Jennifer Reeder es especialista en historia de las mujeres del siglo XIX del Departamento de Historia de la Iglesia y es autora de First, un libro sobre Emma Smith. Ella ha enfrentado el cáncer cuatro veces.
Ha tenido dos trasplantes y ha pasado meses con oxígeno. En enero de 2021, su diagnóstico la llevó al límite.
En ese momento, un amigo le recomendó que escribiera un diario sobre “qué significa honrar la vida en la tierra”.
Al principio, Reeder se burló de la sugerencia de su amigo. Luego, pensó que sería bueno intentarlo.
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“La parte física de la vida en la tierra es muy física.
La salud física y mental, las discapacidades, los cuerpos con lesiones, las enfermedades, los virus, la edad… extrañamente por algún propósito, nos desgastan”, dice Reeder.
Reeder dice que muchas personas han intentado explicar sus numerosas batallas físicas en la vida en la tierra. Sin embargo, ella rechaza muchas de esas explicaciones bien intencionadas.
“Creo que elegí venir a la tierra para nacer en un cuerpo en un mundo imperfecto con la posibilidad de que mi ADN fallara y produjera células linfoblásticas en lugar de células sanguíneas normales.
Asimismo, creo en la ley de compensación, el evangelio de la restauración, las buenas nuevas de Jesucristo, que abrirían un camino para mí, ya fuera a través de médicos muy capacitados, medicamentos nuevos y tecnología.
O, mediante el ayuno y la oración con mis amigos, mi familia y mi barrio.
O, mediante una combinación de fe y ciencia. Todo es parte de mi existencia mortal”, dice Reeder.
Al describir algunas de las cosas más maravillosas sobre la vida en la tierra y algunas de las cosas más terribles y difíciles, Reeder dice:
“A veces me pregunto, con el conocimiento que tengo ahora, si realmente grité de alegría al escuchar sobre esta parte mortal del plan o si celebré el acto valiente de nuestra gloriosa Madre Eva al elegir el fruto amargo que nos traería aquí.
Creo que, hasta cierto punto, todos experimentamos lo que ella y Adán hicieron: una creación, una caída, un convenio y un tiempo: tiempo para aprender a llenar la medida de nuestra creación; multiplicar, reponer y crear cosas buenas y hermosas; para vagar por nuestros propios desiertos y lidiar con las zarzas y las malas hierbas nocivas”.
Jennifer Reeder reconoce las muchas formas en que los cuerpos físicos forman parte del plan de nuestro Padre Celestial, a pesar del dolor.
Aunque cada batalla en la vida, es única, siempre podemos encontrar esperanza en el plan de Dios.
“La vida terrenal siempre conlleva desafíos, pero he visto una y otra vez que aquellos que se esfuerzan por obedecer los mandamientos son bendecidos para encontrar un camino a fin de avanzar con paz y esperanza”. – Élder L. Whitney Clayton
Esta es una traducción del artículo que fue publicado originalmente en LDS Living con el título “4-time cancer survivor Jennifer Reeder honors mortality in a breathtaking virtual address”.