Sean Kikker es un escritor australiano que practicó taekwondo y escribió un libro sobre cómo las artes marciales nos hacen más fuertes para enfrentar los desafíos de nuestros días.
Asimismo, en su libro, “Stronger: How the Lord Can Strengthen You to Meet Any Challenge”, compartió 3 formas en que las artes marciales nos fortalecen espiritualmente. ¡Veamos!
Lección 1: La verdadera fuerza solo viene cuando te comprometes plenamente con el Evangelio
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Romper cosas es una habilidad bastante común para un artista marcial. Sean aprendió una importante lección del evangelio cuando su instructor le enseñó a romper tablas.
El instructor explicó que el truco era comprometerse completamente con el golpe y no retener nada.
La razón por la que las personas con frecuencia se lastiman cuando intentan romper una tabla es porque no tienen la fuerza de voluntad para golpearla con toda su fuerza, sino que retienen parte de ella.
No solo no rompen la tabla, sino que se lastiman en el proceso.
De manera similar, la verdadera fuerza solo llega cuando nos comprometemos plenamente con el evangelio. Un compromiso a medias no es suficiente.
Lección 2: “Cuanto más sudas en el entrenamiento, menos sangras en la batalla”
Un dicho militar muy conocido dice así:
“Cuanto más sudas en el entrenamiento, menos sangras en la batalla”.
De hecho, las Fuerzas de Operaciones Especiales de la Marina de EE.UU. han adoptado este dicho como su lema.
Sean reconoció la importancia de la preparación cuando era joven mientras entrenaba para los campeonatos de taekwondo.
Cada sábado entrenaba con cuatro personas diferentes para que cuando entrara al ring, sus movimientos fueran instintivos.
La idea era hacer que el entrenamiento fuera lo más similar posible a una competencia real, para que estuviera listo cuando ésta se llevara a cabo.
Asimismo, debemos prepararnos para nuestro futuro. Cada oración que hacemos fortalece nuestros músculos espirituales. Cada escritura que leemos nutre nuestra alma, y cada acto de servicio y bondad fortalece nuestra capacidad espiritual.
A medida que hacemos de la Iglesia una parte importante de nuestra vida y recurrimos a nuestro Salvador con fe, nos hacemos más fuertes espiritualmente.
Lección 3: La repetición fortalece la memoria muscular espiritual
Cuando Sean estaba aprendiendo taekwondo, su instructor le pidió que practicara técnicas de autodefensa una y otra vez hasta que se convirtieran en parte de su memoria muscular.
Por ejemplo, aprendió a defenderse si alguien lo atacaba de forma desprevenida.
Con suficientes repeticiones, Sean podía realizar la técnica de forma automática.
Esto es fundamental ya que la rapidez y la sorpresa son vitales para liberarse si alguien nos sujeta con una intención siniestra.
Sean admite que podría ser aburrido practicar la misma técnica una y otra vez, a menudo durante años. Sin embargo, cuanto más practicaba, la técnica se convertía en parte de quien era.
Sean recuerda que un día en la escuela secundaria un chico lo agarró agresivamente de la muñeca. Sin siquiera pensarlo, Sean rompió el agarre del chico y estuvo fuera de su alcance antes de que el chico tuviera tiempo de reaccionar.
Del mismo modo, estudiar constantemente las escrituras, orar, asistir a la Iglesia y servir, fortalecerán los músculos de nuestra memoria espiritual y nos ayudará a protegernos de la tentación y la desesperación.
¡Cuéntanos en los comentarios de qué formas innovadoras te fortaleces espiritualmente!
Esta es una traducción del artículo que fue escrito originalmente por Aleah Ingram y fue publicado en LDS Daily con el título “Martial Arts Inspires 3 Life Lessons for Latter-day Saint Teens & Young Adults”.