La semana pasada estábamos hablando sobre el día de la independencia en una de mis clases cuando la conversación tomó un giro que yo no esperaba. La mayoría de los estudiantes de la clase estaban hablando sobre los fuegos artificiales, los desfiles, las comidas al aire libre y un día sin clase. Pero Tony, se sentó en silencio sin decir una sola palabra.
“Tony, ¿tienes algún plan divertido para el 4 de Julio?” -Le pregunté.
“Creo que los americanos son muy extraños”-contestó Tony. “Ustedes celebran la libertad sin apreciarla realmente. Hay muchos como yo que no se les permite inmigrar aquí y que darían sus vidas por tener lo que ustedes tienen. En mi país, muchas personas están muriendo porque no tienen la misma libertad que ustedes”.
“¿Cómo era la vida en tu país?” -Pregunté.
Tony respondió suavemente. “Mi hermana y su esposo comenzaron un negocio pequeño. Un cartel de drogas les dijo que tenían que pagarles dinero o serían asesinados. Ellos les pagaron lo que les pidieron, pero para el cartel eso no fue suficiente, así que mataron a mi hermana y a su esposo. Después fueron a su casa y mataron a sus hijos. La policía no hizo nada. Muchos de ellos estaban sobornados por el cartel.
“El cartel de drogas nos dijo a mi hermano y a mí que nos matarían si no nos uníamos a ellos. Mi hermano se unió al cartel, pero yo amaba a mi hermana y a mi familia, así que decidí que prefería morir antes que unirme a aquellos que los habían asesinado. Así que escapé a donde unos familiares y ellos me ayudaron a obtener una visa de estudiante y venir a estudiar aquí”.
La clase se quedó completamente en silencio mientras escuchaban a Tony. Su voz se escuchaba temblorosa mientras continuó hablando.
“Yo daría mi vida para quedarme y disfrutar de la libertad que he experimentado aquí. Pero no se me permite quedarme. Si regreso a mi país, es más probable que me asesinen y probablemente le asignen a mi hermano que lo haga. Este país fue construido por personas como yo que están buscando un lugar para ser libres y muchos mueren por tener esa oportunidad. Los que entendemos lo que significa perder esa libertad no podemos quedarnos, mientras que muchos que tienen esa libertad no lo aprecian”.
Pensé en lo que dijo Tony y recordé algo que había leído antes y lo compartí con todos los de la clase.
“Tony dijo muchas cosas que se relacionan con lo que dijo el Jefe de Justicia Roberts en una graduación de secundaria de esta semana. Él dijo a los graduados que esperaba que alguna vez en su vida pudieran sentir la injusticia para que pudieran apreciar la justicia. Que esperaba que alguna vez tuvieran mala suerte para que pudieran ser conscientes de las oportunidades en la vida y darse cuenta de que el éxito no siempre es completamente merecido y que tampoco lo es el fracaso. Que ojalá pudieran experimentar la traición para poder entender la importancia de la lealtad. Y que también esperaba que algunas veces pudieran sentir la soledad para que pudieran apreciar los buenos amigos. También dijo que el dolor ayudará a una persona a aprender compasión.
“Dijo que los que se graduaban de allí eran privilegiados, pero que no debían actuar de esa forma. Que siempre debían saludar a los que limpian las calles o a quienes sacan la basura.
“Tony está en lo cierto. Usualmente siempre tomamos nuestra libertad por sentado. Y el Jefe de Justicia está en lo correcto cuando dice que tenemos la tendencia a apreciar algo sólo cuando hemos experimentado la oposición. Espero que ese no sea el caso para los derechos y los privilegios que tenemos en este país.
“Es mi deseo que no tengamos que experimentar hambre y deprivación para apreciar la comida y la prosperidad. Que nunca tengamos que ver a aquellos que amamos ser asesinados para apreciar la legalidad. Que no tengamos que experimentar la mala suerte para apreciar nuestras oportunidades.
“Pero especialmente, espero que no tengamos que experimentar la tiranía, para poder apreciar la democracia. Y espero que no tengamos que conocer la opresión para apreciar la libertad que ahora tenemos”.
Cuando terminé y comenzamos otra clase, supe que lo que ese joven había compartido era de mayor valor que cualquier otra cosa que yo podría enseñar ese día.
Este artículo fue escrito originalmente por Daris Howard y fue publicado en ldsmag.com con el título: “Developing an Appreciation for What We Have”