Servir una misión de tiempo completo
Espero que quienes lean estas palabras deseen servirle al Señor, “Con todo su corazón, alma, mente y fuerza”; prepárense para servir una misión, no importando donde se les llame, porque es allí donde se les necesita, es allí donde están listas aquellas personas, hijos e hijas de Dios que aguardan por quienes con poder y autoridad y el Espíritu Santo testifiquen a su corazón la verdad de este evangelio.
Comprende a quienes debe servir, no lo defraude, Él espera muchos de usted al servir una misión.
Es muy importante que recuerdes eso, al colocarte tu plaquita podrás observar que hay un distintivo especial en ella, en letra grande Dirá “Elder o Hermana”, seguido de tu apellido, sin embargo quiero pedirte que te enfoques en lo que dice abajo, podrás leer el nombre de JESUCRISTO, a quien representas durante toda tu vida y el tiempo de tu misión, es Él en quien debes confiar.
Estimados futuros y futuras representantes de Jesucristo, jamás olviden que no hay ni habrá alguien más importante que Jesucristo mismo, que al servir una misión van a trabajar en su obra, de su mano, y por amor a tu prójimo, y esto llenara de gozo tu alma, como dice en alma 26:22.
Sí, al que se arrepiente y ejerce la fe y produce buenas obras y ora continuamente sin cesar, a este le es permitido conocer los misterios de Dios; sí, a este le será permitido revelar cosas que nunca han sido reveladas; sí, y a este le será concedido llevar a miles de almas al arrepentimiento, así como a nosotros se nos ha permitido traer a estos nuestros hermanos al arrepentimiento.
No dejes que el enemigo te detenga en tu preparación para servir una misión de tiempo completo.
Prepárate desde ya, cuídate, esfuérzate por ser digno para conocer estos misterios, lee tus escrituras, ora, ayuna, acompaña a los misioneros o hermanas, ocupa y aprovecha tu tiempo en cosas edificantes, y podrás aprender mucho, obtendrás tesoros de conocimiento, tesoros espirituales que te fortalecerán mientras te preparas y durante el tiempo de servicio, harán de tu misión un tiempo de crecimiento.
Y a causa de vuestra diligencia, y vuestra fe y vuestra paciencia al nutrir la palabra para que eche raíz en vosotros, he aquí que con el tiempo recogeréis su fruto, el cual es sumamente precioso, y el cual es más dulce que todo lo dulce…
Entonces, hermanos míos, segaréis el galardón de vuestra fe, y vuestra diligencia, y paciencia, y longanimidad, esperando que el árbol os dé fruto. (Alma 32: 42-43).
No te preocupes por lo que dejas en casa ni lo que creas que pueda pasar durante la misión.
Continuamente existirán ciertas cosas, lugares, pasatiempos familia que te sea difícil dejar; Ten la seguridad que serán protegidas, sostenidas, y especialmente no hará falta el alimento en la mesa de quienes amas, tendrán todo lo necesario mientras tú dedicas fielmente estos años a servir a tu prójimo, a servir en esta maravillosa obra.
No importa lo que tengas que pasar, Dios te protegerá y te fortalecerá, jamás dejes que el desánimo entre a tu corazón, cuando sientas este tipo de cosas en ti esfuérzate y se valiente y sigue el ejemplo de Ammón y sus hermanos.
Y hemos sufrido toda clase de aflicciones, y todo esto para que tal vez pudiéramos ser el medio de salvar a algún alma; y nos imaginamos que nuestro gozo sería completo, si quizá pudiéramos ser el medio de salvar a algunos.
He aquí, ahora podemos extender la vista y ver los frutos de nuestra labor; y, ¿son pocos? Os digo que no; son muchos. Sí, y podemos testificar de su sinceridad, por motivo de su amor por sus hermanos y por nosotros también. (Alma 26:30-31).
“Que bella oportunidad que me da de estarle sirviendo… quiero rendirle loor, quiero trabajar con todo mi corazón, entregarle mi amor, me entregare por completo a la obra de mi Señor”.
El buen ánimo y una sonrisa cura todo malestar, mírate al espejo con tu plaquita y recuerda, que eres hijo(a) de un Dios Todopoderoso, que fuiste apartado, que fuiste llamado por un profeta de Dios y ponte a trabajar.
Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo dondequiera que vayas. (Josue 1:9).
No te desanimes ni te preocupes en lo puedas lograr… o no, recuerda que hay un tiempo para sembrar y un tiempo para cosechar, nutre y fortalece tu testimonio y el de aquel a quien vas a enseñar, guarda los mandamientos, no te arriesgues, y tendrás el espíritu para testificar con voz de poder y enseñar con la guía del espíritu santo, El será tu compañía y tu guía, te dirá que hacer, que decir y a donde ir.
¡Esfuérzate, prepárate y sirve feliz!
Así como el Señor vive, y como nosotros vivimos, no descenderemos hasta nuestro padre en el desierto hasta que hayamos cumplido lo que el Señor nos ha mandado. 1 Nefi 3:15