El inicio de la Navidad siempre nos invita a mirar con más atención al Salvador. Este año, el Devocional de la Primera Presidencia nos permitió sentir ese espíritu con mensajes que hablaron de esperanza, luz y servicio sencillo. Desde el escenario de Savior of the World, cada líder compartió un recuerdo o una experiencia que nos ayudó a ver a Cristo con más claridad.

El poder de amar y esperar

El presidente Henry B. Eyring, primer consejero de la Primera Presidencia, habla durante la transmisión del Devocional de Navidad de la Primera Presidencia, el domingo 7 de diciembre de 2025. Créditos: Cristy Powell. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

El presidente Henry B. Eyring abrió su mensaje recordándonos que la Navidad siempre ha sido un tiempo para mirar al Salvador y reconocer que Su amor y esperanza siguen llegando a nosotros de muchas maneras.

Al compartir la tradición de hornear pan con sus hijas, explicó cómo grababa sobre una tabla las palabras “J’aime, J’espère” que significan “Yo amo, yo espero”. Era su forma de enseñar a sus hijas que la bondad sencilla nunca es pequeña cuando nace del corazón.

“Al ser amables y servirnos unos a otros como lo haría el Salvador, incluso en las formas más pequeñas, podemos convertirnos en un canal de la gracia de Dios para que quienes nos rodean sientan Su amor y Su esperanza.”

El presidente Eyring testificó que acercarnos al Salvador en esta época cambia nuestra perspectiva y suaviza nuestro corazón. “Sentimos Su bondad, Su majestad y Su amor”, enseñó. Y añadió un mensaje que, para muchos, puede ser un bálsamo en medio de la incertidumbre o el cansancio:

“Les prometo que, por causa de Él, siempre podemos sentir Su amor y encontrar esperanza, sin importar las circunstancias de la vida.”

Esta Navidad es una oportunidad para amar y esperar de nuevo, para ofrecer actos pequeños que pueden iluminar hogares, corazones y familias.

El llamado a ser “hogar” para alguien

El presidente Jeffrey R. Holland, presidente del Cuórum de los Doce Apóstoles, habla durante la transmisión del Devocional de Navidad de la Primera Presidencia el domingo 7 de diciembre de 2025. Créditos: Cristy Powell. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

El presidente Jeffrey R. Holland habló desde una vulnerabilidad muy humana. Con ternura recordó su propio duelo por la partida de su esposa, Patricia. Dijo con honestidad:

“Estos tres últimos periodos de Navidad han sido muy dolorosos para mí sin la compañía de esa madre perfecta.”

Desde ese lugar de experiencia habló del dolor real de la soledad. Recordó que miles no estarán en casa esta Navidad. Misioneros lejos de sus familias, estudiantes que no pueden viajar, soldados en zonas de conflicto y muchas personas que, aun estando rodeadas de gente, sienten vacío en el corazón.

Conmovido, extendió una invitación directa:

“Esta Navidad, los invito a ser, aunque sea por un momento, una familia para alguien que esté solo.”

También recordó que incluso Jesús, María y José pasaron momentos de desamparo y desplazamiento en aquella primera Navidad. El Salvador comprende la soledad porque la vivió.

El presidente Holland añadió una esperanza especial nacida de su propio proceso:

“Ha habido algo redentor sucediendo en mí en este tiempo. Más humildad, más gratitud, más sensibilidad hacia otros.»

Su mensaje nos recuerda que compartir la Navidad no es un gesto grande sino un corazón disponible. Quizás una comida, una llamada, una silla libre, una conversación significativa, puede ser suficiente para que alguien “vuelva a sentirse en casa por Navidad”.

La luz que nunca se apaga 

La Presidenta General de la Primaria, Susan H. Porter, habla durante la transmisión del Devocional de Navidad de la Primera Presidencia, el domingo 7 de diciembre de 2025. Créditos: Cristy Powell. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

La Presidenta Susan H. Porter compartió su amor por la Nochebuena y cómo, cada año, al leer Lucas 2, también piensa en los creyentes que esperaban la señal del nacimiento del Salvador en la tierra de Zarahemla.

