¿Por qué elegimos explotar y nos olvidamos de mantener la calma? Después de todo, la calma es el único estado en el que sentimos que tenemos el control de la situación.
El estrés, la ira y la frustración nunca conducen a un verdadero control o paz, solo a la esclavitud emocional. Es por eso que hoy, te traemos 4 verdades para ayudarte a guardar la calma.
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Decide mantener la calma
Hablar sobre la calma siempre es más fácil que actuar con calma a pesar de las decepciones, los plazos u otras personas. En consecuencia, la verdadera calma no es algo que todas las personas posean. De hecho, ver la verdad realmente puede ayudarnos a controlar nuestras emociones.
La exposición a la verdad trae calma, independientemente de la gravedad o lo estresante que sea la situación. Este tipo de verdades, provocadas por el autocuestionamiento, conducen a la calma en cualquier situación.
Primera verdad: ¿Quién soy yo?
Una simple reflexión como esta puede hacer que la persona que está estresada o frustrada reconozca su identidad completa fuera de su estado emocional en ese momento.
Este tipo de reflexión es ideal para interrumpir el procesamiento emocional y el procesamiento lógico. Es necesario pensar claramente para calmarse por completo.
Segunda verdad: ¿Tengo las herramientas necesarias para resolver esta situación?
Cuando una persona tiende a ser emocional para enfrentar sus pruebas, no se siente segura de sí misma. Por lo tanto, en esos momentos de desesperación elige respirar y pensar un poco antes de actuar.
Tercera verdad: ¿Los demás saben lo que hay dentro de mi corazón?
No dejes que esta pregunta te engañe. Las emociones muestran sentimientos, pero en realidad no transforman los corazones a menos que estén arraigados en la verdad y el amor.
La mayoría de las emociones que se muestran en momentos de estrés y frustración son manipuladas.
Cuando una persona no está tranquila, la única verdad que necesita sentir más que cualquier otra cosa es la verdad de que la aman y la comprenden.
Cuarta verdad: ¿Qué elijo hacer en esta situación?
La calma es una elección. Si una persona se detiene y se evalúa a sí misma sobre el hecho de que puede elegir, entonces es mucho más probable que elija la calma, la sabiduría, la conexión y la enseñanza en lugar de elegir la agresión.
La calma es un poder que se puede elegir. Cada persona puede elegir y aprender a estar calmada. No existe una píldora mágica para aprenderlo.
Necesitas practicar y elegir mantener la calma con frecuencia. Aprender a guardar la calma es como una inversión, toma tiempo para dar frutos, pero vale la pena.
Al guardar la calma encontrarás una paz verdadera y duradera, a pesar de las tormentas que puedan asolar tu vida.
Fuente: Revista Meridian