El presidente Monson dio un discurso en abril de 2016 en la Conferencia General y dijo:
“Que escojamos el difícil bien en lugar del fácil mal”.
¿El presidente Monson quiere que decidamos voluntariamente cosas difíciles? Sí. Elegir el bien casi siempre será más difícil, pero nos hará más felices y conducirá a un mayor progreso.
La facilidad de la modernidad
Es la naturaleza humana evitar cualquier cosa difícil o incómoda. En la historia del mundo, la mayoría de la gente se ha enfrentado a cosas difíciles todos los días – sólo para sobrevivir y proveer para sí mismos. No se les dieron las comodidades modernas que tenemos que conllevan muchas de las tareas físicamente difíciles de nuestras vidas, como los lavaplatos o tiendas de abarrotes. La tecnología también nos ayuda a enfrentar situaciones difíciles y nos da una salida más fácil. Piensa en lo mucho más fácil que es enviar un texto acerca de una situación incómoda en lugar de ¡hablar cara a cara!
Podemos evitar gran parte del trabajo que nuestros antepasados no pudieron, pero ¿hay consecuencias en esto? ¿Es nuestra búsqueda constante de facilidad y comodidad que nos hace perder las bendiciones que provienen del trabajo? Bendiciones como una mayor salud, satisfacción al final de un día duro, relaciones más significativas, o mayor progreso?
Las bendiciones del trabajo
El trabajo es lo que nos permite progresar. El trabajo físico nos hace más fuertes y más aptos. El trabajo de preparar y cocinar buenos alimentos puede hacernos más saludables. El trabajo físico de leer nuestras escrituras, escribir en nuestros diarios y asistir a la iglesia y al templo nos permite crecer espiritualmente. El trabajo mental de la verdadera meditación, meditación y oración nos abre para recibir revelación personal y escuchar los susurros del Espíritu Santo.
Todos estos “difíciles bien” conducen a una mayor felicidad que el “fácil mal”. El fácil mal puede traer sentimientos temporales de felicidad perezosa, pero nos sentimos más felices cuando hemos puesto el esfuerzo de hacer cosas que son significativas para nosotros y se alinean con nuestros valores.
Pequeñas elecciones, grandes resultados
Lee un libro con tus hijos en vez de encender la televisión. Toma un respiro profundo y mantén la boca cerrada la próxima vez que estés enojado. Haz una comida sana casera en lugar de comprar comida rápida. Tómate el tiempo para reflexionar y meditar en lugar de estar en las redes sociales. Saca un juego de mesa polvoriento para jugar con tu pareja en lugar de ver Netflix de nuevo. Eleva a esa persona que está sola y preséntate, en lugar de quedarte en tu círculo hablando con tus amigos. Dale ese cumplido que sientes burbujeando dentro de ti a un extraño en lugar de guardarlo para ti.
La próxima vez que te enfrentes a una decisión, piensa en la persona que quieres ser en 1, 10 o 40 años a partir de ahora. ¿Qué decisión te acercará más a convertirte en esa persona?
Permítamonos sentirnos un poco incómodos. No podemos crecer sin un poco de dolor, sin pasar por algunas cosas duras. Vamos a ceder y ver cuán bien se siente al final del día saber que hemos trabajo duro y que hemos escogido el “difícil bien”.
Este artículo fue escrito originalmente por Rachael Muder y fue publicado en millennialsmorms.com, con el título Why We Should Stop Avoiding Hard Things Español © 2017