¿Sabías que cuando asistes a todas las sesiones de la Conferencia General, escuchas un promedio de 28 a 32 discursos? Estos discursos serán las respuestas a tus oraciones, estos discursos tendrán un impacto positivo en tu vida y tu familia, estos discursos te ayudarán a continuar, te consolarán y serán una guía constante a medida que les prestes atención.
Es por eso que a continuación, te presentaremos 3 formas para sacarle provecho a los discursos de la Conferencia General.
Prepara tu corazón y tu mente
Este puede ser un consejo muy cliché, pero si no preparamos nuestro corazón y nuestra mente para los discurso de la Conferencia General, no sirve de mucho asistir; es mucho más que estar ahí, es prepararnos. El élder Bednar explicó: “Aprender con y por fe requiere un esfuerzo espiritual, mental y físico, y no tan solo una recepción pasiva”.
Al preparar tu corazón y tu mente, entenderás que los días de Conferencia General son días de revelación tal como lo dijo el presidente Henry B. Eyring: “Ustedes tienen la capacidad de recibir revelación y de actuar de acuerdo con ella valientemente”.
Toma apuntes de las declaraciones y sobretodo de tus impresiones
Prepara un libro de notas o una carpeta en tus dispositivos electrónicos exclusivamente para los discursos de la Conferencia General. Al hacerlo, te aconsejamos separarlo en dos secciones: 1.Citas o partes más resaltantes de cada discurso y 2. Impresiones de cada discurso. Al hacerlo, te darás cuenta que tu capacidad para recibir revelación y entender los mensajes ha aumentado de gran manera.
Al revisar estas anotaciones notarás que algunos temas se repiten, esto puede ser una manera en que el Espíritu te ayude a reconocer algo que necesitas aprender. Además, estos apuntes se convertirán en un tesoro personal que podrá ser compartido también con tus próximas generaciones y seres queridos.
Permite que el Señor haga maravillas en tu vida
Aunque parezca bastante esperanzador este último consejo, no es para nada exagerado. Tal como se mencionó al inicio de este artículo, el Señor es quien te habla a través de los discursos de la Conferencia General.
El élder Jeffrey R. Holland enseñó: “Al darnos cuenta de que todos tenemos que dejar atrás experiencias sublimes para hacer frente a las vicisitudes habituales de la vida, permítanme brindar estas palabras de ánimo al concluir esta conferencia general.
En primer lugar, si en los próximos días no solo ven las limitaciones en las personas que los rodean, sino también encuentran elementos en su propia vida que aún no están a la altura de los mensajes que han oído este fin de semana, por favor, no se desanimen ni se den por vencidos.
El Evangelio, la Iglesia y estas maravillosas reuniones semestrales tienen como fin dar esperanza e inspiración; no tienen la intención de desanimarlos. Solo el adversario, el enemigo de todos nosotros, trataría de convencernos de que los ideales que se describen en la conferencia general son deprimentes e irrealistas, que las personas realmente no mejoran y que nadie progresa en realidad.
¿Y por qué Lucifer nos dice esas palabras? Porque sabe que él no puede mejorar, que él no puede progresar, que durante toda la eternidad él nunca tendrá un futuro brillante. Él es un hombre miserable limitado por restricciones eternas, y quiere que ustedes sean miserables también. Bueno, no le crean. Con el don de la expiación de Jesucristo y la fortaleza de los cielos para ayudarnos, podemos mejorar; y lo bello del Evangelio es que se nos da mérito por esforzarnos, aunque no siempre lo logremos.”