Cada seis meses, los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días sintonizan la Conferencia General en busca de guía, ánimo y revelación personal. Los líderes de la Iglesia comparten mensajes inspirados sobre fe, arrepentimiento, la familia y los desafíos de la sociedad actual.
Hace años, cuando era una recién casada, recuerdo haber leído y escuchado innumerables discursos proféticos que instaban a formar una familia de inmediato.
Sin embargo, mis circunstancias personales hacían que ese camino no fuera el mejor para mí en ese momento. Aun así, me costaba discernir qué era lo correcto, porque las narrativas que escuchaba no parecían ajustarse a mi realidad.
Entonces, al escuchar a nuestros líderes inspirados, surge una pregunta clave: ¿cómo podemos saber qué consejos se aplican directamente a nosotros y cuáles son enseñanzas más generales?
El propósito de los consejos generales

Créditos: Jeffrey D. Allred, Deseret News
Los profetas y apóstoles enseñan a una audiencia global, ofreciendo mensajes que buscan guiar a toda la Iglesia. Estas enseñanzas establecen principios doctrinales, refuerzan verdades eternas y abordan tendencias sociales que requieren corrección o advertencia.
Así como las Escrituras contienen mandamientos dirigidos a grandes grupos de personas, los discursos de la Conferencia General brindan una base sobre la cual podemos edificar nuestro discipulado personal. Sin embargo, no todas las declaraciones deben tomarse como instrucciones únicas y aplicables a todos de la misma manera.
Por ejemplo, consejos sobre el uso de medios de comunicación, la crianza de los hijos o las decisiones financieras pueden contener principios universales, pero requieren adaptación según cada circunstancia. Comprender esto nos ayuda a evitar sentir culpa o confusión cuando algún consejo no parece encajar en nuestra situación particular.

Créditos: Jeffrey D. Allred, Deseret News
Uno de los grandes dones del evangelio es la revelación personal. Aunque los consejos generales nos dan un marco de referencia, es mediante la oración y la guía del Espíritu Santo que podemos saber cómo aplicarlos en nuestra vida.
El presidente Russell M. Nelson enseñó:
“La buena inspiración se basa en buena información”.
Al estudiar, meditar y buscar dirección divina, podemos recibir respuestas específicas para nuestras circunstancias.
Por ejemplo, un adulto soltero que escuche un discurso sobre el matrimonio y la familia no debe sentir culpa ni vergüenza si esas bendiciones aún no se han dado en su vida.
Un padre que reciba consejos sobre el uso de la tecnología puede buscar inspiración para establecer límites que se adapten mejor a las necesidades de sus hijos, en lugar de seguir un enfoque rígido.
Evitar los extremos

Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
Un error común al aplicar los mensajes de la Conferencia General es pensar que cada consejo requiere un cambio inmediato y drástico en nuestra vida.
Si bien algunos mensajes nos llaman a la acción urgente, como una invitación al arrepentimiento o advertencias sobre peligros espirituales, otros deben ser considerados y adaptados con el tiempo. El Espíritu nos ayuda a diferenciar entre aquellas impresiones que requieren obediencia inmediata y aquellas que nos invitan a un crecimiento gradual.
Por otro lado, algunos pueden descartar con demasiada facilidad los consejos que no parecen relevantes de inmediato. La clave está en encontrar un equilibrio: ni sobreaplicar ni ignorar las palabras de los líderes de la Iglesia, sino dejar que el Espíritu nos guíe en lo que realmente necesitamos para progresar.
Cómo discernir qué consejo es para ti

Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
Si no estás seguro de cómo aplicar un mensaje en tu vida, puedes seguir estos pasos:
- Ora por entendimiento: Pide a Dios que te ayude a discernir qué enseñanza es relevante para ti.
- Compáralo con las Escrituras: Revisa cómo el principio enseñado se alinea con lo que dicen las Escrituras y las palabras de profetas anteriores.
- Busca confirmación: Si un consejo resuena contigo, ponlo en práctica y observa los frutos espirituales que produce.
- Considera tu situación personal: Algunos consejos son universales, pero otros dependen de tu etapa de vida, responsabilidades y desafíos.
- Consulta con personas de confianza: Hablar con familiares, amigos o líderes que te conocen bien puede brindarte perspectivas valiosas. Ellos pueden ayudarte a confirmar impresiones, compartir experiencias o ampliar tu comprensión.
La Conferencia General nos da un mapa, pero la revelación personal es nuestra brújula. Si escuchamos los mensajes proféticos con humildad, discernimiento y disposición para seguir al Espíritu, podremos encontrar el equilibrio entre el consejo general y su aplicación en nuestra vida.
Fuente: LDS Daily
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