Antes de ser el presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, Dallin H. Oaks fue un hombre que pensaba, escribía y enseñaba con rigor y fe.
Sus artículos en BYU Studies, publicados entre 1975 y 2021, muestran cómo la mente de un juez se transformó en el corazón de un profeta. Cada texto que escribió refleja su manera de mirar el Evangelio con lógica y con espíritu, recordándonos que la verdad puede ser razonada, pero también revelada.
La moral comienza en casa

En su primer artículo, publicado hace cincuenta años, el entonces presidente de BYU habló durante la dedicación del edificio de Derecho J. Reuben Clark. Su mensaje fue simple: la educación académica no basta sin una base moral.
“La equidad, la decencia, la integridad, la virtud y el amor por la verdad se aprenden en el hogar, en los hogares de miles de familias por todo el país”. – Dallin H. Oaks
En lugar de culpar a las instituciones, invitó a las familias a asumir su papel como verdaderas escuelas de valores. Los padres, dijo, son los primeros maestros de justicia.
Allí, entre conversaciones, errores y ejemplos, nacen las raíces de la ética que sostiene a una sociedad.
La integridad del profeta José Smith

Décadas después, ya como líder de la Iglesia, el presidente Oaks escribió dos artículos que analizan la vida del profeta José Smith desde una perspectiva legal y espiritual.
Durante más de diez años investigó documentos, juicios y archivos históricos para entender con precisión los hechos que marcaron la vida del profeta.
“Durante más de diez años recorrimos bibliotecas y archivos en todo el país para encontrar cada fragmento de información sobre este juicio y sus protagonistas”. – Dallin H. Oaks
El resultado fue claro: ningún tribunal halló fraude o mala conducta en José Smith.
Su honestidad se mantuvo firme incluso cuando el mundo la cuestionó.
Más allá del análisis jurídico, estos estudios reflejan algo más profundo que la integridad no depende de la opinión pública, sino de la relación personal con Dios.
Un testimonio personal del profeta

En 2006, el entonces élder Oaks habló en la Biblioteca del Congreso sobre el impacto personal de José Smith en su vida.
El presidente Oaks, no habló como abogado ni como académico, sino como discípulo:
“Soy producto de las enseñanzas de José Smith. Sus enseñanzas han dado significado y gozo a mi matrimonio y a mis relaciones familiares”. —Dallin H. Oaks
Este mensaje reveló una faceta más íntima del futuro profeta, la del hombre que encontró en la doctrina de José Smith una guía para amar mejor, servir con más propósito y comprender su propio potencial eterno.
Por medio de él aprendemos que el evangelio no solo amplía la mente, también ensancha el corazón.
Así como las enseñanzas del profeta moldearon a generaciones pasadas, hoy siguen ofreciendo una visión más amplia de lo que podemos llegar a ser.
Resolver diferencias con respeto y fe

En 2021, el presidente Oaks habló en la Universidad de Virginia sobre cómo convivir en medio del desacuerdo.
“Debemos hacer todo esfuerzo por entender las experiencias y preocupaciones de los demás, especialmente cuando difieren de las nuestras”. —Dallin H. Oaks
Con la serenidad de un juez y la compasión de un apóstol, explicó que los tribunales no son el lugar donde se resuelven los conflictos del alma. Las diferencias más profundas se sanan con respeto, comprensión y buena fe.
También recordó que buscar la armonía no implica ceder los principios. Podemos convivir pacíficamente sin renunciar a lo que creemos, porque el amor no exige uniformidad, sino humildad.
“Buscar la armonía mediante soluciones prácticas, con amor y respeto por todos, no requiere comprometer nuestros principios fundamentales”. —Dallin H. Oaks
De abogado a testigo del Salvador

Al repasar sus escritos, es posible percibir la evolución de los argumentos legales a los testimonios espirituales. Él mismo lo reconoció al hablar sobre su decisión de dejar la Corte Suprema de Utah cuando fue llamado como apóstol:
“Amaba mi profesión, pero la dejé sin pesar. Mi deber más importante es testificar de la vida y misión de nuestro Salvador, Jesucristo”. —Dallin H. Oaks
Hoy, como presidente de la Iglesia, su voz sigue uniendo razón y revelación, mente y espíritu.
Nos recuerda que el Evangelio no es solo para creerlo, sino para vivirlo con integridad, respeto y amor.
Fuente: Deseret News



