Según las muchas experiencias de visitas de ángeles que he registrado, parece que existe un protocolo no denominado al que los ángeles se ciñen cuando interactúan con los mortales.
Dependiendo de las instrucciones específicas que reciban, nos protegerán o no; nos sanarán o no; nos salvarán o no. Sin embargo, cuando se les da permiso, aparentemente tienen ciertos parámetros con respecto a cómo pueden ayudarnos.
En este artículo, quiero compartir 2 incidentes extraordinarios en los que se les permitió a los ángeles interceder de manera física.
Salvado de sí mismo
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A veces, se requiere la intervención rápida de los ángeles para evitar daños. En estas circunstancias, pueden tocarnos de manera tangible como en la siguiente experiencia que tuvo mi buen amigo Rex Lowe de Sudáfrica.
En ese momento de su vida, Rex estaba en medio de una prueba muy grande. Estaba muy triste y comenzó a sentir que nunca volvería a ser feliz. Una noche de las muchas en las que conducía sin rumbo por las calles de Ciudad del Cabo, su mente estaba centrada en las circunstancias y los pensamientos deprimentes del pasado. Detuvo el auto en un lugar desolado, salió y se dirigió hacia una cornisa con vista al océano. Relata:
“Sin pensar en dónde estaba deambulando, de repente me encontré en mi mirador favorito, en el que estuve muchas veces anteriormente. El mirador se ubicaba al borde de un acantilado vertical de más de 300 metros, que terminaba en el océano y golpeaba las olas contra las rocas de abajo”.
“Fui y me quedé agarrado al riel de seguridad, mientras miraba el mar. Era una noche oscura con viento y llovizna, cosa que invitaba a mis pensamientos oscuros. Mi mente se encontraba confundida, hice un desastre completo de mi vida. Comencé a pensar que la única salida era terminar con todo”.
“’Terminar con todo’ se convirtió en un pensamiento impulsivo en mi mente. Sin siquiera pensar en las consecuencias, instantáneamente me agarré al riel de seguridad mientras balanceaba mi pierna y pie derecho sobre él… y en ese instante, el brazo muy fuerte de alguien detrás de mí se colocó alrededor de mi hombro y cuello, y me jaló firmemente de regreso a la seguridad. Giré la cabeza para ver quién era. No había nadie. Para ese momento, me había llevado firmemente a mi auto, que estaba al otro lado de la carretera. La puerta estaba abierta, me empujó bruscamente dentro del auto y la puerta se cerró”.
Para el momento en que mi amigo regresó a su auto, la influencia de los pensamientos negativos se detuvo y “volvió en sí”.
A los ángeles se les permite usar una variedad de métodos para ayudarnos, pero la estrategia del ángel para Rex fue un “brazo fuerte” que lo apartó de la cornisa y lo llevó a su auto.
El Élder Jeffrey R. Holland enseñó acerca de la realidad de la ayuda de los ángeles:
“Mis amados hermanos y hermanas, testifico de ángeles… Al hacerlo, testifico que Dios nunca nos deja solos, nunca nos deja sin ayuda en los desafíos que enfrentamos”.
“… el Padre de todos nosotros nos cuida y nos ayuda. Y siempre hay ángeles que van y vienen a nuestro alrededor, visibles e invisibles, conocidos y desconocidos, mortales e inmortales” (Jeffrey R. Holland, “El ministerio de ángeles”, Conferencia General de octubre de 2008).
En términos generales, los ángeles deben sentirse felices cuando reciben la tarea de apresurarse y salvarnos. Crean en nosotros un recuerdo profundo que siempre nos inspirará y alentará.
Un ángel condujo un auto hacia un lugar seguro
Dolores Pack, del El Paso, Texas, nos relata una experiencia en la que un ángel condujo su auto mientras dormía. Ella me contó lo siguiente:
“Cuando tenía 19 años, estaba de guardia en el hospital donde trabajaba para el turno de fin de semana. Hubo un flujo constante de personas que vinieron por rayos x desde la tarde del viernes hasta la medianoche del domingo. Sin embargo, en treinta minutos, me llamaron para volver al hospital. Me metí en mi auto mientras pensaba: ‘¡Estoy MUY cansada!’”
“Recuerdo que entré a la autopista y, luego, perdí toda la consciencia. 15 minutos después, cuando el auto se dirigía hacia el estacionamiento del hospital, alguien me despertó y dijo: ‘Ya estás aquí. ¡Despierta!”
“Desperté, conduje hasta el estacionamiento y salí de mi auto. Me di cuenta de que alguien me había llevado al hospital. Alguien que me conocía y amaba estuvo ahí para ayudarme”.
A veces, los ángeles nos salvan del dolor o las dificultades, como en el caso de Dolores. Sin embargo, en otras oportunidades, nos permiten atravesar dificultades o enfermedades antes de que se les permita ayudarnos.
Su esfuerzo o moderación por nosotros siempre se calcula celestialmente para nuestro bien, independientemente de cuál sea.
Calculado bajo la ley celestial
Si solo pudiéramos ver a las huestes celestiales a nuestro alrededor, nos sorprendería lo que hacen por nosotros. Tienen un protocolo para cada uno de nosotros, pero todo lo que hagan los ángeles o no se calcula bajo la ley celestial para nuestro mayor crecimiento.
Todos somos hijos del Altísimo y la estrategia para cada uno de nosotros es magnífica. ¡Oh! Si tan solo pudiéramos ver.
Esta es una traducción del artículo que fue escrito originalmente por Anne Hinton Pratt y fue publicado en latterdaysaintmag.com con el título “When Angels Intervene in Physical Ways”.
