya sufrimiento es prueba de que Dios no existe. Por otro lado, algunas personas aseveran que debido a que Dios permite el sufrimiento, están seguras de que Él realmente existe.
Los pensamientos y la forma de actuar de Dios son diferentes a las nuestras (Isaías 55: 8,9). Por ese motivo, ¡las acciones y las razones de Dios pueden parecernos extrañas! No obstante, la Biblia no nos pide que simplemente aceptemos lo que nos pasa. Por el contrario, nos anima a aprender más acerca de Dios y nos ayuda a comprender cuándo y por qué Él actúa de cierta manera. Podemos acercarnos a Él (Santiago 4: 8).
2. ¿Por qué hay tanta hipocresía en la Iglesia?
Algunas personas dicen que si la Iglesia realmente perteneciera a Jesucristo, no tendríamos problemas. Las personas serían mejores y vivirían más de lo que predican. No habría tanta hipocresía. Sin embargo, si tenemos problemas, ¡es porque no es de Cristo!
¿Estás de acuerdo con eso? Hay una frase que dice que la Iglesia es el hospital de las almas. Vamos al hospital porque estamos enfermos, ¿cierto? Del mismo modo, vamos a la Iglesia no porque somos perfectos, sino que vamos a la Iglesia porque necesitamos mejorar, ¡para sanar algo en nosotros!
En un artículo hablamos sobre esto: “La Iglesia es verdadera, a pesar de los miembros”. Imagina que un hijo rechazó la buena educación que sus padres le dieron durante años y ahora tiene una vida mala y deshonesta.
Aunque los padres no aprobaron la decisión de su hijo, le permitieron ejercer su libre albedrío. Al observar el comportamiento del hijo, ¿sería justo decir que sus padres no le dieron una buena educación?
Del mismo modo, la hipocresía en los miembros de la Iglesia no prueba que Dios no existe o que la Iglesia no sea del Salvador, Jesucristo. La Biblia nos dice que Dios odia la hipocresía (Jeremías 7: 29-31; Jeremías 32:35). Sin embargo, Él permite que las personas ejerzan su libre albedrío. Muchos de los que afirman creer en Dios eligen seguir sus propios estándares y seguir filosofías mundanas (Mateo 15: 7-9).
Nuestro deber como discípulos del Maestro Jesucristo es seguir avanzando, incluso si no es fácil seguir amando a los demás:
“En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tenéis amor los unos por los otros” (Juan 13:35).
3. ¿Por qué estamos aquí?
La tercera pregunta que mucha gente se hace es, “¿por qué estamos aquí?” ¡Para esa pregunta, tenemos un maravilloso y completo Plan de Salvación!
Muchos que no creen en Dios dicen que aun así debe haber una explicación para toda la complejidad del universo y que la Tierra, la luna, otros planetas y la naturaleza son muy complejos y perfectos, siendo imposible afirmar que solo fueron “obras al azar”.
Aunque muchos sienten que nuestra vida es muy corta y que eso probaría que Dios no existe, la naturaleza y el universo son la mayor evidencia de que existe un Creador (Romanos 1:20).
El Creador tenía un propósito al crear todo lo que vemos. Dios nos creó para tener vida eterna y nunca renunció a ese propósito (Salmo 37: 11,29; Isaías 55:11)
Cuando observamos la naturaleza y el universo, podemos ver que Dios existe e incluso podemos conocer sus cualidades. Sabemos cuál es nuestro propósito aquí. Conocemos el Plan, lo aceptamos y venimos a esta Tierra.
Las verdades del Evangelio pueden arrojar luz a la vida de muchas personas que nos rodean.
Esta es una traducción del artículo que fue escrito originalmente por Inaê Leandro y fue publicado en maisfe.org con el título “Três perguntas que as pessoas gostariam de fazer a Deus”.