Como seres humanos siempre estamos propensos a atravesar pruebas.
Dichas pruebas tienen como finalidad refinarnos y volvernos más fuertes para enfrentar los próximos desafíos de la vida mortal.
Una vida sin esos momentos difíciles, no sería vida. Necesitamos esos obstáculos para progresar y valorar los días buenos.
Sin embargo, para salir más victoriosos de esas pruebas, debemos recordar las palabras de nuestro Creador. Por eso, hoy compartimos contigo 7 versículos que debes recordar en los desafíos. ¡Veamos!
DIOS TE HA REVESTIDO DE PODER
2 Timoteo 1: 7:
“Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor, y de dominio propio”.
Dios te ha dado un espíritu de poder para vencer todo desafío que se atraviese en tu vida. Tienes las cualidades necesarias para sobresalir. No te amilanes.
SI GUARDAS SU PALABRA, SALDRÁS VICTORIOSO
Salmos 119: 9:
“¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra”.
A veces, porque la solución es sencilla, nos perdemos en el camino. Recuerda, la solución más poderosa a todos los dardos de Satanás es la obediencia a los mandamientos de Dios.
ALÉJATE DE LAS TENTACIONES SI SABES QUE NO PODRÁS CONTRA ELLAS
2 Timoteo 2: 22:
“Huye también de las pasiones juveniles y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que invocan al Señor con un corazón puro”.
Permanece en lugares santos, no te pongas al límite porque puedes caer. Sí, Dios nos ha dado mucho poder. Sin embargo, eso no significa que debamos arriesgarnos a caer en la tentación. Sé más inteligente que el enemigo y aléjate de esas situaciones que te pueden hacer pecar.
ENFÓCATE EN AQUELLO QUE TE EDIFIQUE
1 Corintios 10: 23:
“Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica”.
Tu corazón te indicará aquello que está bien y mal. Todos tenemos ese sexto sentido, la intuición. Cuando algo está mal, la duda te invade. Cuando algo está bien, sientes paz. Usa tu albedrío como un hijo santo de Dios y saldrás victorioso.
TU CUERPO ES UN TEMPLO DE DIOS, PROTÉGELO
1 Corintios 6: 18:
“Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa está fuera del cuerpo; pero el que fornica, contra su propio cuerpo peca”.
La Biblia dice, “velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil”, Mateo 26: 41.
Recurre a la oración en los momentos de debilidad. Recuérdalo a Él. Recuerda por qué elegiste Su camino y no caigas. No eches a perder aquello por lo que tanto luchaste.
SÉ EL EJEMPLO QUE DESEARÍAS TENER
1 Timoteo 4: 12
“Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, en conducta, en amor, en espíritu, en fe y en pureza”.
Cuando tu fe comience a flaquear, piensa en aquel ejemplo que siempre deseaste tener en tu vida y conviértete en él. Los demás te podrán fallar, pero no te falles a ti ni a Dios.
VIVE A LA ALTURA DE TU LLAMADO
1 Pedro 1: 16
“Porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo”.
Eres un ser santo, bueno, puro y poderoso, que puede prevalecer ante el mal. Recurre a Dios siempre para que obtengas fortaleza y vivas a la altura de quién eres, un Hijo de Dios.
Tú puedes más de lo que te imaginas. No cedas ante el ser que solo quiere destruir tu felicidad. Eres fuerte, confía en Dios para salir de las amargas pruebas de esta vida y vivir por siempre con Él.
Fuente: Letters by Su