El consejo del presidente Oaks que influyó en el éxito musical de su hija

Para la violinista nominada al Grammy, Jenny Oaks Baker, quien además es hija del segundo consejero de la Primera Presidencia de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, Dallin H. Oaks, la música es un vehículo para acercar a las personas a Cristo.

Si bien su carrera como intérprete y artista discográfica le ha brindado oportunidades que nunca podría haber imaginado, Jenny confiesa que ha dejado de lado algunos sueños para priorizar al Señor.

A través del ejemplo de sus padres, Jenny entendió que el Señor nos bendice con dones para bendecir a los demás. Créditos: Jeffrey D. Allred, Deseret News

En un episodio reciente del podcast All In, Jenny compartió un consejo que ha sido crucial para tomar decisiones en la vida. Cuando estaba en la escuela secundaria, su padre, el presidente Dallin H. Oaks, le aconsejó:

“Jenny, no pierdas demasiado tiempo pensando en lo que quieres hacer, porque puede que no sea lo que se supone que debas hacer. Simplemente, trabaja lo mejor que puedas y cumple los mandamientos, y el Señor te guiará hacia la vida que se supone que debes tener”.

Esta promesa ha sido una luz guía para Jenny mucho después de la escuela secundaria y continuó estudiando interpretación de violín en el Curtis Institute of Music en Filadelfia y en Juilliard School de Nueva York.

Pero, a medida que se consolidaba más en su carrera y conseguía un puesto como primera violinista en la prestigiosa Orquesta Sinfónica Nacional (NSO) en Washington, DC, se sintió llamada a tocar una melodía diferente.

Seguir la voluntad del Señor

Jenny Oaks Baker

Las enseñanzas de su padre durante su juventud marcaron su vida en todos los aspectos. Imagen: GRAMMYS

Después de trabajar con la NSO durante seis años, Jenny decidió renunciar. Ella y su esposo, Matthew, estaban esperando su cuarto hijo en ese momento y sintió que el Señor quería que se concentrara en estar presente para su familia.

Aunque no estaba segura de cómo seguiría actuando, tenía fe en que el Señor tenía algo más en mente para sus dones musicales.

Aceptar no necesariamente es sencillo en el momento, pero conlleva a bendiciones en el futuro. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Sin embargo, esta confianza no significó que la decisión fuera fácil. Jenny describe el momento en que se fue de su última actuación con la sinfónica:

“Salí al estacionamiento del Kennedy Center y lloré mucho. Sabía que era lo correcto, pero aun así fue difícil”.

Pero, afortunadamente, el Señor no le pidió que esperara mucho antes de abrir nuevas puertas que le brindaran mayor flexibilidad.

“Al día siguiente, comencé a recibir llamadas de directores para que me uniera a las orquestas como solista”, dice Jenny. “Nadie sabía que había renunciado… El Señor, en cierta forma, retuvo las oportunidades de actuar hasta que demostré que estaba dispuesta a seguirlo”.

Testificando de Cristo

En los momentos más exitosos de su carrera, Jenny supo priorizar la voluntad del Señor. Imagen: Jenny Oaks Baker

Jenny siempre entendió que el Señor le había dado un don espiritual para acercar a la gente a Cristo a través de su música.

Uno de sus objetivos como violinista era hacerse lo suficientemente conocida como para que la Boston Pops o la Filarmónica de Nueva York la contrataran como solista, pero hace unos años sintió que el Señor la guiaba a adoptar un enfoque diferente.

“De repente, una idea que nunca antes había considerado se me ocurrió”, dice.

“Y fue: ‘Contrátalos a ellos, o a un grupo como ellos, para que básicamente creen un programa centrado en Cristo’”.

Los brazos del Salvador siempre estarán extendidos a quienes lo busquen con un corazón humilde. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

Desde entonces, Jenny ha organizado una gira por 10 ciudades y otra por 20 ciudades interpretando música centrada en la vida y la misión de Cristo. La primavera pasada, incluso, tuvo la oportunidad de actuar en el Lincoln Center de la ciudad de Nueva York la noche anterior a la Pascua.

Aunque entregarle sus sueños de tocar el violín al Señor no ha sido fácil, Jenny está agradecida por las formas en que Él le ha revelado oportunidades aún más significativas para su vida, mostrándole lo que “se supone que debe hacer”, como le aconsejó su padre.

“Me encantaría saber el final desde el principio y tenerlo todo planeado”, dice Jenny. Sin embargo, reflexiona:

“El Señor, simplemente, te brinda una pequeña luz para que puedas dar el siguiente paso si te vuelves hacia Él, y luego ese siguiente paso después de ese, y una pequeña dirección aquí y otra allá. Y de repente, … de vez en cuando, obtendrás un atisbo del panorama general”.

Fuente: LDS Living

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