Yongsung Kim es un reconocido artista surcoreano que ha compartido sus obras con el fin de inspirar a otros.
¿Su deseo? Tomar un sentimiento negativo y convertirlo en una obra de arte que brinde felicidad.
Generalmente, Yongsung realiza pinturas que retratan a Jesucristo feliz, sonriendo, alegre. Él compartió:
“Me gusta dibujar a un Cristo que es hermoso, sonriente y feliz porque me gusta ayudar a las personas que están sufriendo a sanar. Me gusta compartir mis talentos para ayudar a las personas a recuperarse de su pesar, es por eso que decidí dibujar a un Cristo feliz”.
Es ese Cristo feliz el que ha atraído a los Santos de los Últimos Días hacia el arte de Yongsung.
Sus pinturas han aparecido en revistas de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, en lugares destacados en la aplicación de la Biblioteca del Evangelio y esta página, masfe.org.
El inicio de su vocación
Yongsung nació en Jeongeup, una villa en Corea del Sur que, en aquel momento, no contaba con una presencia religiosa.
Cuando cursaba la secundaria, su familia se mudó a la ciudad capital de Seúl. En el segundo año, Yongsung recibió la invitación de los misioneros cristianos y pronto se convirtió a su fe.
A Yongsung siempre le ha encantado la naturaleza. Desde pequeño, expresó su pasión por la belleza que veía en el mundo dibujando caricaturas. Esto se expandió gradualmente a la pintura cuando estaba en la secundaria.
A los 18 años decidió ir a las montañas para ofrecerle una oración a Dios y preguntarle qué es lo que tenía que hacer en el futuro.
Yongsung recibió su respuesta.
Dios le recordó que le había dado un talento y debía usarlo para glorificarlo. Ese mismo día se echó al suelo y miró las nubes moviéndose en el cielo y agradeció a Dios por la respuesta que recibió.
El Jesús apacible
Con esta respuesta, Yongsung decidió crear imágenes impactantes, pero no como las imágenes de Cristo sufriendo que ya había visto en tiendas muchas cristianas, sino imágenes felices.
Para él, enfocarse en este Jesús sonriente no solo cambiaría su arte, sino también su forma de ver la vida, pues durante su adolescencia se consideró como un joven depresivo, solitario y apático.
Cuando comenzó a retratar al Jesucristo alegre, Yongsung sintió que su propósito en la vida se renovaba y su visión se reforzaba.
Al principio, sabía que no iba a ganar mucho dinero realizando pinturas cristianas, por lo que se dedicó a replicar pinturas famosas.
Veinte años después, Yongsung recordó aquella promesa que le había hecho al Señor y sintió como si Dios le dijera:
“¿Acaso no me lo prometiste? ¿Acaso no me prometiste que llevarías a cabo una obra que me glorificaría a través de los talentos que te di?”
Así que, a los 40 años, Yongsung comenzó a pintar al Salvador de manera profesional y pudo desarrollar un estilo único, un estilo que retrataría al Salvador lleno bondad y mansedumbre.
“The Hand of God”, su obra favorita
La visión que Yongsung tuvo con respecto al Salvador era la de retratarlo como Alguien cercano que viene a tu rescate.
Con ese enfoque, él retrató unos de los pasajes más famosos del Nuevo Testamento, al Salvador rescatando al apóstol Pedro de la tempestuosa tormenta.
El lugar de realizar la imagen ya conocida, Yongsung optó por una nueva perspectiva, retrató a Jesucristo rescatando a la persona que miraba la obra de arte. Él convirtió la pintura en algo personal para todo aquel que la apreciara.
Esta pintura, “The Hand of God”, ha repercutido grandemente en la vida de las personas que han pasado por la pérdida de seres queridos, separaciones familiares, pensamientos suicidas, etc.
Yongsung expresó sobre las experiencias que las personas compartieron con él:
“Todos me decían que se estaban hundiendo, que se estaban ahogando, pero que pudieron salir del agua con el poder de la mano de Dios.
Algunos me decían: ‘Me has salvado del suicidio, salvaste a mi familia, me ayudaste a reorganizar mi vida, o me ayudaste a fortalecer mi fe’. Yo les respondía que no había sido yo quien los salvó sino Cristo”.
Desde la representación de Jesucristo extendiendo Su mano para salvar al alma que se ahoga hasta las pinturas del Buen Pastor cuidando a Sus ovejas, el arte de Yongsung captura la esencia del Salvador que siempre busca formas de rescatar y llevar a Sus ovejas a casa.
Sus obras también nos recuerdan que el redil del Salvador no está destinado a ser un lugar agobiante, sino un hogar gozoso, un gozo que se refleja en las ovejas felices de sus pinturas.
¿Qué te pareció la historia de este reconocido artista? ¿Deseas conocer un poco más sobre él? Déjalo en los comentarios.
Fuente: LDS Living