La respuesta para la crisis de la libertad religiosa en todo el mundo comienza con un fuerte compromiso religioso en la vida cotidiana de los creyentes, de acuerdo con los expertos en derecho y religión que se reunieron en la Revisión Anual de Libertad Religiosa en la Universidad de Brigham Young.
“Tenemos que ser creyentes comprometidos si vamos a convencer al mundo de que la libertad religiosa es importante”, dijo Kent Hill, director ejecutivo del Instituto de Libertad Religiosa, durante su intervención del viernes por la tarde.
Él y sus colegas panelistas admitieron que puede parecer un enfoque simplista frente a los crecientes desafíos a los derechos de conciencia.
En 2015, el año más reciente para el que se dispone de datos, el 79 por ciento de la población mundial vivía en un país con altas o muy altas restricciones u hostilidades hacia las creencias y prácticas religiosas, informó el Centro de Investigación Pew a principios de este año.
Sin embargo, una profunda fe personal impulsa otros pasos prácticos para abordar las violaciones de la libertad religiosa, tales como ponerse en contacto con los encargados de formular políticas o crear comprensión a través de amistades interreligiosas.
Hill dijo, “no somos llamados a hacer todo, pero cada uno de nosotros tenemos cierta capacidad para hacer algo”.
Los individuos religiosos pueden explorar sus propias tradiciones para hacer un llamado a la paz y luego ayudar a otros a hacer lo mismo, dijo W. Cole Durham, director fundador del Centro Internacional BYU de Derecho y Religión.
“Las religiones deben explotar sus propios recursos y llegar a comprenderlos más profundamente”, dijo, señalando que los líderes musulmanes están realizando cada vez más este tipo de esfuerzos para contrarrestar el mensaje de los extremistas que utilizan su fe para abogar por la violencia.
La gente de fe también puede contactar a los líderes políticos para llamar su atención en cuanto a la importancia de priorizar la libertad religiosa en nuestras interacciones con líderes de otros países, dijo Katrina Lantos Swett, ex comisionada de la Comisión de los Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional.
“Dígales que usted se preocupa por la libertad religiosa y piensa qué hacer avanzar este derecho es de interés nacional”, dijo.
Los panelistas dijeron que han visto el valor de conectarse a un nivel emocional con personas que no entienden o no se preocupan por la libertad religiosa, en lugar de confiar en los argumentos generales sobre por qué las protecciones relacionadas benefician a todos.
“Debemos estar listos para mostrar nuestro corazón y mostrar la sinceridad de nuestra fe cuando estamos tratando de compartir el valor de la libertad religiosa y la tolerancia”,
dijo Swett. “Es mucho más probable que la gente nos considere interlocutores creíbles si ven que también tenemos creencias profundas”.
El panel de discusión se centró en las mejores respuestas a las violaciones de la libertad religiosa internacional, que vienen en muchas formas.
En docenas de países de todo el mundo, los grupos religiosos minoritarios se ven obligados a registrar sus actividades con el gobierno o a abandonar sus casas de culto en medio de la violencia interreligiosa. “Si pones atención a lo que pasa día a día, verás cosas similares” en todas partes, dijo Durham.
El Reporte Anual de la Comisión de Libertad Religiosa Internacional de 2017 pone en relieve el creciente antisemitismo y la islamofobia, así como la amenaza de las leyes de blasfemia, que permiten detener e incluso matar a una persona por una declaración percibida contra una religión dominante.
La Comisión trabaja con el gobierno de los Estados Unidos para encontrar soluciones, así como con líderes en el Departamento de Estado encargado de acercarse a las comunidades religiosas.
Los panelistas expresaron su decepción por el hecho de que la administración Trump aún no ha nombrado un embajador en general para la libertad religiosa internacional.
“Esta es una tragedia en la que no podemos siquiera hacer lo suficiente para tener a alguien en un puesto de autoridad desde donde se pueda hacer algo”, dijo Hill.
En medio de una crisis global de refugiados y el reino de terror del Estado islámico, es comprensible que algunos estadounidenses se sientan impotentes, dijeron los panelistas, pero al recurrir a su propia fe para nutrirse espiritualmente, pueden obtener la fuerza para seguir trabajando por un mundo mejor.
“Creo que la gran tentación para las personas que ven un gran problema, es desesperarse y decidir que realmente no pueden hacer nada”, dijo Hill. “Quisiera señalar que la desesperación no es una virtud cristiana”.
La Revisión Anual de Libertad Religiosa es una conferencia de dos días que reúne a abogados, académicos y activistas para discutir y debatir los derechos de conciencia. Es patrocinado por el Centro Internacional BYU de Derecho y Estudios Religiosos.
Este artículo fue escrito originalmente por Kelsey Dallas y fue publicado en Deseret News, con el título Here’s how to respond to religious freedom crises around the world Español © 2017