El 15 de agosto del presente año, el élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles, dio una charla sobre el gozo que proviene del arrepentimiento sincero.
Esta charla se realizó en el Centro de Capacitación Misional de Provo, Utah, ante más de 1,800 nuevos misioneros de tiempo completo.
El élder Bednar habló sobre los requisitos que se necesitan para lograr un arrepentimiento sincero, entre los cuales mencionó los siguientes:
- “El arrepentimiento requiere del Señor”.
- “El arrepentimiento requiere de un corazón honesto y una real intención”.
- “El arrepentimiento, los sagrados convenios y ordenanzas, y el poder santificador del Espíritu Santo hacen posible la remisión permanente de los pecados”.
Además, el élder Bednar explicó que esta remisión y poder santificador del Espíritu Santo son bendiciones que únicamente son posibles gracias al infinito y eterno sacrificio del Señor Jesucristo.
A continuación, analicemos estos 3 requisitos.
1. Nuestro Señor Jesucristo, nuestro Redentor
Ciertamente, el arrepentimiento provoca un cambio en el comportamiento y las actitudes, sin embargo, el simple hecho de hacer eso no representa un arrepentimiento.
Según el élder Bednar, el arrepentimiento no es solo completar una lista. Él explicó:
“Si hacemos estas cosas y no reconocemos ni dependemos del Redentor y Su sacrificio expiatorio, entonces incluso nuestros mejores esfuerzos individuales son en vano.
Los resultados del arrepentimiento sincero son paz, consuelo, sanación espiritual, renovación y gozo”.
2. Un corazón honesto y una real intención
Culpar a otras personas por los pecados, justificarlos y racionalizarlos, representan una simple excusa ante el arrepentimiento. La honestidad es un requisito para el arrepentimiento; esto permitirá una verdadera conexión con Dios.
Según el élder Bednar:
“Debemos tener una verdadera intención y ser honestos con Aquel cuyo perdón buscamos. La confesión genuina ante Dios, y cuando sea necesario ante los líderes del sacerdocio, debe ser total y completa”.
3. Convenios, ordenanzas y el poder del Espíritu Santo
Para el élder Bednar, debe haber una “conexión constante” entre el principio del arrepentimiento, los convenios y ordenanzas sagradas, el poder santificador del Espíritu Santo y la bendición de tener permanentemente la remisión de los pecados.
En sus propias palabras señaló:
“En el proceso de venir al Salvador y seguir adelante por la senda de los convenios, recibir el poder santificador del Espíritu Santo crea la posibilidad de una limpieza constante del alma ante el pecado.
La ordenanza de la Santa Cena es una sagrada y constante invitación a arrepentirse sinceramente y renovarse espiritualmente. El acto de participar de los emblemas sacramentales, en sí mismo, no perdona los pecados.
Pero sí nos preparamos conscientemente y participamos en esta santa ordenanza con un corazón quebrantado y un espíritu contrito, y la promesa es que siempre podremos tener el Espíritu del Señor con nosotros.
Y por el poder santificador del Espíritu Santo como nuestro compañero constante, siempre podremos tener la remisión de nuestros pecados”.
*Imagen de portada por Adam Fondren, for the Deseret News
Fuente: The Church News