“El sol se había puesto, pero el cielo estaba lleno de luz.”

La profecía se cumplió. La noche no tuvo oscuridad. Al leer 3 Nefi 1, siempre se detiene en un detalle que la deja asombrada. Cristo estaba a punto de nacer, y en el continente americano el cielo se encendió sin permitir que la noche oscureciera. Sobre este milagro dijo:

“Qué testimonio tan poderoso de que Jesucristo vino a la tierra para salvar a todos los que creen en Su nombre. El sol se había ocultado, pero el cielo estaba lleno de luz.”

Añadió que el Salvador es esa luz eterna que no se extingue, incluso cuando nuestra vida parece caer en sombras. En sus palabras:

“El Salvador es la luz eterna.”

Aun cuando nuestra vida parece nublada, Su llegada trae claridad, guía y paz. Cada Nochebuena es un recordatorio de que el Salvador ilumina todo a Su paso.

El regalo de un sacrificio lleno de gozo

El presidente general de los Hombres Jóvenes, Timothy L. Farnes, habla durante la transmisión del Devocional de Navidad de la Primera Presidencia el domingo 7 de diciembre de 2025. Créditos: Cristy Powell. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

El presidente Timothy L. Farnes recordó una experiencia que vivió como misionero en Brasil, una historia que marcó su vida para siempre. Una familia muy humilde los invitó a él y a su compañero a cenar en Navidad. Él dudó. Pensó que tal vez otra familia con más recursos podría ofrecerles algo “mejor”. Pero su compañero aceptó la invitación.

Cuando llegó el día, lo que vio lo dejó sin palabras.

“Había una mesa con platos llenos de comida y una botella grande de gaseosa, pero solo dos sillas.”

Las dos sillas eran para los misioneros. Los niños se sentaron en el piso, felices de verlos comer. Expresó con emoción:

“Hicieron un gran sacrificio por nosotros, y sin embargo, al mirar a los niños, vi sonrisas en sus rostros. Ese sacrificio les había traído un gozo genuino.”

A partir de esa experiencia, comprendió que la verdadera Navidad está hecha de ofrendas sinceras, aunque parezcan pequeñas o imperfectas. Dijo:

“El recuerdo del alegre sacrificio de aquella familia dirige mis pensamientos al sacrificio de Jesucristo y Su sagrado don de redención.”

Para él, aquella Navidad humilde fue un regalo eterno. Su mensaje es una invitación a ofrecer lo que podamos, con alegría y amor, porque el Salvador nos enseñó que el sacrificio hecho con el corazón siempre trae luz.

Un mensaje navideño para todos nosotros

De izquierda a derecha: Timothy L. Farnes, presidente general de los Hombres Jóvenes; Susan H. Porter, presidenta general de la Primaria; élder Patrick Kearon, del Cuórum de los Doce Apóstoles; Jeffrey R. Holland, presidente del Cuórum de los Doce Apóstoles; Henry B. Eyring, primer consejero de la Primera Presidencia; Dallin H. Oaks, presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días; y D. Todd Christofferson, segundo consejero de la Primera Presidencia, durante la transmisión del Devocional de Navidad de la Primera Presidencia el domingo 7 de diciembre de 2020. Créditos: Cristy Powell. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

En esta devocional cada líder compartió algo distinto, pero todos nos guiaron a un mismo punto: Jesucristo está en el centro de esta temporada. Él es la luz, la esperanza y la razón por la cual compartimos, servimos y acompañamos.

En nuestras propias tradiciones y celebraciones, podemos elegir añadir un poco más de Su luz. A veces basta una visita, una invitación, un mensaje sincero o una oración compartida. Allí es donde sentimos que Él sigue naciendo en nuestra vida.

Fuente: Deseret News 

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