El Señor nos ha dado el mandamiento de orar siempre con nuestra voz y corazón. Sin embargo, a medida que nos enfrentamos a las distracciones de nuestro mundo moderno, puede resultar difícil seguir este consejo.
Aquí hay 5 maneras en las que puedes tener un corazón dispuesto a orar y alabar constantemente al Señor.
Nota las pequeñas cosas
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La oración no tiene por qué limitarse a las ocasiones “formales” en las que usualmente pensamos.
Podemos adquirir el hábito de orar siempre al reconocer la mano del Señor constantemente en nuestra vida diaria.
¿Pasó algo bueno? ¡Da las gracias rápidamente! ¿Te sientes un poco estresado en el trabajo? Tómate un momento en tu escritorio para pedir paz.
Cuanto más hagamos esto, más notaremos lo que Dios ha estado haciendo por nosotros y cómo Él puede ayudarnos.
Además, expresar gratitud por Dios es una de las mejores formas de preparar nuestro corazón para la revelación.
Aprovecha el tiempo que tienes entre tus actividades
Hacer tiempo en nuestra apretada agenda para orar puede ser difícil. Trata de usar el tiempo que tienes entre tus actividades para orar.
Esos momentos pueden ser cuando estás conduciendo, tomando una ducha, esperando en la fila en una tienda o cuando te estás vistiendo.
A todos nos encantaría crear momentos sagrados donde podamos orar de rodillas y hablar en voz alta. No obstante, a veces, simplemente tenemos que tomarnos el tiempo que tenemos para comenzar.
Considera guardar tu teléfono durante estos momentos porque a menudo usamos la tecnología para llenar estos vacíos. En lugar de eso, llénalos de Dios.
Adopta una comunicación única
La comunicación con Dios puede adoptar muchas formas.
¿Recuerdas que Él dijo en Doctrina y Convenios que el canto de los justos era una oración para Él?
No tengas temor de encontrar la conexión a través de medios únicos. Canta una canción, baila, escribe en tu diario, crea, aprende algo nuevo.
Si centramos nuestro corazón en Dios durante actividades como estas, estamos experimentando una forma de oración.
Céntrate en los demás
El élder David A. Bednar dijo una vez:
“Al igual que el expresar gratitud en nuestras oraciones con más frecuencia amplía el conducto de la revelación, así también el orar por los demás con toda la energía de nuestra alma aumenta nuestra capacidad para oír y prestar atención a la voz del Señor”.
Si tienes dificultades para orar constantemente, intenta pensar más en los seres queridos con quienes interactúas. Trata de orar por ellos durante el día y cuando te vayas a encontrar con ellos.
Aplazar la tendencia a concentrarnos en nosotros mismos puede ser un gran impulso para llenar nuestro corazón de luz.
Mejorar tu relación con Dios
Con frecuencia, tener dificultades con la oración refleja que tenemos dificultades en nuestra relación con Dios.
Reflexiona sobre algunas de las razones subyacentes por las que te resulta difícil orar a Dios.
¿Es difícil hacer tiempo para Dios porque no sientes que Él tiene tiempo para ti? ¿Te preocupa que Él no responda o que no esté escuchando? ¿No estás listo para actuar según su voluntad?
Concéntrate en aprender más sobre la naturaleza de Dios y reparar cualquier daño en tu relación con tus Padres Celestiales.
A medida que comprendas mejor quien eres y quién es Dios, la oración será más natural.
¿Cómo haces para tener un corazón dispuesto a orar siempre? ¡Comparte tu opinión en los comentarios!
Esta es una traducción de un artículo que fue escrito originalmente por Aleah Ingram y fue publicado en ldsdaily.com con el título “How Can We Follow God’s Counsel to Pray Always?”