“La pornografía es más común en el mundo actual que en cualquier otra época anterior.
Puede encontrarse en material escrito (incluso en novelas románticas), en fotografías, películas, imágenes electrónicas, videojuegos, publicaciones en las redes sociales, aplicaciones para teléfonos, conversaciones telefónicas eróticas, música o en cualquier otro medio.
La pornografía es un instrumento del adversario, y su uso ocasiona que el Espíritu del Señor se aparte de nosotros”. – Temas del Evangelio
Satanás usa la pornografía en todas sus modalidades para alejarnos de Dios y de las personas que nos aman a fin de hacernos sentir menos importantes, invadirnos con la ansiedad, la tristeza y una visión totalmente distorsionada de la intimidad sexual.
Al final, él quiere que seamos tan miserables como él.
El presidente M. Russell Ballard aconsejó:
“Si están inmiscuidos en ella, si están atrapados en esta práctica, busquen ayuda espiritual ya mismo. Pueden vencer la pornografía con la ayuda del Señor. ¡No esperen!”.
No podemos dejarlo para después. ¡Debemos comenzar ahora!
Es por medio de la palabra de Dios que podemos encontrar fuerzas para comenzar nuestra travesía y vencer la adicción a la pornografía.
¿Qué dice la Biblia?
En las escrituras encontramos numerosos consejos de cómo podemos vencer las tentaciones y adicciones, como en el caso de la pornografía. En este artículo citaré 8:
1. Estar siempre alerta (Mateo 26:41)
Debemos estar constantemente alertas en espíritu y oración.
Las tentaciones pueden venir de diferentes maneras. Pueden ser sutiles o explícitas, pero siempre debemos estar atentos.
Si hubo un progreso en la adicción, no debes confiarte y relajarte. El enemigo no descansa y tú tampoco debes hacerlo.
2. Evitar la codicia y lujuria (Mateo 5:8)
No podemos dejarnos llevar por la codicia ni la lujuria.
Nuestro corazón y mente deben pertenecer a nuestros cónyuges si estamos casados. Si estamos solteros, debemos guardar la ley de castidad.
Todo comienza en nuestra mente, es ahí dónde los pensamientos pecaminosos pueden florecer.
3. Aferrarse a Dios (Santiago 4:7)
Cuando nos aferramos a Dios, la tentación se irá.
Guardar los mandamientos, seguir los consejos de Dios y los susurros del espíritu nos volverán más fuertes para alejar la tentación de nosotros.
Por cuenta propia es muy complicado superar las adicciones, sin embargo, Dios nos puede dar las fuerzas para decir “NO” al enemigo.
4. Confiar en Jesucristo (Hebreos 2:18)
Jesús nos puede ayudar a vencer las tentaciones porque Él mismo pasó por estas cosas
Cuando Cristo tomó sobre Sí nuestros pecados, Él sintió todo lo que nosotros hemos sentido y sentiremos. Es por esa razón que Él entiende perfecta y completamente nuestra situación.
Confía en Él y sigue Sus palabras en las Escrituras. Él te ayudará.
5. Recibir la fuerza de Dios (1 Corintios 10:13)
Puede parecer que lo que estemos viviendo es demasiado para nosotros, pero la verdad es que Dios nunca permitirá que seamos tentados más allá de lo que podamos soportar.
Si Él lo permitiese, nuestro propósito en la Tierra no tendría sentido, ya que seríamos condenados por la eternidad.
Dios no solo no permite que nos tienten más allá de lo que podamos, sino que también nos da la fuerza para superar cualquier tentación que afrontemos.
6. Guardar los mandamientos (2 Corintios 10:5)
Cuando guardamos los mandamientos, recibimos protección contras las tentaciones del mundo
Los mandamientos no son una lista de cosas que no podemos hacer, se dieron para que podamos estar protegidos.
Cuando escogemos guardar los mandamientos, el poder tentador de Satanás disminuye considerablemente.
7. Procurar hacer las cosas bien (Mateo 6:22)
Cuando buscamos hacer lo bueno, lo correcto, servir, aprender, aproximarnos a Dios, hablar bien de las personas y realizar otros buenos actos, entonces estamos llenos de la luz de Cristo.
Esta luz nos ayudará a despejar nuestra mente de las tinieblas.
Cuando estamos con el Espíritu, las cosas buenas se vuelven más atractivas y las malas, más repugnantes.
8. Trabajar por un amor sincero (Alma 38:12)
Cuando buscamos amar de verdad, debemos recordar que las pasiones forman parte de aquel hombre y mujer natural pecaminoso.
Las pasiones, en sí, no representan un amor verdadero, sino impulsos.
Cuando estas se refrenan, quedará aquel amor puro que perdura y no se desvanece con el tiempo ni circunstancias.
Fuente: Mais Fe