Cuando una persona decide dar el paso de recibir su investidura en el templo, quienes la acompañan suelen sentirse felices por ella, aunque a veces no saben qué decirle para mostrar su apoyo.
Más allá de frases emotivas, lo importante es ofrecer ideas que le ayuden a reflexionar y prepararse con sentido. A continuación, cinco consejos útiles para fortalecer esas conversaciones.
1. Mostrar cómo el templo puede aportar en el presente
Una de las preocupaciones comunes es que todo lo relacionado con la investidura se perciba como algo lejano, enfocado únicamente en la eternidad.
Pero parte del valor reside en sus efectos inmediatos.
Sugerir que esta experiencia puede fortalecer virtudes personales, paciencia, claridad, propósito, puede aliviar presiones existenciales.
Hablar de beneficios concretos, como mayor conciencia de lo divino en lo cotidiano o mejor autocontrol frente a tentaciones, da relevancia al ritual en el hoy.
2. Enmarcar la ley divina como expresión de amor
Para muchas personas, el lenguaje religioso puede presentar las leyes como mandatos rígidos. Es clave, entonces, ofrecer una interpretación diferente: plantear la ley divina como una guía amorosa para vivir con plenitud.
Para lograrlo, puede servir una metáfora: comparar el templo con la casa acogedora de un abuelo amado, que invita con ternura y autoridad.
Recordar que las leyes espirituales nacen de un conocimiento perfecto del universo puede ayudar a transformar la distancia entre obedecer y amar.
3. Cambiar la visión sobre “guardar” convenios
Al hablar de “guardar convenios”, muchos lo asocian con una obligación pesada. Pero esa palabra tiene raíces que pueden traducirse como “custodiar”, “valorar” o “proteger”.
Puedes proponer que en vez de centrarse en evitar fallas, se vea como cultivar una relación íntima con Dios y con los demás. Esto permite que las promesas no pesen, sino que se conviertan en un camino personal de crecimiento espiritual y relacional.
4. Fomentar una actitud abierta hacia la experiencia
Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
Las expectativas pueden jugar en contra. Si alguien escucha que la investidura será “perfecta” o “emocionalmente impactante”, cualquier experiencia diferente puede generar decepción o confusión.
Es útil animar a quien va a recibirla a mantener la mente abierta, aceptar que habrá momentos incómodos o poco entendidos, y que con el tiempo irá adquiriendo sentido. También es conveniente sugerirle recurrir a fuentes confiables cuando surjan preguntas o incertidumbres, para evitar interpretaciones erradas provenientes de redes sociales o rumores.
5. Recordar que la investidura no es una meta absoluta
Existe la tendencia a pensar que recibir la investidura marca un punto culminante. Pero verla así puede generar presiones innecesarias.
Mejor es explicarla como un punto de arranque: una etapa inicial de un trayecto espiritual que durará toda la vida. Comparar el episodio con una jornada de orientación universitaria puede ilustrar la idea: no es el cierre de un ciclo, sino el inicio de uno nuevo.
Reconocer que no vamos a entender todo de inmediato permite adoptar una mentalidad de aprendiz constante.
Al acompañar a alguien que está por recibir la investidura, las palabras pueden marcar la diferencia. Los cinco enfoques anteriores ofrecen maneras de conversar sin caer en sentimentalismos extremos, pero sí con honestidad y profundidad.
Más que promesas rimbombantes, lo que suelen necesitar quienes se acercan al templo es claridad, respaldo espiritual y apertura para crecer con el tiempo.
Fuente: LDS Living
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@masfe.org Que difícil debió ser para nuestro Salvador pasar por lo que pasó, sin duda un acontecimiento heroico y gracias a Él podemos ser mejores cada día ❤️ #masfe #thechosen #jesusteama #cruxificción #fyp ♬ Walk On The Water – The Chosen & Matthew S. Nelson & Dan Haseltine
